Según Cavallo el cepo al dólar no se levantará pronto y la competencia de monedas esperará, al menos, hasta 2025

El ex ministro de Economía mencionó que el Gobierno no muestra apuro para unificar los múltiples tipos de cambio ni está dispuesto a conceder una devaluación “significativa”

Domingo Cavallo, ex ministro de Economía y presidente del BCRA.

El ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, afirmó en una publicación reciente que el Gobierno de Javier Milei no está en condiciones de eliminar totalmente el cepo al dólar durante los próximos meses para alcanzar la unificación cambiaria, aunque destacó que tampoco está dispuesto a conceder una devaluación significativa del peso. Por otro lado, el economista señaló que es esquema de competencia de monedas que imagina el Presidente se demorará, al menos, hasta 2025.

Las consideraciones de Cavallo fueron consignadas en un trabajo publicado con su firma en Global Source Partners. Allí hizo mención a que el actual ministro de Economía, Luis Caputo, desmiente que vayan a producirse cambios en el esquema cambiario a menos que se consiga un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que implique el aporte de fondos frescos a las reservas del Banco Central.

“Pero es poco probable que encuentre un clima favorable a ese tipo de negociación con el FMI si antes no adopta medidas para el incremento de las reservas. Lo que sin lugar a duda no va a ocurrir es que en los próximos meses se eliminen en forma total todas las restricciones cambiarias y se decida la unificación y liberalización del mercado cambiario admitiendo una devaluación significativa del peso”, afirmó el ex ministro de Economía de Carlos Menem y Fernando de la Rúa.

Milei promete avanzar hacia la competencia de monedas. REUTERS/Liesa Johannssen/File Photo

El artículo de Cavallo comienza con la descripción de que el Gobierno espera que en el segundo semestre continúe el proceso de desinflación para llegar a un 2% mensual hacia finales del año. En paralelo, esperan sostener el crawling peg al 2% mensual y mantener congelada la emisión monetaria. La tasa de interés regulada por el BCRA se mantuvo en terreno negativo en la primera parte del año, parte de la estrategia para “licuar” los pasivos remunerados de la entidad.

“El gobierno también espera que en el segundo semestre se generalizen los tenues brotes verdes que ya visualiza en varios sectores de la actividad económica real. Para alentar el proceso de crecimiento económico por el lado de la oferta, tiene el propósito de avanzar hacia la liberalización de los mercados y la eliminación de las distorsiones provocadas por las malas regulaciones y la improductividad de las empresas del Estado. Para implementar y vigilar ese proceso se designaría ministro encargado de la reforma económica a Federico Sturzenegger, autor intelectual de la legislación que se planea modificar con este objetivo”, enumeró el economista.

A su criterio, el equipo económico “no muestra apuro por remover las restricciones cambiarias tanto al comercio de bienes como al comercio de servicios y el movimiento de capitales porque teme que de hacerlo podría producirse un salto cambiario capaz de desestabilizar nuevamente la macroeconomía”, algo que podría producirse, estimó, el año que viene.

Cavallo resaltó también que el FMI, economistas ortodoxos e inversores “esperan cambios importantes en las políticas cambiaria y monetaria”.

En los últimos meses hubo posturas enfrentadas entre Cavallo y Milei.

“La principal objeción a la simple continuidad de estas políticas radica en lo que se considera una apreciación real exagerada del peso en el mercado oficial y en la escasa compra neta de reservas por parte del Banco Central que se espera a partir de junio debido a la derivación del 20% de los ingresos de exportación al mercado CCL”, añadió.

En ese sentido, comentó que el informe del staff del Fondo Monetario sugiere “eliminar esa derivación hacia el mercado CCL de ese 20% y compensar su efecto sobre el tipo de cambio efectivo de exportación, por un ajuste del tipo de cambio oficial de alrededor del 10%”.

“Significaría ubicarlo cercano a $1.000 por dólar. Si, al mismo tiempo se redujera el impuesto país del 17,5 al 7,5% se podría evitar el impacto inflacionario del aumento del costo de las importaciones. Se trataría de una devaluación perfectamente compensada que permitiría al Banco Central comprar las reservas que hasta este cambio se derivaban al mercado CCL”, explicó.