El gobierno de Javier Milei se apuntó una victoria política con la aprobación de un ambicioso paquete de reformas económicas, tras seis meses de arduo trámite parlamentario. No obstante, en los precios de los activos bursátiles ya estaba descontado el avance de la Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos y de la reforma fiscal también impulsada por el Gobierno, proyectos que habían sido remitidos al Parlamento el 27 de diciembre pasado, poco después de la investidura presidencial del líder libertario. La nueva norma declara la emergencia pública en materia administrativa, económica, financiera y energética por un plazo de un año, dándole al Ejecutivo facultades delegadas en esas materias.
“La Cámara de Diputados aprobó los proyectos de Ley Bases y el paquete fiscal, que ya contaban con media sanción del Senado. Por ende, el Ejecutivo cosechó su primera victoria legislativa desde el inicio de su gestión, que además contempla la restitución del Impuesto a las Ganancias y Bienes Personales, entre otras cuestiones, que la Cámara alta había descartado durante el debate”, resumió un reporte de Puente.
El índice S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires concluyó en 1.611.295 puntos, con una ganancia de 2,2% en pesos, aunque medido en dólares “contado con liquidación”, el resultado fue una pérdida semanal de 2,4 por ciento.
En tanto, los bonos en dólares de la Argentina promediaron una pérdida semanal de 0,6%, con un riesgo país de JP Morgan que aumentó en 41 unidades, a 1.456 puntos básicos.
La normativa brinda herramientas para iniciar la reforma del Estado, habilita a privatizar algunas empresas estatales, supone cambios en la legislación laboral y de jubilación e incluye incentivos para el sector de la energía y los hidrocarburos y para las grandes inversiones.
El Congreso también convirtió en ley un paquete fiscal, que, entre otros aspectos, incluye un blanqueo de capitales y una moratoria impositiva y aduanera y cuyo punto más polémico es el relativo al impuesto a las Ganancias que pesa sobre los salarios de los trabajadores de ingresos medios y altos, ya que, con la nueva ley, el tributo alcanzará a más personas.
“Los inversores se encuentran en este período expectantes por conocer la ‘hoja de ruta’ con la cual se encararán los desafíos del segundo semestre, en busca de poder recuperar las positivas expectativas que lo acompañaron desde el comienzo de la gestión a partir del rápido superávit fiscal alcanzado y que vino actuando como una importante ancla”, indicó Gustavo Ber, economista del Estudio Ber.
“Si se prioriza el equilibrio fiscal no habría más alternativa que alcanzarlo a través de una profundización de un ajuste que, sin lugar a dudas, tendría un efecto negativo en materia de actividad económica, frenando la incipiente recuperación o freno en la caída que se estaría aproximando. En resumen, las acciones de shock en términos fiscales ya fueron realizadas y si bien se han alcanzado ciertos equilibrios, el Gobierno no pareciera tener mucho margen de maniobra como para permitirse descomprimir la ecuación cambiaria y fiscal sin que dichas medidas conlleven a un nuevo impulso recesivo que incluso políticamente hablando sea complejo de sostener”, evaluaron los expertos de Pgk Consultores.
“Durante el sexto mes del año, hemos tenido una pausa lógica para los activos financieros argentinos, que venían mostrando mucha euforia y expectativa durante la primera parte del año. El gran impulso alcista que registró la Bolsa local durante la primera mitad del año pudo verse en buena parte como un respaldo a las primeras medidas de ajuste que implementó del nuevo gobierno. En esa misma línea, los datos macro empezaron a revelar algunos síntomas de mejora, como el aumento de las reservas internacionales y una considerable desaceleración de la inflación”, aportó Maximiliano Donzelli, manager de Estrategias de Inversión en IOL (InvertirOnline).
Para Amílcar Collante, economista de CeSur (Centro de Estudios Económicos del Sur), “tras Ley Bases, entra en Fase 2 el programa económico del Gobierno. Debería priorizar la salida del cepo, sellar un nuevo acuerdo con el FMI y establecer un nuevo régimen monetario/cambiario”.
El dólar libre reforzó en junio la tendencia alcista que ya había evidenciado en mayo y que tuvo réplica de similar magnitud para las cotizaciones bursátiles del dólar MEP y el “contado con liqui”, todos precios que marcaron máximos nominales la última semana.
El dólar libre terminó el viernes ofrecido a 1.365 pesos. En la semana, la cotización libre se disparó 65 pesos o un 5% y llegó a marcar un máximo intradiario de $1.380 el miércoles. Asimismo, a lo largo de junio la divisa informal se encareció en 140 pesos o un 11,4 por ciento.
En tanto, el Banco Central tuvo que vender divisas en tres de las últimas sesiones operativas en el mercado de cambios. La entidad terminó la semana con saldo de ventas netas por USD 109 millones. El balance de junio arrojó un saldo vendedor de USD 84 millones para el Central, el primer mes con ventas desde octubre de 2023.
Juan Manuel Franco, economista Jefe del Grupo SBS subrayó que “otro foco de atención siguen siendo los flujos de dólares provenientes de liquidaciones totales de exportaciones, que siguen por debajo de los niveles de mayo –que también fueron menores a los de los meses previos– aún con la mejora que mostró el agro. Esto es clave dad la relativa presión alcista reciente que viene mostrando la cotización de los dólares paralelos en un contexto de tasas en pesos más bajas”.
El dólar mayorista terminó a 912 pesos, con una ganancia de 4,50 pesos o 0,5% semanal. Así, la brecha cambiaria con el dólar libre se asentó en el 49,7 por ciento.