La llegada de un frente frío completamente inédito en algunas regiones del sur del país para el mes de junio, ha dejado escenas dantescas de autos tapados por un temporal de nieve inesperado como el que se vivió en las cercanías de Comodoro Rivadavia, Chubut, y con el correr de los días ha llegado también al norte de la Patagonia y las provincias cuyanas en la zona de cordillera.
Coincidentemente con dos fines de semana largos consecutivos, muchos turistas fueron sorprendidos por el manto blanco que en pocas horas cubrió los caminos y rutas de esas zonas, y la inexperiencia en la conducción sobre nieve y hielo, ha dado problemas a cientos de automovilistas.
Tanto sea para circular por esas regiones para quienes ya están allí, como para quienes viajarán en las próximas semanas saliendo de puntos del país donde no se convive con la nieve en invierno, es muy importante saber cómo preparar el automóvil que circulará en una condición de piso muy resbaladizo si no se tienen las precauciones adecuadas y el conocimiento de cómo enfrentarlo.
Lo primero que hay que saber, es que manejar en la nieve e incluso el hielo, en las condiciones correctas no es tan difícil como se suele imaginar. Sólo se trata de tener algunas precauciones. La primera es circular a la velocidad correcta. Un automóvil, si pierde contacto con el suelo, deja de tener un conductor y pasa a tener solamente pasajeros a bordo.
Cada año, la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ASNV) suele hacer lo que se conoce como el “Operativo Invierno”, a través del cual se hace un trabajo de prevención para los automovilistas que recorren las rutas hacia los destinos turísticos de deportes invernales. Ese operativo adiciona a los controles normales documentación, alcoholemia, velocidad y uso de los elementos de seguridad obligatorios, tal como la presencia de cadenas para nieve. Además, como es normal, se colocarán eventuales retenes al tránsito para evitar accidentes en zonas donde la caída repentina de nieve puede generar peligro para la circulación.
Pero más allá de cumplir con las indicaciones de las autoridades, hay precauciones que se pueden tomar para mejorar la seguridad cuando un viaje se empiece a acercar a los tramos finales, cerca de las zonas montañosas donde las condiciones climáticas pueden ser más complejas.
Intentar llegar con luz diurna es fundamental, porque con bajas temperaturas, apenas baja el sol, los pisos mojados o nevados pueden empezar a formar hielo por sectores, especialmente en curvas donde el sol no llega desde horas tempranas. Siempre es importante tener en cuenta que en invierno, en zonas de montaña, el sol está más bajo y la sombra acelera el proceso de helada aun cuando es de día.
Si aún así, el camino se complica con nieve o hielo, tanto en el viaje como en destino, habrá que detenerse a colocar las cadenas, para lo cual es fundamental buscar un espacio plano y lo más alejado posible de la cinta asfáltica o las huellas por las circularán los automóviles, ya que un conductor inexperto o un auto sin cadenas que intenta pasar, puede perder el control y se puede salir del camino.
Hasta encontrar ese lugar seguro donde detenerse, se debe conducir a baja velocidad, y no hacer maniobras bruscas que despeguen la superficie de contacto de los neumáticos. Tampoco hay que frenar ni acelerar bruscamente, ya que esas maniobras pueden producir el mismo efecto. Una rueda bloqueada, por más dirección que se dé al volante, generará que el auto siga la línea directa de inercia con la que se está transitando. Para recuperar dirección es fundamental soltar levemente el freno cuando se detecta que las ruedas están bloqueadas y no están girando, y una vez recuperada la dirección, volver a frenar suavemente hasta detener la marcha.
Una vez que se ha podido encontrar un lugar seguro, hay que recordar que las cadenas deben colocarse en las ruedas que tienen tracción, porque esas son las que acelerarán sin patinamiento, y también las que actuarán como freno motor en cambios bajos. Además, deben quedar sujetadas firmemente, ni muy apretadas como para que no cierren correctamente, ni muy sueltas, porque además de dañarse y desprenderse, es posible que puedan dañar partes vitales de la suspensión o dirección, lo que podría generar otro accidente ajeno a la nieve.
Un último consejo importante es que antes de iniciar el viaje, hagan un simulacro de colocación de cadenas en casa, ya que hay distintos tipos y modelos, aunque la mayoría se colocan abrazando la rueda desde atrás hacia adelante, es decir desde la cara de la rueda que está oculta hacia la que está frente a quién las coloca. Es una tarea sencilla, pero practicarla antes de tener que hacerlo por necesidad, ayudará mucho. Además es importante llevarlas en un lugar de fácil acceso en el baúl del automóvil, y contar con un par de buenos y cómodos guantes. Cuando se colocan cadenas en pleno camino nevado, el frío suele jugarle una mala pasada a las manos de quién lo hace.
Tanto con cadenas o sin ellas, hay leyes fundamentales de la física que se siguen aplicando siempre, pero que se ponen más sensibles con un piso resbaladizo. Mantener la distancia con los autos de adelante siempre es un consejo útil, pero como a muy bajas velocidades suele caerse en la trampa de creer que frenar será posible, siempre es bueno mantenerse a unos ocho segundos del auto que va adelante. Así, tanto a 20 km/h como a 60 km/h, la distancia será suficiente para poder maniobrar o detenerse si es necesario.
En caso de encontrar hielo, muchas veces es posible verlo antes de sentir que las ruedas están patinando. El hielo suele verse opaco, por lo que aún si está sobre asfalto, la superficie no brillará como si fuese piso mojado. Cuando el hielo está sobre nieve, también puede notarse una diferencia visual aunque es más difícil distinguirlo. Si aparece esa falta repentina de adherencia, una de las cosas que se pueden hacer para resguardarse de un susto, es morder suavemente el borde de la huella, donde hay nieve, pero esto debe hacerse siempre y cuando sea con un sutil movimiento de la dirección, que permita que el lomo de los neumáticos, toquen el espesor mayor de la pared de nieve, y siempre que esa pared no sea demasiado alta como para que el paragolpes delantero se clave y provoque un trompo sobre el camino. Sacar una o dos ruedas de la superficie resbalosa, es una forma de controlar la situación, y por supuesto, siempre hay que hacerlo hacia el lado seguro, que frecuentemente es el derecho si se transita por una ruta, ya que por la mano izquierda suelen venir autos de frente.