La semana que viene, el 2 y 3 de julio, se realizará el 27° Encuentro Anual de ACDE, la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa. En medio de una economía en crisis y con un Gobierno que lleva 6 meses de gestión, los empresarios nucleados en la asociación se proponen debatir sobre la renovación de la cultura empresarial argentina en un evento que tiene como lema “Creer para crecer”.
En ese contexto, Infobae dialogó con Silvia Bulla, presidenta de ACDE, y con Luis Guastini, presidente del encuentro de este año. Bulla es directora de Recursos Humanos para Latam de International Flavors and Fragances (IFF) y también encabeza el Ceads, Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible. Guastini, en tanto, es presidente y CEO de ManpowerGroup en el país.
El foco del evento será la “renovación de la cultura empresarial”. Este año habrá paneles y expositores que debatirán sobre tecnología e inteligencia artificial. También discusiones sobre “valores, cultura y nuevas generaciones” y “la empresa como actor de transformación social”. Uno de los speakers será Rafael Grossi, Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica.
— El foco del evento es la “renovación de la cultura empresarial”.
— Bulla: Creemos en el trabajo y en la importancia de que los valores iluminen el quehacer empresarial para llevar adelante el impulso hacia el bien común que tenemos los miembros de ACDE. Este encuentro, en un momento tan particular de la Argentina, nos va a permitir reflexionar sobre cómo se pueden hacer las cosas de manera diferente.
— Guastini: Como líderes cristianos tenemos la responsabilidad de influir y transformar nuestra sociedad para hacer crecer al país. Pero sin una transformación personal, sin un reconocimiento de nuestras creencias, de nuestro sentido de propósito, es muy difícil transformar a las organizaciones y a la Argentina. Buscamos ese camino, reconocer el sentido de propósito basado en la esperanza y la fe.
— ¿Cómo se vinculan esas creencias con el contexto tan difícil que vive el país?
— Guastini: Podemos mirar este contexto sumamente complejo y desafiante desde una óptica pesimista y con los brazos caídos; ser más arrogantes y pensar que somos dueños absolutos de la verdad; o ver lo que pasa con una mirada más esperanzadora. Es imposible transformar la cultura organizacional sin atravesar primero por una fuerte introspección. Hoy las organizaciones están atravesadas por múltiples desafíos, como la tecnología, la IA, la sustentabilidad y una agenda geopolítica que está cambiando el panorama de los negocios. Hay que tener todo esto en cuenta para cambiar lo urgente y abordar la enorme responsabilidad que tenemos de actuar sobre la realidad que nos toca vivir.
— En uno de los paneles se preguntan si estamos perdidos en la era digital, con foco en el impacto de la Inteligencia Artificial.
— Guastini: En los ‘70 surgió el concepto de “pánico moral” frente a los avances tecnológicos. A veces, sin tener mucha información se generan temores que no son correctos. Pasó con la imprenta y ocurre ahora. Hay que tener recaudos respecto a los impactos negativos que puede tener la inteligencia artificial, pero creemos que va a ser una muy buena oportunidad para humanizar mucho más el trabajo y generar una cultura que ponga en el centro de la organización a las personas.
— ¿Cómo ven el actual proceso económico?
— Bulla: Si miramos desde dónde venimos vemos que hay un proceso que busca sanear la realidad. Los índices de inflación y pobreza realmente nos alarman y el Gobierno está haciendo un gran esfuerzo para poder mejorar al menos el tema de los precios que es una de las grandes distorsiones, una verdadera bola de nieve. Hay medidas positivas, pero nos siguen preocupando otras variables, como los niveles de pobreza y la educación. Esperamos que la baja de la inflación llegue también con medidas que acompañen a la sociedad. Somos respetuosos de todo lo que se está haciendo, pero también levantamos la voz cuando lo que se hace no es conforme a los valores que pregonamos como asociación.
— ¿Por ejemplo?
— Bulla: Con la postulación de Ariel Lijo a la Corte Suprema. Debemos tener una Corte con altísimos niveles de probidad. Las actitudes y decisiones que afectan a la institucionalidad no deben pasar desapercibidas.
— Guastini: La recomposición de la macroeconomía es fundamental para poder estabilizar y empezar a pensar en un sendero de crecimiento, pero eso solo no alcanza. Es necesario mostrar que el país empieza a transitar por un recorrido de institucionalidad con acuerdos políticos a largo plazo. La atracción de inversiones es un articulador fundamental para el crecimiento y la disminución de la pobreza. Y para eso es necesario que exista institucionalidad y seguridad de que los caminos que se van trazando se van a sostener.
— ¿El dólar está atrasado?
— Bulla: Representamos un conjunto de empresarios con distintas realidades. Desde el exterior los que se pide es mayor previsibilidad y que se solucionen rápido las distorsiones del dólar. Son muchas las variables que están en juego, pero debemos converger a un tipo de cambio único lo antes posible y dejar de lado las trabas impositivas que impactan en las empresas y el comercio exterior. Es muy difícil aislar ese impacto porque son gravámenes que alteran y distorsionan totalmente nuestro accionar.
— Guastini: La región está atravesando una oportunidad única. Las empresas miran cada vez con mejores ojos a la región y buscan primero tener certidumbres; luego viene el tema de los costos. Argentina todavía no está mostrando ese grado de certeza y eso significa oportunidades perdidas.
— El FMI pone foco en la calidad del ajuste. ¿Cómo ven la situación desde el punto de vista social?
— Bulla: Tal vez no llegamos por los mismos caminos a esas aseveraciones, pero la realidad de los que más sufren no nos es ajena. Estamos muy cerca de la realidad de todos los estamentos sociales y escuchamos mucho la voz de nuestros pastores que también claman pidiendo que se tenga en cuenta la cuestión social en todo lo que hace el Gobierno para mejorar las variables macroeconómicas.
“Pero sin una transformación personal, sin un reconocimiento de nuestras creencias, de nuestro sentido de propósito, es muy difícil transformar a las organizaciones y a la Argentina” (Guastini)
— En ese sentido, hay sectores que señalan al Papa Francisco por su cercanía al peronismo, y siempre se habla de su politización.
— Bulla: Llevamos 11 años de papado y lo que está dejando Francisco para la humanidad es increíble. Hablamos con hermanos polacos sobre lo que pasó con Juan Pablo II, un papa indiscutido y amado. Y en Polonia también lo usaba políticamente. En nuestro país se politiza todo, incluido el Papa. A veces los argentinos somos un poco mezquinos cuando usamos su figura.
— Guastini: Con esa idea de politizar todo, muchas veces ponemos rótulos que nos separan, pero cuando vamos a las acciones vemos que hay más puntos en común que diferencias. Más allá de los discursos y de las formas, este Gobierno está reforzando la red de contención para los más pobres.
— ¿Cuál es la principal preocupación que tienen hoy como empresarios?
— Bulla: Vemos que el consumo está empezando a retraerse y eso genera impacto en todas las cadenas de valor y, especialmente, en las personas de menores ingresos. Tenemos que estar muy atentos a las variables macroeconómicas, pero ver las variables micro vibrando con el corazón del otro. Muchas pymes están complicadas, pero se ve confianza. Esperamos que lleguen inversiones, que redunden en más empleos y que haya más inclusión.
— Algunas encuestas muestran que el temor a perder el empleo vuelve a estar entre las principales preocupaciones, incluso por encima de la inflación.
— Guastini: Indudablemente, es un tema de preocupación. Pero se está produciendo un efecto que no habíamos visto antes en crisis o procesos recesivos: una mayor lentitud para tomar decisiones de reducción de nóminas. En otros momentos, como 2008 y 2001, frente a un proceso de desaceleración de la economía, las empresas eran más proclives a reducir personal. Esto se da por dos factores. Primero, por una expectativa de un acomodamiento rápido de la economía en el segundo semestre del año. Y también por una realidad que se da en todo el mundo, la escasez de talento. Aún en este contexto de alta volatilidad económica, las empresas tienen muchísimas dificultades para reemplazar a la gente que va rotando.
“Escuchamos mucho la voz de nuestros pastores que también claman pidiendo que se tenga en cuenta la cuestión social en todo lo que hace el Gobierno para mejorar las variables macroeconómicas” (Bulla)
— Otra vez se discuten reformas laborales. ¿Qué opinan?
— Bulla: Sí, pero una cosa son las propuestas y otra lo que finalmente termina plasmándose en proyectos más viables. En el campo laboral todavía hay mucho camino por andar. Tiene que haber modificaciones en los regímenes actuales y los caminos de diálogo son muy necesarios. Los cambios tienen que darse con participación de todos. Nuestra foco está más centrado en asegurar que esos diálogos se produzcan.
— Guastini: Hoy la discusión pasa por cómo se le da certeza a todo el sistema laboral, un sistema que en los últimos 30 años sufrió muchas modificaciones que le dieron altísima incertidumbre a la hora de contratar un empleado. Todavía no llegamos al nivel de discusión más profundo que necesitamos con urgencia: la empleabilidad. Silvia mencionaba el enorme desafío de tener recursos con las habilidades suficientes para cubrir las nuevas necesidades que la tecnología está demandando. Eso no se soluciona solo con una reforma laboral que atienda las cuestiones del empleo, necesitamos una discusión mucho más profunda y estructural. Esa gran discusión política todavía no se está dando.
— ¿Qué iniciativas puntuales están impulsando desde ACDE?
— Bulla: Además del encuentro anual, la asociación está muy presente en la sociedad civil. Tenemos el legado de Enrique Shaw, que es nuestro fundador y nos marca la forma de ser dirigentes empresariales. Estamos creciendo en la mayoría de las regiones del país y aplicando nuestra actividad.
— Guastini: Es muy emocionante ver cómo en los últimos años se están acercando cada vez más jóvenes a ACDE con mucho compromiso con el país y sus roles de líderes.