En la última revisión del programa argentino el Fondo Monetario Internacional (FMI) dio algunas pistas sobre lo que espera para la economía argentina, en particular sobre el futuro del dólar, el cepo cambiario, las tasas de interés y el esquema de competencia de monedas que impulsa el Gobierno de Javier Milei.
El último staff report del organismo, publicado el lunes, reflejó la necesidad de que la política cambiaria se vuelva más flexible para asegurar la acumulación de reservas en el Banco Central, fundamental para afrontar los compromisos de deuda que tiene la Argentina desde el año que viene. El desarme gradual de las restricciones de acceso a divisas y una tasa de interés positiva son fundamentales para el Fondo.
El ministro de Economía, Luis Caputo, y el titular del BCRA, Santiago Bausili, tienen pensado avanzar en ese camino pero avisaron en un comunicado conjunto reciente que la velocidad dependerá de que no se ponga en riesgo la estabilidad del dólar y la desaceleración de la inflación. El horizonte es la competencia de monedas que promete Milei.
El futuro del cepo cambiario
El último documento del FMI planteó la necesidad de una política cambiaria más flexible. La hoja de ruta prevé la eliminación en junio del “dólar blend” para exportadores, que permite liquidar un 20% de las divisas ingresadas en el CCL, y el fin del impuesto PAIS para fin de año.
En ese sentido, Caputo dijo recientemente que si el oficialismo consigue la aprobación de la Ley Bases y el paquete fiscal en el Congreso se podría avanzar en una reducción del 17,5% al 7,5% en la alícuota del impuesto PAIS. Este es un gravamen que pagan casi todos los sectores que quieren hacerse de divisas para girar al exterior.
De todos modos, distintos funcionarios del Ministerio de Economía comentaron que el tipo de cambio diferencial para exportadores no será modificado. Las cerealeras piden un dólar mayor para acelerar las liquidaciones en un contexto en el que el BCRA comenzó a vender reservas en el mercado de cambios.
“El BCRA contempla avanzar en la liberación de controles cambiarios y en una mayor flexibilidad cambiaria siempre y cuando estas medidas no impliquen riesgos excesivos para el proceso de reducción de la inflación y fortalecimiento de su hoja de balance, tal como se refleja en el Acuerdo. El proceso lo definirán las propias autoridades de Argentina contemplando la evolución de las variables económicas relevantes, quienes compartirán con el FMI los parámetros que serán monitoreados, sin incluir compromisos de fechas o medidas específicas”, explicaron la autoridad monetaria y el Palacio de Hacienda en un comunicado conjunto que se publicó antes de que se diera a conocer el último staff report.
Tipo de cambio y tasas de interés
Para el Fondo, el tipo de cambio real se apreció 40% luego de la fuerte devaluación que aplicó Milei en los primeros días de su mandato aunque los técnicos consideran que se encuentra en un nivel de “equilibrio de mediano plazo”. En esa cuenta se incluye el 17,5% adicional del impuesto PAIS.
Por el lado de la tasa de interés, el organismo pidió apoyar la transición hacia un nuevo régimen monetario y evitar las presiones del mercado. Para eso recomendó que las tas de política monetaria se vuelvan positivas en términos reales.
“Esto también ayudará a recuperar la demanda de dinero a medida que se levantan los controles de capitales. En la última licitación de deuda el Tesoro pagó una tasa mensual del 4.25% sobre las Lecaps y dijo que el proceso de tasas negativas había terminado. Sin embargo, para que esta tasa sea positiva la inflación debe ser menor, algo que se verificó en mayo, pero dudamos que se repita los próximos meses. Tampoco está claro contra cómo se medirá la tasa real. No es lo mismo usar la inflación pasada o la esperada”, indicó la consultora Econviews, del ex ministro de Finanzas, Miguel Kiguel.
Hacia la competencia de monedas
El esquema de competencia de monedas comenzó a aparecer de manera oficial en las conversaciones entre el Gobierno y el Fondo Monetario, e incluso ya existe algún grado de acuerdo sobre qué elementos sostendrán a ese sistema monetario al que apunta a migrar el equipo económico en los próximos meses.
Tasa de interés real positiva en pesos para favorecer la demanda en pesos, un Banco Central con restricción total de financiamiento al Tesoro –algo que podría quedar establecido por ley– pero con funciones de prestamista de última instancia a los bancos y de manejo de liquidez a través de títulos públicos y una flotación administrada –no libre– del dólar tras una unificación cambiaria.
Esos fueron algunos de los elementos que identificaron los técnicos y los funcionarios argentinos como columnas de la competencia de monedas. No hubo referencias, a lo largo del documento, a fechas concretas de implementación del nuevo esquema, y tampoco fue mencionada la idea de dolarización completa de la economía.
La competencia de monedas fue explicada por el FMI en uno de los apartados de análisis de política monetaria y, más adelante en el documento oficial, también fue mencionado por el Gobierno, que también exhibe habitualmente en los staff report su propia visión de las medidas en marcha y las que vendrán en adelante. Desde Buenos Aires y Washington reconocieron que a la implementación de este programa aún le faltan definir distintas cuestiones.
“Si bien se están desarrollando los fundamentos clave, la eventual ‘competencia de monedas’ dentro del régimen podría dejarlo parecido al sistema de flotación administrada que prevalece hoy en Perú y Uruguay”, mencionaron los técnicos. Esos dos países tuvieron en décadas recientes, sistemas de economía bimonetaria que les permitió bajar la inflación de manera consistente. Ninguno de las dos naciones dolarizó por completo su economía, pero sí permitió la utilización de la moneda norteamericana para el ahorro y el intercambio.