El Gobierno de Javier Milei avanza en los trabajos técnicos para conseguir hasta USD 1.000 millones de China con los que espera reactivar en los próximos meses la construcción de las represas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner, en Santa Cruz, según pudo confirmar Infobae con diversas fuentes oficiales y privadas vinculadas al proyecto. Las obras, la inversión en infraestructura más grande que tiene el gigante asiático fuera de su territorio, se encuentran frenadas desde el 18 de diciembre y se perdieron 2.5000 puestos de trabajo.
El financiamiento está condicionado al progreso de los trabajos técnicos entre Enarsa y el consorcio de empresas contratistas para firmar la adenda XII del contrato de obra, según se desprende del staff report que publicó este lunes el Fondo Monetario Internacional (FMI). Ambas partes trabajan para cerrar detalles ambientales, laborales y de ejecución que permitan conseguir el desembolso antes de que finalice el invierno.
La Argentina dio la semana pasada un paso clave para ese objetivo con la renovación del tramo del swap por casi USD 5.000 millones que anunció el Banco Central de la República Argentina (BCRA), punto crítico en la agenda bilateral. Es por eso que ahora el Gobierno espera asegurarse el financiamiento de entre USD 500 millones y USD 1.000 millones a través del consorcio de bancos compuesto por China Development Bank Corporation, Industrial and Commercial Bank of China (ICBC) y Bank of China.
Este tema, tal como informó este medio en su momento, formó parte de la reunión que mantuvieron a finales de abril en Beijing la canciller, Diana Mondino, el embajador argentino en China, Marcelo Salvia; el presidente del BCRA, Santiago Bausili, y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, con ejecutivos de la UTE integrada por China Gezhouba Group Internacional (54%) y Eling Energía Argentina (ex Electroingeniería) (36%), a cargo de las dos centrales hidroeléctricas sobre el Río Santa Cruz. El 10% restante corresponde a Hidrocuyo.
“Las represas es uno de los temas de la agenda bilateral. Los fondos se terminaron durante el Gobierno anterior en medio del proceso electoral”, habían comentado fuentes oficiales.
Enarsa, como comitente de la obra trabaja con las empresas en la revisión de la adenda 12 del contrato iniciado en marzo de 2015, ese número grafica la complejidad que tuvo el proyecto. La UTE ya informó un nuevo cronograma de ejecución, a la espera de que el Tesoro solicite un waiver a los bancos chinos para que lleguen los fondos.
Los cambios presidenciales de los últimos años pusieron en jaque el desarrollo de la obra: debería haberse finalizado en 2020, antes de la suspensión por la pandemia, y la última fecha prevista es 2027. El que se dio con Milei no fue la excepción. Hasta el momento la Argentina recibió USD 1.850 millones del crédito total aprobado por USD 4.714 millones para finalizar la obra, que incluye además una línea de alta tensión de 170 Km en 500 kV.
El último desembolso fue realizado en noviembre de 2022, por un total de USD 500 millones y permitió mantener la construcción de las centrales hasta diciembre pasado, a pesar de que en todo 2023 no se giraron los fondos. Actualmente el fondo fiduciario hídrico destinado a este proyecto no tiene recursos y son 2.500 puestos de trabajo los que fueron cesados por los retrasos del Ejecutivo en las negociaciones. Fuentes de la empresa sostiene que podrían ser 5.000 los empleos totales si se retoma el normal ritmo de ejecución.
Las centrales, ubicadas a 145 kilómetros de El Calafate, permitirán aumentar un 4,5% la oferta de electricidad nacional y un 15% la producción de energía hidroeléctrica. La represa Jorge Cepernic está prevista con una altura de 41 metros, con tres turbinas del tipo Kaplan, y podría proveer 1.780 GWh por año. Su avance quedó frenado en 42 por ciento.
La central Néstor Kirchner tendrá una altura de 73 metros, con la previsión de que cuente con cinco turbinas Francis para generar 3.167 GWh por año. Tiene una ejecución del 20 por ciento.
“Entre diciembre del 2022 y octubre del 2013 llegaron desde Shangai, China, dos turbinas y numerosos componentes electromecánicos para el avance de las obras. Ya hay dos campamentos armados con capacidad para alojar a 2500 personas cada uno y disponibles para la reincorporación de los trabajadores, explicaron desde la UTE.