La Dirección General de Aduanas (DGA) de la AFIP entregó casi 8.000 pares de zapatillas para ser donadas en el marco del DNU 51/2017, por el cual durante la presidencia se dispuso que las mercaderías de posible utilidad secuestradas por la agencia aduanera sean entregadas al entonces Ministerio de Desarrollo Social para su distribución con fines sociales.
Eso significa que la distribución de 4,2 toneladas de zapatillas deberían ser distribuidas por el hoy conflictuado ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello, que absorbió las funciones antes distribuidas entre los ministerios de Educación, Trabajo y Desarrollo Social, amén tener bajo su ala la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses), a cargo del sistema previsional, y el PAMI, la obra social de los jubilados.
Habitualmente, este tipo de mercadería es destruida, pero en este caso la licenciataria accedió a que fuera distribuida.
Otro aspecto llamativo es que se trata de mercadería con falsificación marcaria, lo cual requiere el acuerdo, para no ser destruida, de los licenciatarios de explotación de la marca, en este caso New Balance, de origen norteamericano.
Habitualmente, este tipo de mercadería es destruida, pero en este caso la licenciataria accedió a que fuera distribuida.
De este modo, la mercadería incautada “por ilícitos en materia de comercio internacional”, como notó un comunicado de la Aduana, será “devuelta en forma provechosa a la sociedad, integrando un círculo virtuoso”.
La mercancía en infracción estaba involucrada en una causa que tramita en el Juzgado Nacional en lo Penal Económico número 6, a cargo del juez Marcelo Aguinsky.
Antecedente histórico
La donación, subrayó la agencia aduanera, “supone un antecedente histórico, ya que son objeto de fraude marcario y la empresa afectada resolvió acceder a su donación en lugar de su destrucción, como usualmente ocurre”.
Concretamente, se trata de 7.848 pares de zapatillas con inscripciones apócrifas que totalizan un peso de 4.229 kilos de calzado deportivo.
Las mercancías de este tipo tienden a ser destruidas por indicación de las empresas con la licencia de la explotación de las marcas en nuestro país, por lo cual el caso constituye una suerte de excepción.
Los productos secuestrados en operativos de este tipo, había señalado en otra causa el año pasado el juez Aguinsky, “se hallan en doble infracción”, por un lado son mercadería involucrada en una maniobra de contrabando propiamente dicha y, por otro lado, porque ostentar una marca falsificada, lo cual habilita a los titulares y licenciatarias de la marca a exigir su destrucción.
En este caso, la mercadería fue entregada en presencia de los representantes legales de la marca junto a autoridades gubernamentales y de Cáritas Argentina, que se encargaría de la donación de las zapatillas “a los sectores más carenciados de nuestra comunidad”.
Papel y “Agenda Verde”
Del mismo modo, aunque en ese caso sin cuestiones marcarias de por medio, se verificó el miércoles pasado, cuando enmarcado en el concepto de “Agenda Verde”, la Aduana donó a la Fundación Garrahan más de 500 metros cúbicos de papel incautado por el mismo tipo de delitos, caratulado como “ilícitos en materia de comercio internacional”. La entrega del papel en 505 bobinas de tamaño industrial se hizo en el marco del Programa “Aduanas Verdes” y de un convenio de reciclado entre la Fundación Garrahan y la AFIP.
La “Agenda Verde” está a su vez enmarcada en las directivas de la Organización Mundial de Aduanas (OMA), cuyo “plan estratégico” la tiene como uno de sus objetivos centrales.
El “exorbitante volumen” de papel exigió el traslado a lo largo de varios días y tuvo en común con la donación de zapatillas que -como también marcó entonces la Aduana, “se busca que las mercancías incautadas por ilícitos en materia de comercio internacional sean devueltas en forma provechosa a la sociedad, integrando un ciclo virtuoso”.