Los usuarios residenciales comenzarán a pagar desde este mes boletas más abultadas a partir de un precio más alto de la energía, por la quita de subsidios que aplicó el Gobierno desde junio, y de un consumo más alto por el período invernal. Los aumentos para usuarios residenciales, si bien dependen de categorías y segmentos poblacionales, son en promedio de 1.000% acumulado respecto a diciembre pasado, luego de los incrementos en las tarifas en el primer cuatrimestre y la quita de subsidios que anunció el Gobierno desde junio.
Cabe destacar que los servicios de energía se encuentran divididos en tres categorías residenciales en base a los niveles de ingresos que perciben según el esquema de segmentación vigente desde 2022: los de altos ingresos (N1) estaba contemplado que paguen más caro la energía. Los de ingresos bajos (N2) y los de ingresos medios (N3) tienen “bonificaciones en sus tarifas” pero con un tope de consumo.
Los últimos datos oficiales arrojan que la franja N1 comprende a 5,3 millones de hogares; la N2 a 8 millones y la N3 a 2,7 millones de familias. La categorización depende de los ingresos que percibe cada hogar respecto a la Canasta Básica Total (CBT) del Indec.
El Observatorio de Tarifas y Subsidios en el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), que depende de la UBA y el Conicet, estimó que desde junio un usuario N1 afronta un incremento de tarifas de 922% respecto al cuadro vigente en diciembre de 2023 y un aumento del 130% respecto de abril.
A su vez, los usuarios N 2 de bajos ingresos y N 3 de ingresos medios enfrentan, en promedio, facturas finales con alzas de 1.475% y 1.420% desde el inicio del nuevo gobierno y 173% mayores a las de abril, respectivamente.
Con los nuevos valores, el IIEP detalló que la factura promedio del país en junio para un usuario N1, correspondiente a hogares de ingresos altos, es de $49.551 por mes.
En tanto, la boleta promedio del para un usuario N2 es de $35.308, y para un usuario N3 sube a $39.488 mensuales.
Nuevos aumentos y quita de subsidos
Un trabajo de las consultoras Economía y Energía y PxQ destacó que “Los aumentos en energía eléctrica en la región metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se ubicarían en el 228% para los N1, en el 465% para los N2 y en un 378% para los N3″, en comparación con los valores de cierre del año anterior.
En detalle, las facturas promedio de luz que recibirán los hogares de altos ingresos en los próximos meses serán de casi $35.000 mensuales.
En el caso de los usuarios de bajos ingresos se estimó ascenderá al rango de $22.000 mensuales, mientras que para la franja media subirá a más de $26.000, según las estimaciones de las consultoras de marras.
Del último staff report del FMI se deprende que el Palacio de Hacienda tiene previsto una reducción de los subsidios energéticos de al menos 0,7 puntos porcentuales del PBI en 2024, de los cuales ya se habrían recortado 0,5 pp del PBI. El objetivo anual es 0,2 puntos mayor a la hoja de ruta inicial. El resultado estuvo explicado principalmente por precios internacionales de la energía más bajos, menores necesidades de importación por el funcionamiento del Gasoducto Néstor Kirchner y el diferimiento con un bono de la deuda que mantenía Cammesa con generadoras de electricidad y productoras de gas.
La consultora Economía y Energía, detalló que el gasto en subvenciones debería caer en 2024 el equivalente a USD 4.683 millones para alcanzar una reducción de 0,7 puntos del PBI y finalizar en USD 5.000 millones, es decir, 0,8 pp del PBI. Según esos cálculos en 2023 la partida había sumado USD 9.683 millones, equivalentes a 1,5 puntos del PBI.
“Los próximos ajustes se esperan después de agosto”, dice el documento del FMI.