(Desde Washington, Estados Unidos) Javier Milei se reúne en Apulia (Italia) con Kristalina Georgieva para iniciar el camino hacia un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ayer aprobó la octava revisión del programa de Facilidades Extendidas (EFF) y autorizó un desembolso de casi 800 millones de dólares.
“Al completar la revisión, el Directorio Ejecutivo consideró que el programa estaba firmemente encaminado, con todos los criterios cuantitativos de rendimiento hasta finales de marzo de 2024 cumplidos con márgenes”, sostuvo el comunicado de prensa del FMI respecto a la Argentina.
Milei llegará a la reunión con Georgieva en una posición óptima: inflación en baja; swap chino negociado; Ley Bases y de Reforma Fiscal al borde de la sanción definitiva y las metas del programa con el FMI sobre cumplidas.
Pero este escenario político-económico favorable no conmoverá a la directora gerente del Fondo, si el presidente argentino cree que tiene suficientes argumentos para avanzar a paso firme hacia un nuevo programa que permita al Gobierno acceder a un desembolso extra de 15.000 millones de dólares.
El board y el staff del Fondo consideran que Milei hizo un milagro económico, pero conocen la trayectoria en zigzag de los planes de ajuste implementados en épocas de Mauricio Macri y Alberto Fernández: números alentadores al comienzo y resultados distópicos al final.
En este contexto, Georgieva elogiará el plan de ajuste y al ministro Luis Caputo -una reivindicación personal en el FMI que lo destrató con Macri-, y a continuación explicará al Presidente que es posible negociar un nuevo programa con ciertas condiciones que ya están esbozadas con la impronta aséptica del wording que usa el FMI.
“El Directorio enfatizó que para mantener los sólidos avances se requiere mejorar la calidad del ajuste fiscal, iniciar pasos hacia un marco mejorado de política monetaria y cambiaria, e implementar la agenda estructural”, advirtió el FMI en su comunicado oficial.
Y completo: “También será necesario proseguir los esfuerzos para apoyar a los más vulnerables, ampliar el apoyo político y garantizar la agilidad en la formulación de las políticas”.
El texto ya desencriptado del Fondo implicaría que el tándem Milei-Caputo deberá implementar medidas para achicar los niveles de pobreza e indigencia, diseñar escenarios de negociación política para lograr que la agenda de Gobierno no sea tan endeble en su tratamiento parlamentario e iniciar una hoja de ruta que permita sumar reservas al Banco Central y levantar el cepo.
Si estas exigencias del FMI son satisfechas por el Palacio de Hacienda, Georgieva podrá ir al board y plantear el nuevo caso argentino. Una hipótesis de trabajo que puede transformarse en posibilidad cierta durante el primer trimestre de 2025.
Sin embargo, con Joseph Biden en la Casa Blanca y el directorio releyendo la historia económica de la Argentina, Milei no tiene una sola posibilidad de acceder al desembolso extra de 15.000 millones de dólares. Expertos burócratas del Fondo, con probada capacidad técnica-política, fueron eyectados del paraíso cuando los números enrojecieron durante los gobiernos de Macri y Alberto Fernández.
La situación sería distinta con Donald Trump, si gana los comicios presidenciales de noviembre y regresa a la Casa Blanca. El ex mandatario posee un estilo rampante y poco le importan los detalles técnicos que puedan presentar Georgieva y su staff de confianza. El líder republicano tiene empatía con Milei, y no dudará en ayudarlo en el FMI si hay un pedido puntual del jefe de Estado.
Milei aprovechará este cónclave con la directora gerente para describir su hoja de ruta y explicar para qué necesita los 15.000 millones de dólares que el FMI -por ahora- no tiene intenciones de conceder.
Georgieva ya aprendió a sonreír, escuchar en silencio y evitar las promesas. Eso hará hoy cuando se reúna con el presidente argentino en la pintoresca ciudad de Apulia.