El monto operado en el segmento de contado (spot) alcanzó este martes unos USD 279,5 millones, cifra que le pone límites a la capacidad compradora del Banco Central sin afectar la dinámica de la demanda de divisas del sector privado. Este martes, la entidad se desprendió de USD 31 millones, para encadenar la tercera rueda seguida con saldo negativo por su intervención en el mercado mayorista.
En el transcurso de junio el saldo comprador del BCRA se reduce a unos USD 59 millones, en el séptimo mes consecutivo con saldo positivo por su participación cambiaria. El Banco Central acumula compras netas en el mercado de cambios por USD 17.345 millones desde el 11 de diciembre del año pasado, cuando asumió el gobierno de Javier Milei.
Por otra parte, las reservas internacionales brutas cedieron este martes unos USD 26 millones, a USD 29.210 millones. Con la gestión de La Libertad Avanza, dicho stock mejoró en USD 8.001 millones o 37,7%, desde los USD 21.209 millones del 7 de diciembre de 2023.
“Si bien las ventas son escuetas, la tendencia es una primera señal de alarma pensando en lo que puede venir en el tercer trimestre, en el cual el BCRA suele desacumular reservas al desaparecer la oferta masiva del agro y encontrarnos en el período de alta estacionalidad de las cantidades importadas. Lo relativamente positivo con respecto a años anteriores es que la liquidación de la cosecha gruesa fluye, pero no masivamente. La media móvil de cinco días de la liquidación de cereales y oleaginosas se encuentra en USD 101 millones, ubicándose muy por debajo de los picos de la actual administración”, indicaron los expertos de Portfolio Personal Inversiones.
“El retraso en la liquidación del agro no se debe a falta de producto, ya que la trilla está prácticamente finalizada en la zona núcleo. Más bien, los productores estarían postergando la venta de sus stocks a los exportadores ante un costo de apalancamiento bajo, una mayor brecha cambiaria y la expectativa de suba de los precios internacionales de los commodities. Por lo tanto, los dólares del campo podrían aparecer con los incentivos correctos -tal vez un mayor spread tasa-crawling que encarezca el apalancamiento y una menor brecha o incluso una eventual salida del cepo-, atenuándose la típica desacumulación de reservas del tercer trimestre”, acotaron desde Portfolio Personal.
“El Banco Central República Argentina sigue mostrando debilidades, las reservas no han logrado la altura necesaria para despejar las dudas en el mercado. Seguimos con un gran pasivo monetario en pesos y en dólares, una deuda creciente en materia de importaciones, y pocas liquidaciones de exportaciones para engrosar las reservas. En este contexto, estamos débiles”, consideró el analista y asesor de negocios Salvador Di Stefano.
“Un tema que confunde al empresariado es qué política monetaria y cambiaria adoptará el Banco Central a futuro. En principio no contaría con los dólares necesarios para dolarizar la economía, como fue el caso de Panamá o Ecuador. Un esquema de competencia de monedas también luce complejo, en primer lugar, porque no hay dólares suficientes para levantar el cepo, en segundo lugar, porque hay que prohibir la emisión de pesos y todo queda en mano de la dolarización endógena -que los dólares salgan del colchón-”, añadió Di Stefano.
Gustavo Ber, economista del Estudio Ber, observó que “con un ritmo de compras del BCRA que aún sigue sin levantar a raíz de las liquidaciones es que los operadores continúan monitoreando de cerca su dinámica dado que resulta importante lograr avanzar con mayor intensidad en esta etapa en la acumulación de reservas, como antesala de la menor oferta de divisas del segundo semestre”.
“Ante la expectativa que despierta el escenario político, los dólares financieros siguen más sostenidos cerca de los $1.300, con una ‘brecha’ ya cercana al 45% cuya ampliación debería evitarse -a través de señales políticas y económicas que transmitan tranquilidad- a fin de no afectar la positiva expectativa inversora que vino jugando a favor desde el comienzo”, expresó Gustavo Ber.