Las sucesivas reducciones de tasa que definió el Banco Central provocaron un significativo impacto en la evolución del crédito otorgado por las entidades financieras. En los últimos 30 días el stock de préstamos al sector privado mostró un incremento de casi 14%, superando con gran amplitud la inflación del mes pasado, que se ubicaría debajo del 5%.
El otorgamiento de crédito venía en caída libre en el último año, por una mezcla de distintos factores pero sobre todo las tasas que se habían ido a las nubes y la caída de la actividad económica. La baja de la inflación desde el pico de 25,5% de diciembre gatilló sucesivas bajas de tasas de política monetaria.
Al mismo tiempo, el superávit fiscal del Tesoro generó menor demanda de financiamiento y los bancos tienen ahora más liquidez disponible. Por lo tanto, se vieron obligados a salir a prestar para mantener buenos niveles de rentabilidad.
La reaparición del crédito se reflejó en todos los segmentos. Por ejemplo, los adelantos en cuenta corriente y el descuento de documentos crecieron casi 15% en un mes. Lo interesante de estas líneas de capital de trabajo de las empresas es que la reducción de tasas fue impresionante y ya muchas empresas logran líneas al 20% o 25% anual en pesos.
Por otra parte, también tuvo un fuerte salto en préstamos personales, que creció nada menos que 20%. La reducción de tasas también impulsó a que más gente optara por tomar este tipo de líneas. También influye la caída del salario, que lleva a que más gente precise financiamiento para llegar a fin de mes.
La reaparición de las cuotas para la compra con tarjeta fue uno de los datos más significativos del mes pasado, en especial a partir del Hot Sale. En muchos casos, las cadenas de electrodomésticos y línea blanca decidieron absorber el costo financiero y volvieron las 12 cuotas sin interés, que en algunos casos puntuales llegaron a 24.
Esta recuperación no incluye por ahora a los créditos hipotecarios que anunciaron la mayoría de los bancos. Por ahora, la mayoría está en el proceso de análisis de las solicitudes que llegan de los clientes. Recién entre junio y julio habrá una mejor idea de la magnitud que podría significar la reaparición de estas nuevas líneas, que requieren fondeo de largo plazo.
El principal impacto del regreso del crédito para la economía pasa por la reactivación de las compras en cuotas. Esto es especialmente importante para productos que son casi inalcanzables para la mayoría de las familias si tuvieran que adquirirlos al contado, como puede suceder con heladeras, pantallas o computadoras.
De hecho, el freno casi total de ventas en el primer trimestre del año al menos en estos rubros estuvo relacionado con la ausencia casi total de financiamiento. Ahora, con condiciones financieras más blandas, resurgieron lentamente los compradores.
Algo parecido sucedió con la venta de autos. Reaparecieron las ofertas con opciones de financiación en varias concesionarias y permitió un repunte en el patentamiento tanto en abril como en mayo, tras un derrumbe muy marcado en la primera parte del año.
El crédito al sector privado, sin embargo, representa menos del 10% del PBI, el menor registro de toda la región (salvo Venezuela) y uno de los más bajos del mundo. Por lo tanto, aún repuntes significativos como el del último mes tienen un impacto muy acotado para mover el nivel de actividad. Sin embargo, en algunos sectores puntuales puede marcar diferencias significativas como sucede con la venta de productos de línea blanca y la cadena de valor relacionada.
Ahora las miradas están puestas en cómo siga el nivel de inflación para consolidar la baja de tasas y que se sostenga la reaparición del crédito al público y a empresas. No será fácil en el corto plazo que se mantenga la baja a menos de 5%, pero al mismo tiempo el desafío es evitar un repunte en los próximos meses para no afectar las expectativas.