A pesar de la fuerte caída en la actividad que prevé el FMI para este año, en línea con los pronósticos oficiales, el tono del staff report por el que se liberó el desembolso de los USD 800 millones fue bien recibido entre los analistas del mercado en la previa al reinicio de las operaciones tras el fin de semana largo.
Si bien el documento no aportó mayores sorpresas, más allá de la mención del fin del “dólar blend” (el esquema preferencial para exportadores por el que la liquidación de divisas se cursa 80% por el mercado oficial y 20% en el segmento financiero y que fue rápidamente desmentida desde el equipo económico) lo cierto es que el texto fue considerado “optimista”. Sin ir más lejos, en línea con las estimaciones oficiales, el FMI recortó en 10 puntos su proyección de inflación para fin de este año, que ahora sitúa en 140% a fin de diciembre. En sí mismo, a falta de indicios contundentes respecto del nuevo acuerdo que se negociará con la Argentina y que se espera incluya fondos frescos, el texto difundido ayer no tiene la potencia para modificar la tendencia del mercado.
Sin embargo, un cuadro con proyecciones a largo plazo se destacó: es el que indica la perspectiva de deuda pública, medida en relación al PBI, tanto en pesos como en dólares. En ese gráfico, se asume una notable caída del endeudamiento en relación al tamaño de la economía desde el punto récord de 160% del PBI a partir de este este año y a pesar de la contracción económica de 3,5% que también se pronostica. Detrás de esa proyección, destacada por el jefe de Research de Romano Group, Salvador Vitelli, se detectan varios supuestos, todos bajo el escenario de un desarrollo exitoso del plan económico, cualquiera fuese. Para que se cumpla esa estimación, apuntó el analista, deberían confirmarse los siguientes supuestos que la sustentan. El primero de ellos, es evidente, el crecimiento del PBI.
En ese sentido, al menos para el próximo año, el Fondo Monetario ratificó su expectativa de fuerte recuperación de la economía con un crecimiento de 5%, lo que dejaría el nivel de actividad levemente por encima de diciembre del año pasado. Junto con esa condición imprescindible, el ancla fiscal cumple un rol preponderante, es decir, se debería sostener el equilibrio de las cuentas públicas, lo que implica que el Gobierno no aumentaría el nivel de endeudamiento. En otros términos, para sostener esa proyección de deuda, el FMI asume una macro más estable que, a su vez, contribuya a alargar los vencimientos de la deuda en pesos con menores rendimientos. Para ello, se descuenta, las tasas de interés deberán volver a terreno positivo, tal como anunció la semana pasada el ministro de Economía, Luis Caputo. Es una exigencia histórica del organismo, punto siempre destacado de su manual de procedimientos.
Respecto de la deuda en dólares, en tanto, en sintonía con otros colegas del mercado, Vitelli no descartó una negociación con los acreedores para estirar plazos, aunque siempre en el contexto de una baja del riesgo país que habilite un acuerdo amistoso entre el Gobierno y los bonistas. En ese sentido, Ariel Sbdar, fundador de la plataforma de inversión Cocos, destacó que aún en el escenario de una reestructuración en la que se recortan 50% los cupones de los bonos -algo en rigor improbable dado que ya son bajos- y que se postergaran en la misma proporción los pagos de capital, los tenedores de bonos argentinos no perderían, siempre y cuando se asuma un rendimiento (exit yield) de 10%, incluso pese a la suba de los títulos desde fines del año pasado.
“Aún con la suba de los activos durante los últimos meses, el precio actual todavía refleja un escenario negativo para la deuda. Esto es bueno para el inversor de dichos bonos dado que de no ocurrir, todavía existe mucha ganancia de capital para adelante”, explicó Sbdar. El gráfico del FMI alentaría expectativas en ese sentido, aun cuando en el mercado el impacto de las previsiones del organismo es relativo. Esencialmente porque siempre asume el escenario en el que “todo sale bien”.
De todos modos, lo que sí influye en el mercado es la postura del Fondo respecto del plan del Gobierno. “Su posición influye. El FMI apoya las reformas del Gobierno, eso es positivo para el mercado”, sostuvo el economista Fernando Marull.