¿Caro o barato?: a pesar de la fuerte suba, el dólar libre sigue lejos de su precio máximo en términos reales

La divisa llegó a operarse a un máximo nominal de $1.450, pero al descontarse el efecto de la inflación este precio representa poco más de la mitad de los picos de 2020 y 2023

En 2024 el dólar libre sube 40,5%, contra una inflación acumulada del 75%. (EFE/ André Coelho)

El dólar libre alcanzó este lunes al mediodía un precio récord nominal de $1.450 para la venta, para finalizar operado en los 1.440 pesos. La divisa operada en la plaza informal se alista en julio para subir por encima de la inflación por tercer mes consecutivo.

Dada la magnitud de la ganancia reciente, unos 400 pesos o 38,5% desde los $1.040 del cierre de abril, se hace reiterativa la pregunta acerca de si el dólar libre en estos niveles está caro o barato, y cuál sería su horizonte de precios en el corto plazo.

Al respecto, un informe de Portfolio Personal Inversiones detectó que a precios presentes, el dólar “contado con liquidación”, la paridad bursátil que se mueve con bastante sincronía con el dólar libre, cerca de los $1.400, vale casi la mitad -en términos reales- que en sus picos recientes de octubre de 2023 y octubre de 2020.

Si se contempla la inflación acumulada, un “liqui” en $1.380 o un dólar implícito a $1.439 en la licitación de los Bopreal (Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre para importadores) están todavía muy lejos del equivalente a $2.703 del 20 de octubre de 2023 (cuando el “liqui” rozó un precio nominal de $1.000) o los $2.648 del 22 de octubre de 2022 (nominal cercano a $200).

Fuente: Portfolio Personal Inversiones.

“Si bien el retroceso desde el pico nominal fue marcado, el mercado parece seguir demandando una nueva etapa para el esquema cambiario y monetario para mantener la calma. De mínima, se espera una suba de la tasa de interés de referencia -con transmisión al sistema financiero- que desande el camino iniciado en marzo y profundizado, tal vez innecesariamente, en abril”, evaluaron los analistas de Portfolio Personal.

“Es claro que el carry trade de 2% del dólar oficial junto a un endeudamiento ‘barato’ (spread muy bajo) redujeron la oferta privada en el MLC y, por ende, en el contado con liquidación, dado el 20% del blend. De igual manera, para los tenedores de pesos, la suba del contado con liqui un par de días puede borrar el devengamiento de tasas de un mes. A modo de ilustración, la caución a un día tiene una Tasa Efectiva Mensual de 2,6%, la Lecap que vence el 26 de julio una de 3,4% y el Plazo Fijo, una de 2,9%”.

Intensa absorción monetaria

En los siete meses transcurridos de la presidencia de Javier Milei las variables financieras tuvieron cambios abruptos. Con el objetivo de desacelerar la inflación la administración libertaria se enfocó en absorber pesos excedentes de la plaza financiera, que, en un principio, empujó a un récord en el stock de Pases pasivos -deuda del BCRA que reemplazó a las Leliq o Letras de Liquidez- y que en los últimos dos meses tuvo la continuidad en el traspaso de estos pasivos del Central al Tesoro.

Este movimiento -acompañado por la baja de la tasa de política monetaria- redujo la deuda del BCRA tanto en términos reales como nominales, mejoró la calidad del balance de la entidad y, en simultáneo, elevó el stock de deuda soberana a niveles récord.

Esa salida de los pesos que estaban en la calle -hoy colocados en papeles de deuda del Tesoro o aún en títulos del BCRA- tuvo un claro efecto en el mercado de cambios, donde el dólar perdió valor en términos reales -subió mucho menos que la inflación- por el hecho de que se cerró esa “canilla” de liquidez que podía empujar la demanda por divisas. Por eso se extiende la sensación de que la economía argentina se “está poniendo cara” en dólares.

Un ejemplo lo da la comparación de la evolución del precio del dólar libre respecto de la del circulante. Estas variables pueden ir de la mano: más pesos en poder del público tienen réplica en mayor demanda de dólares y, por lo tanto, precios más altos para el billete.

Desde que se instauró un “cepo” endurecido a fines de octubre de 2019 -límite de USD 200 mensual para la demanda privada- la circulación monetaria aumentó en 1.304,8%, desde $923,5 millones a 13 billones de pesos. Si se toma aislada esta variables, el dólar libre debería costar hoy unos $1.061, desde los $75,50 que costaba el “blue” el 28 de octubre de 2019. Y el “contado con liqui” debería ubicarse en torno a los 1.137 pesos. Según este análisis, el dólar libre (hoy a $1.440) estaría sobrevaluado en un 35,8%, mientras que el dólar bursátil (hoy a $1.381,55) estaría un 21,5% por encima de su fundamento monetario.

Sin embargo, cuando se toma la inflación acumulada desde noviembre de 2019 al presente, con vigencia de un cepo estricto, los dólares alternativos deberían haber aumentado 2.328,1%, o lo que es lo mismo, multiplicado por 24,3 su valor en esos cuatro años y ocho meses transcurridos.

Según esta comparación inflacionaria, el dólar libre debería costar unos $1.835 y el “contado con liqui”, unos 1.966 pesos. Esta divergencia con los precios presentes da una pauta del riesgo de salto cambiario que aún persiste en caso de ser liberada una enorme masa de pesos que ahora permanece retenida en Letras del Tesoro y el remanente de Pases del BCRA.

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