Jordan Belfort, el célebre “gurú” de los mercados financieros conocido como “El Lobo de Wall Street”, hizo público un entusiasta elogio al presente de la Argentina. El magnate se sumó así a otras figuras rutilantes de la política y las finanzas, como el empresario Elon Musk, que destacaron el nuevo proceso económico encarado por el país con la llegada del libertario Javier Milei a la Presidencia.
A través de su cuenta en la red social “X”, Belfort expresó: “Acabo de regresar de la Argentina y, como siempre, ¡Estoy absolutamente impresionado! Un país tan prometedor y con infinitas posibilidades ¡Ya estoy planeando mi próximo viaje de regreso!”.
Eso no fue todo: Belfort posteó un video donde reconoce que ama al país. “Me encanta Argentina, es un país muy interesante, pero en el pasado, el gobierno realmente lo metió en un desastre. Esperanzado creo que todo ha cambiado. Está todo a su favor: tiene una gran gente, gente educada, recursos naturales. Tengo todo el equipo técnico argentino, algunos de los mejores programadores y trabajadores. Un amigo mío tiene un rancho de polo justo afuera de Buenos Aires. Además mi mujer es cordobesa, por lo que pasé mucho tiempo en Córdoba. Entonces sí, amo Argentina”.
La película “El Lobo de Wall Street” dirigida por Martin Scorsese y protagonizada por Leonardo Di Caprio hizo de Jordan Belfort un personaje conocido a nivel mundial. El film se basó en dos libros que Belfort escribió sobre su historia personal.
“Amo Argentina y está todo a su favor: tiene una gran gente, educada, recursos naturales, los mejores programadores y trabajadores. Además mi mujer es cordobesa”
La mítica vida de Belfort no está exenta de polémica. Llegó a ganar hasta 10 millones de dólares por día, pero en 1998 acabó acusado de fraude, blanqueo de dinero y manipulación del mercado de valores, lo que provocó pérdidas de unos 200 millones de dólares a los inversores. Debido a esto, fue condenado a 22 meses de cárcel en una prisión federal, tras colaborar con el FBI.
Nacido en el barrio de Bronx, Nueva York, en 1962, Belfort comenzó su carrera en el mundo financiero como un corredor de bolsa en la década de 1980. Pronto fundó su propia firma, Stratton Oakmont, que se convirtió en el epicentro de una de las mayores estafas de valores en la historia de Estados Unidos. A través de prácticas poco éticas y fraudulentas, Belfort y su firma amasaron una fortuna, pero a un costo moral y legal inmenso.
Una vida de leyenda
Belfort nació en el seno de una familia de clase media y con apenas 21 años ya se había convertido en uno de los personajes más polémicos del mundo de las finanzas en Wall Street. Su ferocidad para hacer negocios y conseguir dinero velozmente le valió el apodo de “El Lobo de Wall Street”.
Belfort acuñó el apodo de “El Lobo de Wall Street” por su ferocidad a la hora de hacer negocios, un nombre inmortalizado por la aclamada película que inspiró
A los 24 años, lo tenía absolutamente todo: Wall Street estaba a sus pies, sus millones de dólares se duplicaban, disfrutaba de una vida llena de lujos, manejaba muchísimo poder y estaba rodeado de las mujeres más hermosas. Pero cayó en los excesos, consumió drogas y terminó encarcelado durante dos años, acusado de manipulación del mercado de valores y lavado de dinero.
Su autobiografía, llamada al igual que el célebre film “El Lobo de Wall Street”, fue publicada en 2007 y es una crónica detallada de su vida en Stratton Oakmont. Más allá de las extravagantes fiestas y el estilo de vida hedonista, el libro ofrece una visión profunda de las tácticas de ventas y persuasión que Belfort y su equipo utilizaron para alcanzar el éxito. Aunque muchas de estas tácticas estaban teñidas de ilegalidad, hay lecciones subyacentes sobre la psicología de ventas y la importancia de la persuasión en el comercio.
Después de su caída y su tiempo en prisión, Belfort se embarcó en un camino de redención. Se convirtió en un orador motivacional y consultor de ventas, y en esa nueva actividad utilizó su experiencia para enseñar a otros sobre ética empresarial y cómo evitar los errores que él cometió en el pasado. En sus conferencias y seminarios, Belfort enfatiza la importancia de la integridad y la responsabilidad en los negocios. A través de su propia historia, ilustra las consecuencias devastadoras de la codicia y la falta de ética, ofreciendo una perspectiva única sobre cómo construir negocios sostenibles y éticos.
Hoy, ya no queda nada de aquella vida alocada y de excesos que muestra la película de Scorsese. Jordan vive enfocado en su familia y, hace dos años, encontró el amor en México de la mano de su esposa argentina, Cristina Invernizzi, con quien se casó en Las Vegas.
“Siento que viví muchas vidas diferentes. Hay una vida que tuve cuando era muy joven, a los 21 años. Venía de una muy buena familia, donde la educación era lo más importante. Mis padres tienen un nivel de educación muy alto y son muy buenas personas. Mi madre se graduó de abogada a los 68 años y hoy sigue estudiando porque es brillante. Yo no tenía mucho dinero, pero entré a Wall Street y, de repente, empecé a ganar demasiado. Fue muy difícil porque era muy joven. De golpe, me encontré con mucho dinero, poder, mujeres... Quería tener todo pero, por dentro, me sentía inseguro y no entendía la razón. Todos te dicen, ‘Cuando seas rico te vas a sentir bien’, pero no es así porque, de repente, lo tienes todo y te sigues sintiendo igual de inseguro”, reconoció en una entrevista con Infobae en 2022.
En otra entrevista a este medio, en enero de 2023, declaró que “en Argentina, no se puede ahorrar en pesos: siempre se tiene que recurrir al dólar por la inestabilidad del país y la gran inflación. Hubo ciertas épocas en la historia en las que la moneda tenía estabilidad. No hubo inflación por pequeños períodos de tiempo, especialmente, en los años 40 y algunos antes”. Y aseguró que “lo mejor para invertir es el índice S&P 500. Se trata de las 500 empresas más grandes que cotizan en Bolsa en los Estados Unidos. ¿Por qué lo recomiendo? Porque en los últimos cien años ha demostrado ser la mejor inversión que existe. Por lo tanto, Usted compra esto, lo mantiene a largo plazo, reinvierte sus dividendos... Y, simplemente, no se puede superar”.