El economista Miguel Kiguel se refirió a la escalada de los dólares paralelos y dijo que el Gobierno “debe sentirse muy frustrado” porque está haciendo un montón de cosas bien, y el mercado de alguna forma le da una “cachetada”.
Puntualmente, sobre la corrida cambiaria aseguró: “Estos episodios ya son recurrentes en Argentina porque tenemos una escalada del dólar y de repente siempre se va de mambo. Y yo creo que ahora también se ha ido demasiado. Creo que es el nerviosismo. O sea, cuando sube la gente compra y cuando se estabiliza la gente no hace nada. Es un poco la psicología de los mercados financieros”.
“Que el dólar esté a estos niveles le genera un dolor de cabeza al Gobierno porque con un dólar tan alto aparece la brecha y si hay brecha, empieza la gente a dudar de cómo está la situación. Independientemente de que se haya ido por razones reales o ficticias, el dólar se fue. Y entonces complica el comercio exterior porque los exportadores no liquidan esperando a ver qué pasa. Ahora con este tipo de cambio la gente vuelve a usar el dólar turista que había quedado ahí en el cajón de los recuerdos porque se puede conseguir más barato”, sostuvo el director de la consultora Econviews.
“En el mejor de los casos yo creo que el dólar se va a quedar alto. Puede ser que baje un poquito, yo no descarto esa posibilidad, pero no va a volver a $1.000, volverá a $1.300, $1.350″
Asimismo, consideró, en diálogo con Radio con Vos, que “no es fácil para este gobierno, para cualquiera, tener una respuesta rápida para que el dólar vuelva a donde estaba antes. En el mejor de los casos yo creo que el dólar se va a quedar alto. Puede ser que baje un poquito, yo no descarto esa posibilidad, pero no va a volver a $1.000, volverá a $1.300, $1.350″.
En cuanto a la mirada del Gobierno de que la suba del dólar no representa un problema, Kiguel aseguró que “un país que quiere tener un tipo de cambio único, un país que quiere sacar el cepo para que vengan las inversiones, creo que no se puede sentir cómodo con esta situación, ni se puede sentir cómodo con un riesgo país de 1.500″.
“Creo que debe sentirse muy frustrado el gobierno al decir, yo estoy haciendo un montón de cosas bien, como reducir el déficit fiscal, y el mercado... es como una forma de dar una cachetada, poniendo, no solamente el dólar, el riesgo país a 1.500. Debería pensar cómo se responde en esta situación”, agregó.
“Falta el último paso, un paso importante, que es lidiar con el cepo, y ahí creo que el dólar hace mucho ruido. ¿Y qué alternativa tiene? Porque uno lo ve medio en un desconcierto. Hoy en día la respuesta parece decir, me reafirmo donde estoy, porque si devalúo tengo más aumento de precios, si no lo hago, alimento la idea de que el dólar está atrasado. ¿Cuál es la salida que tiene el gobierno para responder a esto? Es muy difícil dar un consejo en esta situación, no hay una respuesta única, lo que hay que lograr acá es recuperar la confianza”, consideró.
“Lo que el Gobierno tiene que hacer es mostrar que tienen un camino para sacar el cepo porque hasta ahora no hay un camino, lo único que están diciendo es decir ‘queremos un montón de condiciones’, y esas condiciones es muy difícil que se cumplan en el corto plazo”
Hacia adelante, cree que lo que el Gobierno tiene que hacer es “mostrar que tienen un camino para sacar el cepo porque hasta ahora no hay un camino, lo único que están diciendo es decir ‘queremos un montón de condiciones’, y esas condiciones es muy difícil que se cumplan en el corto plazo”.
Por otra parte, afirmó que su impresión es que “el camino va por un acuerdo con el FMI”, y que “de nada sirve hacer un RIGI, que es esa nueva ley para que las inversiones sean más seguras, si después cuando ganan plata no se la pueden llevar, o tienen un dolor de cabeza para llevársela, entonces las empresas no vienen”.
Y añadió al respecto: “Creo que acá le falta una pata a la mesa, y esa pata es libertad cambiaria como hay libertad en un montón de cosas en un gobierno libertario”.
Por último, consultado por un posible traslado a precios del salto cambiario, Kiguel precisó: “Por ahora no lo vemos, porque la ventaja que hay con respecto a la época de Massa es que no hay restricción a la importación. Hoy todavía las empresas pueden importar sin problema al tipo de cambio oficial. Entonces si pueden importar, ¿por qué van a cobrar al tipo de cambio paralelo? Puede ser por una cuestión de expectativa pero todavía esa expectativa de inflación no está, porque la economía está en una recesión tremenda y no hay presiones inflacionarias”.