No fue un día para que los inversores festejen. La soja tuvo su segunda fuerte caída consecutiva y si bien no compromete en profundidad el ingreso de divisas a futuro, es un problema para la acumulación de reservas.
Al principio la baja fue solo de la soja y no afectaba demasiado. Pero cuando alcanzó a los derivados, harinas y aceites, el panorama se complicó porque son los productos que exporta la Argentina. El país no vende el grano sin elaborar. Por el contrario, a veces debe importarla para darles valor agregado.
El analista financiero y experto en agronegocios, Salvador Vitelli, señaló que “la caída en lo que es aceite y harina de soja es una golpiza fuerte para la Argentina que se agrava por la elevada presión fiscal y el tema cambiario”.
Cabe recordar que el DXY, el índice que mide al dólar frente a las 6 principales monedas del mundo, ayer subió 0,12% a 105,12 puntos transformando a la divisa norteamericana en una moneda extremadamente sobrevaluada. Por eso el atraso del peso argentino queda más evidente. El panorama se atenuó porque en Brasil el dólar cotizó a 5,42 reales lo que implica que el dólar no arrastró a la moneda del principal cliente comercial de la Argentina.
La moneda norteamericana es la que más se apreció en el mundo desde el 23 de octubre pasado. Ayer quebró el fatídico techo del índice DXY de los 105 puntos y cerró cerca del máximo de 105,23.
Vitelli opinó que ahora “el panorama para el agro viene bastante incierto. Si bien las liquidaciones están dentro del promedio, los niveles son relativamente bajos porque la matriz productiva no los incentiva a volcarse a la compra de insumos y, por el cepo cambiario, no ven horizontes demasiado viables. Los derechos de importación también juegan una mala pasada”.
Otro de los factores que puede generar una caída en las liquidaciones son las menores tasas de interés, porque el productor se puede apalancar en pesos con préstamos de los bancos para retener el producto a la espera de mejores precios internacionales, de la mejora del tipo de cambio o de la salida del cepo.
Este giro en el panorama internacional, hace que los productores se sumen al lote de inversores que le piden al Gobierno mayores precisiones en cuanto al futuro del tipo de cambio.
Vitelli señaló que “los productores tienden a hacer caja con el maíz que está entrando. Hubo cierta congestión logística la semana pasada, pero ahora está más tranquilo. Por suerte está llegando maíz a puerto lo que va a redundar en que el agro siga liquidando divisas. La caída de precio de nuestras materias primas alcanza a 10% en el año y es un índice promedio. Si vamos a la soja la caída es mayor y lo pone en una situación de no vender y espera que haya más cambios en las condiciones locales que en los precios de Chicago. Si se lo pone en perspectiva la soja cayó en el año desde USD 467 a USD 396 en la actualidad, lo que equivale a 15%”.
Pero más allá del efecto que tendrán los precios del agro -la soja está en el precio más bajo de los últimos 4 años- en el dólar esta semana, está presente el tema de las cotizaciones de los bonos soberanos.
Se espera que, tras el pago de cupones, más de la mitad de los inversores recompre bonos por eso tuvieron una buena performance en Estados Unidos donde operaron los que tienen legislación extranjera. al cierre.
Los bonos soberanos argentinos tuvieron variaciones positivas de 0,8% promedio. El Global 2030 aumentó 0,15% y el GD38, 2%. Fue una jornada positiva para los bonos de la deuda que puede trasladarse a la rueda de hoy.
Los ADR -certificados de tenencia de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- tuvieron una rueda verde donde lo mejor pasó por Telecom con 3,3% y BBVA con 3%.
Hoy se aguarda la licitación de Letras del Tesoro, un dato clave para el futuro de las tasas de interés, y el viernes, se conocerá el índice de inflación de junio. Sobran las pruebas para medir a que tensión llegará el mercado.