China es, detrás de Brasil, el segundo socio comercial de la Argentina, pero la relación entre ambos países es claramente desigual. Entre 2008 y los primeros cinco meses de 2024 nuestros país exportó mercadería al gigante asiático por un total de USD 90.457 millones, mientras que realizó importaciones por USD 175.595 millones, lo que dejó como resultado un déficit de USD 85.048 millones.
Además, en los últimos 16 años prácticamente no hubo períodos en los que Argentina estuviera en ventaja. Tras mucho tiempo, el saldo se revirtió levemente en mayo, cuando, principalmente debido a la recesión de la economía argentina y la fuerte caída de las importaciones, el intercambio comercial con China registró un saldo positivo de 204 millones de dólares: las exportaciones sumaron 971 millones de dólares, con un incremento interanual de 37,7% (266 millones de dólares) en relación al mismo mes del año pasado, principalmente por mayores ventas de productos primarios. El 63% de los despachos se concentró en porotos de soja, excluidos para siembra. Ese producto en particular registró una mejora del 110,2% en comparación al año pasado, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Mayo fue casi un espejismo, porque el comercio bilateral con China está lejos de dejar saldos positivos
En lo que respecta a las importaciones, totalizaron 767 millones de dólares y disminuyeron 38,4% con respecto a mayo de 2023 (-477 millones de dólares), debido principalmente al descenso de las compras de piezas y accesorios para bienes de capital (-157 millones de dólares) y de bienes de capital (-116 millones de dólares).
Mayo fue casi un espejismo, porque el comercio bilateral con China está lejos de dejar saldos positivos. Si se analiza lo ocurrido durante los primeros cinco meses de 2024, se encuentra que hubo un déficit de USD 1.445 millones para la Argentina. La buena noticia, es que el déficit se achicó considerablemente en relación al año pasado, cuando el intercambio con el país asiático arrojó un saldo negativo de USD 3.163 millones en ese mismo período.
Qué se compra y qué se vende
China es el cuarto destino en importancia para las exportaciones argentinas (tiene una participación del 6,5% sobre el total), pero es el segundo en importaciones (17,9% del total). Esa diferencia se debe en gran medida a la naturaleza de los productos que se intercambian en la relación comercial.
Según estadísticas difundidas por el Indec, de USD 2.538 millones exportados a ese país en los primeros cinco meses de este año, USD 1.348 millones se explican por el envío de productos primarios (principalmente cereales y frutos oleaginosos) y USD 953 millones por las ventas de manufacturas de origen agropecuario.
Apenas USD 205 millones corresponden al rubro de manufacturas de origen industrial, de donde se desprende que hay una muy baja participación en las exportaciones de productos con alto valor agregado.
Por el contrario, los productos que Argentina le compra a China tienen un alto valor agregado. Según el detalle publicado por el organismo nacional de estadísticas, de USD 3.953 millones importados desde ese país en los primeros cinco meses del 2024, USD 1.081 millones corresponden a bienes de capital, USD 1.418 millones a bienes intermedios, USD 875 millones a piezas y accesorios a bienes de capital y USD 538 millones a bienes de consumo. Además, según los datos del Indec para el mes de abril, el flete medio por tonelada que importa la Argentina es mucho más caro para los productos provenientes de China: USD 263 por tonelada, contra USD 199,6 por tonelada importada desde la Unión Europea, USD 95,9 por tonelada desde América del Norte y USD 52,9 por tonelada desde países del Mercosur.
Mercado difícil
Aunque China lleva muchos años siendo uno de los principales socios comerciales de Argentina, la relación no siempre ha sido la más amigable. En 2016, por ejemplo, Beijing paralizó abruptamente las compras de soja argentina en retaliación por medidas locales sobre la concesión de licencias de importación y por la mora del gobierno de Mauricio Macri en reconocer a China como “economía de mercado” ante la Organización Mundial del Comercio. Desde China dijeron entonces que la decisión de no comprar aceite de soja argentino se debía a “razones de mercado”.
Lo cierto es que las compras a la Argentina se habían reducido 97%, agujero que aprovechó Brasil para ganar hasta 60% del mercado chino. Fue el inicio de las ventas de aceite de soja argentino a la India, que se volvió un gran comprador y es hoy el principal destino de las exportaciones de la provincia de Santa Fe.
Tampoco era la primera vez que China reaccionaba duramente contra la Argentina: en 2010 había interrumpido bruscamente las compras a la Argentina, por medidas antidumping del gobierno argentino, que las levantó rápidamente.
En contraparte, en enero de este año la República Popular China decidió beneficiar a 143 productos agroindustriales con reducciones o prórroga de reducciones de aranceles temporales, mejorando condiciones a productos argentinos para acceder a ese mercado. En ese marco, Argentina se vio beneficiada por las exportaciones de hortalizas, lácteos y productos de pesa, entre otros.