Con un ojo en la economía real, el mercado espera más señales sobre el cepo y el FMI para abandonar la tensión

La salida de la recesión, además de los controles cambiarios, se suma a la agenda de inquietudes de los inversores, que empiezan a asimilar los nuevos tiempos que busca imponer Caputo

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El ministro de Economía, Luis Caputo. (Gustavo Gavotti)
El ministro de Economía, Luis Caputo. (Gustavo Gavotti)

Es difícil identificar si el respiro que se vivió ayer en el mercado es el punto de partida para retomar un clima más estable o si, por el contrario, es apenas una pausa en las demostraciones de insatisfacción del mercado.

Lo concreto es que, tras dos jornadas de pésima reacción al anuncio de modificación de política monetaria, el mercado parece empezar a digerir que no habrá levantamiento inminente del cepo -el anuncio más esperado para el viernes pasado– con el aporte de fondos frescos provenientes de un acuerdo exprés con el Fondo Monetario y que el camino para recomponer reservas tiene a partir de ahora un ritmo muy diferente del que anotó en los primeros meses del año.

Con las variables más acomodadas a esa realidad, que indican un nivel de riesgo país casi 1.000 puntos básicos por debajo de hace un año pero 400 por encima de hace dos meses (ayer cerró levemente por encima de los 1.500), lo que queda ahora por observar es dónde pondrá las marcas el mercado para definir su predisposición hacia los activos argentinos.

Es evidente que los factores externos juegan también un rol: un clima positivo como el que se registró a principios de año, favorecería nuevas subas mientras que una mayor volatilidad en los mercados emergentes, como la que se desató en las últimas semanas, puntualmente a partir de las elecciones en México, complicaría las perspectivas de mejora.

Sin embargo, existen claros “drivers” locales que determinarán el ánimo de los inversores en las próximas semanas. Incluso algunos de ellos estuvieron, hasta ahora, fuera del radar principal que ahora, iniciado el segundo semestre, se empiezan a incorporar.

Uno de esos elementos, aseguraron en uno de los grandes bancos extranjeros que por estas horas negocia con el Banco Central la migración de los pases a las nuevas letras de regulación monetaria y también la solución a los puts, excede por completo la cuestión financiera. “A partir de ahora empieza a incidir la economía real, los inversores van a estar atentos a la evolución de la actividad y a su capacidad de recuperación”, aseguró un representante de la entidad que suele recibir a los fondos de inversión que vienen periódicamente a monitorear los avances. Al menos por ahora, no son buenas las noticias en ese frente. Los primeros datos aislados pero representativos de sectores clave como la construcción y la industria automotriz quebraron en junio la tendencia de leve recuperación advertida en los dos meses previos. Cómo arranque el segundo semestre para la economía real será clave para proyectar una película.

Las otras dos variables determinantes en el humor del mercado son mucho más habituales y están completamente interrelacionadas. Tras la publicación del último staff report del Fondo, quedó en evidencia lo difícil que resultan las tratativas entre el equipo económico y los técnicos del FMI. Para el mercado es vital un nuevo acuerdo con el Fondo porque se asume que, en ese programa, el levantamiento del cepo tendrá un lugar preponderante para lo cual, eventualmente, el organismo disponga de un desembolso adicional de fondos frescos. “Las negociaciones con el Fondo Monetario y las señales que vaya dando el Gobierno como pasos que acercan el levantamiento del cepo son las otras dos cosas que van a estar dominando el humor del mercado”, agregó el analista del banco.

Aunque tal vez algo corto, el ministro de Economía, Luis Caputo, dio un paso ayer en ese sentido. Fuera de agenda, el funcionario envió al Congreso el avance del Presupuesto 2025 en el que, además de ratificar el ritmo de devaluación hacia fin de año y el superávit fiscal, reconfirmó el fin del impuesto PAIS para el año que viene, tal como dice la ley que impuso el gravamen. El subtexto, leen los inversores, es que el año que viene el control de cambios no existirá, al menos no tal como lo conocemos.

Ésa es, al menos, la presunción que publicó recientemente el principal banco de inversión de Estados Unidos, el JP Morgan. “Más allá de la lista de condiciones necesarias, el BCRA se ha centrado en una métrica resumida: el ratio de pasivos remunerados en moneda local vs reservas netas o bien llamado ‘crisis ratio’. Este ratio sumado a la quita del impuesto PAIS en septiembre, nos lleva a indicar que los controles de capitales serán removidos paulatinamente hacia fin de año”, pronosticó la entidad norteamericana.

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