En un contexto recesivo, el derrumbe de la inversión continuó en el mes mayo

Una medición privada muestra que no hay señales de repunte de las apuestas privadas o públicas desde noviembre pasado. Sin buenas perspectivas para el mercado interno, señalan al RIGI como potencial factor clave para alterar este indicador

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En mayo la inversión en el sector de la construcción se contrajo un 23,7% interanual (EFE)
En mayo la inversión en el sector de la construcción se contrajo un 23,7% interanual (EFE)

La inversión en Argentina continúa en declive, registrando una caída interanual del 23,4% en mayo, según el Índice de la consultora Orlando J. Ferreres (IBIM-OJF). Este desplome, medido en términos de volumen físico sin considerar el efecto de la inflación, refleja un panorama sombrío para la economía del país, acumulando una contracción del 21,1% en los primeros cinco meses del año. En términos de dólares, la inversión mensual se estima en USD 6.692 millones, una cifra alarmantemente baja para una economía que necesita urgentemente capital productivo.

“Al igual que en los anteriores meses del corriente año, durante el quinto mes las cifras de inversión fueron muy malas, anotando una caída de 23,4% en la medición anual, y una contracción de 29,7% si comparamos con el punto más alto de la serie, que se produjo a finales de 2017″, detalló el informe.

“En el detalle sectorial, se destaca la fuerte caída de las importaciones de equipos durables de producción, mientras que la construcción muestra una muy leve desaceleración en su caída”, agregó el reporte de la consultora dirigida por Fausto Spotorno, un economista de mucha llegada al presidente Javier Milei.

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La inversión en maquinaria y equipos, un indicador clave de la actividad industrial y manufacturera, experimentó una contracción del 23,0% en mayo en comparación con el mismo mes del año anterior. En los primeros cinco meses del año, la caída acumulada en este sector es del 16,5%. Al desglosar los datos, se observa que la inversión en equipos importados se desplomó un 33,2%, mientras que los de origen nacional registraron una disminución del 9,8%. Estos datos subrayan la severa contracción en la importación de bienes de capital, lo cual es un reflejo de las restricciones cambiarias y las dificultades económicas generales.

La construcción, otro pilar fundamental de la inversión, también mostró cifras desalentadoras. En mayo, la inversión en este sector se contrajo un 23,7% interanual. Aunque esta caída refleja una leve desaceleración en la tasa de descenso en comparación con los últimos dos meses, sigue siendo un nivel extremadamente bajo. En términos acumulados, el sector de la construcción ha experimentado una contracción del 24,8% durante el primer cuatrimestre del año. La construcción, tradicionalmente un motor de la economía y un gran generador de empleo, enfrenta un panorama complicado con proyectos detenidos y una baja en la demanda de nuevos desarrollos.

La situación en mayo sigue una tendencia negativa que ya se observó en todos los meses de este año y, en forma estable, desde noviembre del año pasado. Según el indicador de la consultora de Orlando Ferreres (OJF), la inversión pública y privada se había desplomado ya un 22,3% en abril, con una inversión mensual estimada en USD 5.975 millones. Aunque abril mostró una mejora respecto a marzo, la comparación anual sigue siendo desfavorable, y la inversión se mantuvo un 19,3% por debajo del promedio de la última década (excluyendo el 2020). La construcción se destacó como el sector más afectado, mientras que la inversión en maquinaria desaceleró su caída respecto a marzo, pero se mantuvo débil.

“Hacia adelante la mirada está puesta en la efectividad que pueda tener el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que comenzará a regir en los próximos meses” (OJF)

“Hacia adelante la mirada está puesta en la efectividad que pueda tener el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que comenzará a regir en los próximos meses. De todas maneras, no alcanzará solo con el nuevo régimen, y el Gobierno deberá consolidar las cifras macro, y ofrecer un contexto político y económico previsible y confiable para atraer nuevas inversiones”, concluyó el reporte de OJF.

Los datos malos de inversión siguen a publicaciones igual de negativas respecto de actividad económica y actividad industrial, publicados también por OJF.

Las estimaciones privadas confirman que la economía se encuentra lejos de mostrar en los gráficos de las consultoras una recuperación en forma de “V” y, en cambio, se mueve en dirección a una “L”, es decir, que se mantendrá en niveles bajos de manera más extendida en el tiempo. En esa línea, el FMI recalculó la caída del PBI a 3,5% este año.

Ese dato esconde una situación dispar, con sectores como la industria, la construcción y el comercio, rubros que dependen del mercado interno, con caídas más significativas. Del otro lado se encuentran, principalmente, el agro, por su recuperación tras la sequía, y la minería.

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