El dólar libre gana 25 pesos o 1,9% este martes, a $1.305 para la venta, un nuevo máximo nominal. En lo que va de junio asciende 80 pesos o 6,5%, una tasa que está previsto supere a la inflación del período, una tendencia que ya se había observado en mayo, con un 17,8% de alza de la divisa informal contra 4,2% del Índice de Precios al Consumidor del INDEC.
Con un dólar mayorista en los 906 pesos, la brecha cambiaria con el dólar mayorista -a $905- alcanza ahora el 44,2%, en el rango más alto desde el 1 de febrero (44,5%).
¿Cuáles son los factores que motivan esta renovada racha alcista para el billete?
1) Factores estacionales. Hay motivos para una mayor demanda en el corto plazo. Una semana financiera “ultra corta” pudo llevar a ahorristas e inversores a tomar posiciones en divisas, dados los feriados del lunes 17, jueves 20 y viernes 21. A estas fechas hay que añadir el feriado en los EEUU de este 19 de junio, que siempre influye en la operatoria doméstica. Sin operaciones de referencia para el mercado prácticamente hasta el lunes 23 de junio, la cobertura en divisas es una opción.
También hay una demanda que presiona sobre el precio del billete verde en los segmentos alternativos, dado el cobro del medio aguinaldo para los asalariados formales, pues un excedente de esa liquidez es apta para pasarse a divisas, al igual que la demanda estacional previa a las vacaciones de invierno. En este último caso, ante un precio al público del dólar mucho más alto en el mercado formal -en torno a los $1.510 en el promedio de venta en bancos-, es más conveniente hacerse de billetes en el mercado paralelo -a $1.305- o dólar MEP -a $1.244- para cubrir consumos con tarjeta en moneda extranjera.
2) Tasas negativas para plazos fijos. En los últimos meses el BCRA profundizó el ajuste a la baja para la tasa de política monetaria, para establecerla en el 40% nominal anual. En este sentido, desde marzo la autoridad monetaria decidió liberar la tasa de plazos fijos con las que los bancos comerciales remuneran los depósitos de sus clientes; éstas se ubican ahora en torno al 30% nominal anual, que en términos efectivos deja un rédito del 2,5% como tasa efectiva mensual. Esta tasa negativa en términos reales, frente a una inflación mensual todavía por encima del 4%, impulsa a algunos ahorristas y pequeños comerciantes y empresarios a volcar su ahorro a la compra de dólares, para preservar mejor el valor de su tenencia.
3) Atraso relativo. En los últimos días se habló mucho sobre el horizonte de salida del “cepo” cambiario, que en el caso de producirse en los próximos meses contaría con el aval del Fondo Monetario Internacional (FMI). Dicha unificación cambiaria viene acompañada de un enorme interrogante: cuál será la tasa de cambio de un dólar sin el control oficial. Dado que el dólar “blue” y los financieros registran en 2024 una ganancia cercana al 30%, y el tipo de cambio oficial avanza apenas un 11,9%, colocar parte del capital disponible en dólares puede estimarse conveniente frente a una inflación cercana al 80% en el período, ante un horizonte de salida del “cepo” con unificación cambiaria incluida.
Juan Manuel Franco, economista Jefe del Grupo SBS, expresó que en el último staff report, desde el FMI “esta vez sí hicieron referencia a la necesidad de una tasa real positiva en pesos, clave a la hora de pensar en una normalización del mercado cambiario. En este sentido, dijeron que para julio el Gobierno debería presentar una hoja de ruta para removerlos, a la vez que agregaron que en julio debería terminar el ‘dólar blend’”.
“Resulta importante que se reanude un mayor ritmo de liquidaciones que permita mejorar las compras recientes del BCRA -que vienen con un comportamiento más irregular- aprovechando todavía la favorable estacionalidad, antes de un segundo semestre habitualmente de menor oferta de divisas”, aseguró el economista Gustavo Ber.
“La expectativa de tasas reales positivas también estarían contribuyendo a la etapa de calma entre los dólares financieros, aún dando vueltas por debajo de los $1.300, ya que los operadores se inclinan por un descanso en el actual contexto económico-financiero tras el último reacomodamiento”, acotó el titular del Estudio Ber.