El Banco Mundial afirmó que la Argentina tiene que mejorar sus cuentas fiscales en forma sustentable con una reducción del empleo público y una modificación del sistema previsional, entre otros elementos.
Sus recomendaciones de hoy tienen raíces comunes las ideas que el organismo lanzó en la década del 90 en el contexto del Consenso de Washington, que fueron cumplidas por algunos países de la región para lograr desterrar el fenómeno de alta inflación y las constantes cesaciones de pago de la deuda, que siguen presentes en la historia reciente de la Argentina.
Al presentar el informe “Un nuevo horizonte de crecimiento: Mejorar política fiscal, abrir mercados e invertir en capital humano”, el organismo sugirió abrir la economía argentina con nuevos acuerdos comerciales, una baja de las retenciones y de los aranceles, entre otras medidas.
Al referirse al empleo público indicó que “ha cobrado cada vez más importancia en la última década, ya que la creación de empleo privado se ha estancado. El crecimiento del empleo en el sector privado fue fuerte durante el auge de las materias primas en la década de 2000, pero se ralentizó durante la década de 2010 debido a las distorsiones macroeconómicas, un sistema fiscal distorsionador, la escasa inversión en infraestructura y las restricciones crediticias, entre otros factores”.
El empleo público ha cobrado cada vez más importancia en la última década, ya que la creación de empleo privado se ha estancado en la última década
En cambio, detalló “el crecimiento del empleo se ha concentrado en el sector público. Entre 2012 y 2019, el sector público fue responsable del 95 por ciento de los 591.000 empleos asalariados creados; este papel se hizo más fuerte durante la pandemia de COVID-19, cuando el empleo público aumentó incluso cuando la contratación privada disminuyó. Los empleos en el sector público representaron el 17 por ciento de los puestos de trabajo en Argentina en 2019, más que en todos los países de comparación, excepto Australia, Eslovaquia y Polonia”.
Sobre la apertura comercial, señaló que “Argentina tiene uno de los regímenes comerciales más cerrados del mundo. El país tiene uno de los coeficientes comercio/PIB más bajos del mundo, lo que mide la apertura comercial. También es uno de los más bajos entre los países con niveles de ingreso comparable”.
Los resultados comerciales de Argentina han tendido a deteriorarse con el tiempo y el país ha perdido competitividad en los mercados mundiales
“Los resultados comerciales de Argentina han tendido a deteriorarse con el tiempo, y el país ha perdido competitividad en los mercados mundiales”, sentenció el informe presentado ayer en la Bolsa de Comercio de Córdoba, donde hablaron la representante del BM en el país, Marianne Fay, y el economista de ese organismo José Reyes.
Más temprano, el BM difundió un informe que estimó que el país exhibirá una recesión del 3,5% este año y un rebote del 5% el próximo y, además, admitió que la inflación de tres dígitos arrastró al alza el promedio de precios de toda la región.
En la jornada participaron también dos ex ministros del gobierno de Mauricio Macri, Nicolás Dujovne y Guillermo Dietrich. Ambos destacaron el rumbo encarado por el presidente Javier Milei y consideraron que parte de esta estrategia puede avanzar por los avances logrados previamente en esa gestión 2015-2019.
Si bien el informe destaca que la Argentina “tiene un enorme potencial debido a sus recursos naturales y capital humano”, aclara que debe reducir sin demoras las barreras macroeconómicas y estructurales para lograr “un crecimiento económico sostenido”, una consigna que, pese a todas las veces que se ha repetido, nunca se logró concretar.
Los principales ejes marcados en este informe de 148 páginas giran en torno de la implementación de políticas fiscales sostenibles, la profundización de la integración comercial y el fortalecimiento del capital humano, como piezas esenciales para que la Argentina pueda alcanzar su pleno potencial económico.
En cambio, las cifras del último siglo reflejan todo lo contrario: un estancamiento crónico del PBI global y per cápita, una reducción de la capacidad exportadora, creciente informalidad laboral y del peso del Estado en la economía, sin resultados positivos para la población más vulnerable.
El informe rescata algunas herramientas que ya fueron sancionadas por el Congreso, aplicadas por un período breve y luego revocadas por el siguiente gobierno, como la regla fiscal sancionada en 2017 con el apoyo de las provincias –dada de baja en el gobierno de Alberto Fernández- y la simplificación del comercio exterior, también encarada entre 2015-2019 y enterrada desde 2020.
El informe subraya las capacidades del país en términos de Recursos y Capital Humano, pero advierte que en ambos casos ha perdido terreno frente a otros mercados emergentes por insuficiente inversión de capital y recursos humanos. Cada uno de los gráficos exhibidos durante la presentación registraba este retroceso.
En el informe, como en la mayoría, se subraya que la Argentina cuenta con abundantes recursos naturales, como yacimientos de gas, petróleo y litio, junto con abundante tierra fértil para el agro. De inmediato, marca con trazo grueso la inconsistencia en la política fiscal que llevó a duplicar el peso del Estado mientras aumentaban la pobreza y la indigencia. En este punto Dujovne luego hizo algunos comentarios críticos sobre el informe, al señalar que el Banco Mundial no diferenció en esas páginas a los gobiernos kirchneristas del período de Macri cuando, según expresó, se avanzó en esta agenda de reformas apoyadas por Washington.
Elogios de Dujovne a Milei
El ex ministro de Hacienda 2017-2018 elogió sin matices los avances logrados por Milei en estos seis meses al afirmar que “el norte está claro y se desarrolló un programa inicial fiscal y monetario para el saneamiento de las cuentas públicas que debe ser sucedido por uno de mediano plazo”.
Tanto Dujovne como Dietrich afirmaron que es clave que el Senado termine de aprobar la Ley Bases y que el Fondo Monetario Internacional (FMI) apoye esta agenda de reformas con recursos frescos en el nuevo programa que se apresta a negociar el ministro Luis Caputo.
El “primo” del FMI, el Banco Mundial, indicó en el informe que a pesar de su riqueza natural y humana, la Argentina ha tenido dificultades para mantener un crecimiento económico sostenido; de hecho, a principios del siglo XX tenía una riqueza similar a los países más prósperos del mundo, pero en las últimas décadas perdió la mayor parte de su peso específico.
Al respecto, precisó que en los últimos 50 años el crecimiento promedio anual del PBI ha sido del 1,8%, muy por debajo del promedio latinoamericano del 3,2%. En particular, señaló que si Argentina hubiera crecido al mismo ritmo que el resto de la región, su PIB per cápita sería hoy un 60% superior al actual.
Este panorama mediocre se debe a tres factores precisados por el organismo que preside Ajay Banga:
- Volatilidad Macroeconómica: La elevada prociclicidad fiscal y la incertidumbre en torno a las políticas económicas han generado un ciclo de auge y caída, perjudicando el desarrollo. La inflación persistente y las fluctuaciones abruptas en los tipos de cambio desincentivan la inversión a largo plazo y el desarrollo de los mercados de capitales. Dujovne aclaró que no se trata de un tema de la velocidad del crecimiento del gasto sino también de su falta de sustentabilidad, por haber generado erogaciones sin pensar en su financiamiento.
- Restricciones Comerciales: El documento señaló que las políticas comerciales restrictivas han impedido que Argentina aproveche sus ventajas comparativas en el comercio internacional. Los elevados aranceles y las medidas no arancelarias aumentan los costos comerciales y afectan negativamente la competitividad de las exportaciones. Y señaló que el país es uno de los que menos acuerdos comerciales tienen en la región. Por estos problemas, sugirió bajar el arancel externo común del Mercosur, que este bloque se asocie con la Unión Europea –algo difícil de lograr, según Dujovne, con el apogeo de gobiernos aislacionistas en ese continente- y, en el plano local, reducir las retenciones, aranceles y medidas para-arancelarias.
- Deterioro del Capital Humano: Aunque la Argentina cuenta con un capital humano significativo, su calidad está disminuyendo. Sin políticas correctivas, las habilidades de la fuerza laboral podrían quedar rápidamente obsoletas en una economía global dinámica y basada en el conocimiento. En particular, señaló que las recientes evaluaciones comparadas muestran un mayor progreso en la graduación terciaria de países como México y Brasil que en la Argentina. También pidió colocar énfasis en la enseñanza de matemáticas.
Para superar estos inconvenientes, la entidad formuló tres recomendaciones clave:
- Implementar políticas fiscales que disminuyan la volatilidad macroeconómica y fomenten la inversión a largo plazo. La estabilidad macroeconómica es crucial para atraer inversiones y mejorar la productividad.
- Mejorar la competitividad en los mercados internacionales mediante la reducción de barreras comerciales y la promoción de acuerdos comerciales preferenciales.
- Fortalecer las capacidades de la fuerza laboral del lado de la oferta y la demanda y mejorar los resultados educativos.