El Banco Mundial se prepara para discutir y aprobar el próximo año programas por unos USD 2.000 millones para la Argentina. Según se indicó a Infobae, el organismo multilateral que conduce Ajay Banga destinará estos dólares a diversas iniciativas de protección social y no para asistencia directa del Tesoro Nacional.
La prioridad, indicaron fuentes del banco a Infobae, son los proyectos que puedan ayudar a mitigar el impacto de la situación macroeconómica sobre los pobres, se detalló. El directorio del banco comenzará a discutir en el corto plazo algunas de estas iniciativas en el nuevo año fiscal que comienza este mes.
Al difundirse la noticia, el presidente Javier Milei expresó entusiasmado en la red X sobre este paquete de ayuda: “Será sorprendente. Está muy fuera de los parámetros convencionales de la institución”.
Se trata básicamente de créditos para iniciativas nuevas de asistencia social, educación y desarrollo infantil temprano, entre otras. El banco tiene una cartera de créditos aprobados de unos USD 8.500 millones para el país; entre otros, ha financiado buena parte de la AUH.
Ayer, en declaraciones televisivas, el presidente Javier Milei indicó que “en principio, hay que diseñar el acuerdo y hay que llegar a un convenio. Yo no hablé con Kristalina Georgieva de dinero, pero también tuvimos una reunión con el presidente del Banco Mundial y decidió apoyar muy fuertemente”.
“Al día siguiente de que se dé a conocer el acuerdo con el Fondo, el Banco Mundial va a hacer una apuesta muy fuerte por la Argentina”, aseguró el Jefe de Estado. De todos modos, los créditos mencionados previamente no están atados a la suerte del potencial nuevo acuerdo con el organismo que lidera Georgieva.
Cabe recordar que la semana pasada el Banco Mundial dio a conocer dos informes con referencias a la Argentina. En uno, de carácter global, afirmó que este año será la economía latinoamericana con mayor contracción de su PBI y en 2025 se transformará en la que exhibirá el rebote más profundo.
Las perspectivas sobre la Argentina
La entidad cambió drásticamente su estimación sobre el PBI argentino: en enero había calculado que el país crecería este año 2,7%; en cambio, en abril último difundió una caída del -2,8%, que ahora se profundizó hasta el -3,5%.
El informe de “Perspectiva económica mundial”, difundido hoy desde Washington, indicó que “las previsiones de crecimiento para 2024 se han revisado a la baja desde enero, principalmente debido a una marcada rebaja para Argentina, que ahora se prevé que se contraiga este año antes de reanudar el crecimiento el año próximo”.
Al respecto, estimó que “la economía argentina se contraerá notablemente, un 3,5% en 2024, antes de repuntar un 5% en 2025″.
El Banco destacó que el gobierno de Javier Milei “está tratando de hacer frente a los importantes retos económicos del país con un nuevo enfoque político basado en parte en la consolidación fiscal y el reajuste de los precios relativos, incluido el tipo de cambio”.
La entidad destacó que el Gobierno está tratando de hacer frente a los importantes retos económicos del país con un nuevo enfoque político basado en parte en la consolidación fiscal y el reajuste de los precios relativos, incluido el tipo de cambio.
Por este motivo, “se espera que la inflación siga siendo elevada este año, aunque disminuyendo a un ritmo rápido”, como ocurrió al menos hasta mayo en términos mensuales.
“Las previsiones de crecimiento para 2024 se han revisado sustancialmente a la baja desde enero en América latina, reflejando en parte una fuerte consolidación fiscal en Argentina, ya que las autoridades están tratando de hacer frente a los importantes retos económicos del país”, subrayó la entidad multilateral, uno de los principales prestamistas oficiales del país.
“En Argentina, los datos recientes indican que la producción sigue disminuyendo, excepto en la agricultura”, detalló el informe. La semana pasada el BM difundió un reporte que daba cuenta del retroceso argentino en materia de la agricultura.
Además, el BM sostuvo que “la inflación general y la subyacente han seguido cayendo en toda la región, aunque a un ritmo más lento. La excepción entre los principales países de América latina es Argentina, que experimentó un aumento significativo de la inflación mensual a principios de 2024, pero ahora muestra signos de moderación tanto en la inflación como en las expectativas de inflación”.
En términos del PBI, “el crecimiento para 2024 se ha revisado a la baja en 0,5 puntos porcentuales desde enero en la región, debido principalmente a la reducción de las exportaciones regionales y a un marcado deterioro de las perspectivas a corto plazo para Argentina”.
En otro informe, el “Un nuevo horizonte de crecimiento: Mejorar política fiscal, abrir mercados e invertir en capital humano”, afirmó que la Argentina tiene que mejorar sus cuentas fiscales en forma sustentable con una reducción del empleo público y una modificación del sistema previsional, entre otros elementos.
El organismo sugirió abrir la economía argentina con nuevos acuerdos comerciales, una baja de las retenciones y de los aranceles, entre otras medidas. Al referirse al empleo público indicó que “ha cobrado cada vez más importancia en la última década, ya que la creación de empleo privado se ha estancado. El crecimiento del empleo en el sector privado fue fuerte durante el auge de las materias primas en la década de 2000, pero se ralentizó durante la década de 2010 debido a las distorsiones macroeconómicas, un sistema fiscal distorsionador, la escasa inversión en infraestructura y las restricciones crediticias, entre otros factores”.
En cambio, detalló “el crecimiento del empleo se ha concentrado en el sector público. Entre 2012 y 2019, el sector público fue responsable del 95 por ciento de los 591.000 empleos asalariados creados; este papel se hizo más fuerte durante la pandemia de COVID-19, cuando el empleo público aumentó incluso cuando la contratación privada disminuyó. Los empleos en el sector público representaron el 17 por ciento de los puestos de trabajo en Argentina en 2019, más que en todos los países de comparación, excepto Australia, Eslovaquia y Polonia”.