El Casco Histórico de San Isidro, con su arquitectura colonial y calles empedradas, es un testimonio vivo del pasado y un centro creciente de interés inmobiliario. Ubicado en una de las zonas más prestigiosas del norte del Gran Buenos Aires (GBA), ofrece una combinación única de tradición y modernidad que atrae a familias e inversores. Las propiedades son valiosas no solo por su diseño y ubicación, sino también por el sentido de historia y comunidad que impregna cada rincón.
Fundado en el siglo XVIII como una pequeña aldea, San Isidro logró conservar su carácter pintoresco y su patrimonio cultural, como la Catedral y la Quinta Los Ombúes. Su ubicación en la cresta de la barranca ofrece vistas panorámicas al río de la Plata que realzan su atractivo. Gira en torno a la plaza Mitre, rodeada de calles empedradas y grandes tipas.
Las casas coloniales, bien conservadas, se encuentran principalmente en las calles Ituzaingó, Anchorena y Beccar Varela, que llevan al Paseo de los Tres Ombúes y al Museo Dr. Horacio Béccar Varela. La Avenida del Libertador destaca por el Seminario, mientras que la calle 9 de Julio alberga el antiguo edificio de la Biblioteca y la remozada Municipalidad de San Isidro.
La traza urbana del Casco Histórico es del tipo espontáneo, por su origen “capellánico”, a partir de una capilla y una capellanía fundadas por Domingo de Acassuso en 1706, hace más de tres siglos. “Acassuso prohibió la venta de los terrenos destinados al sostenimiento de la capellanía, lo que impidió la formación de un pueblo regular con un trazado uniforme hasta principios del siglo XIX. Esto explica la irregularidad morfológica de la parte antigua de San Isidro y las recomendaciones del coronel Pedro Andrés García en 1812 para rectificar el plano, buscando una estructura más ordenada” comentó la arquitecta Marcela Fugardo, de la Coordinación de Patrimonio Histórico de la Municipalidad de San Isidro, a Infobae.
Eventos significativos marcaron la historia de San Isidro, como la fundación de la capilla por Domingo de Acassuso, las Invasiones Inglesas y la recepción de la reliquia de San Isidro Labrador desde España en el siglo XX. La ciudad fue crucial en la reconquista de Buenos Aires durante la primera invasión inglesa en 1806, un evento clave antes de la independencia argentina.
“Este triunfo marcó un hito en la historia argentina, y San Isidro fue testigo y escenario de estos planes y movimientos estratégicos que llevaron a la recuperación de Buenos Aires” (Fugardo)
Allí se reunían milicias para planificar la recuperación de la ciudad. Entre los héroes de esta gesta se encontraba Juan Martín de Pueyrredón y sus gauchos, quienes, desde la Chacra de Los Márquez, se prepararon para enfrentar a los invasores.
Evolución
El Casco Histórico de San Isidro evolucionó, reflejando diversas capas en su arquitectura. Desde la quinta de Mariquita Sánchez, que hoy alberga el Museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal, hasta la Casa de Alfaro con su neoclásico sin ochava.
Se encuentran influencias italianas en la Quinta “Los Naranjos” y francesas en el Club 300, así como ejemplos del chalet pintoresquista y neocolonial en edificios como el chalet Las Brisas y el Colegio San Juan el Precursor. También hay ejemplos de Neogótico en la Catedral y expresiones de vanguardia como el Casablanquismo y el Brutalismo.
El Casco Histórico está protegido a nivel local como APP/1 (Área de Preservación Patrimonial) y a nivel nacional, con el polígono que incluye la Catedral, la Plaza Mitre y el Paseo de los Tres Ombúes declarado Lugar Histórico Nacional en 1964.
Según Fugardo, estos esfuerzos son fundamentales para mantener la autenticidad y el carácter del área. “Para la comunidad local, el Casco Histórico es más que un área preservada; es el símbolo del origen de San Isidro y el núcleo de la vida urbana y comunitaria. La Plaza Matriz, la Iglesia, y la Casa Municipal, hoy sede del Honorable Concejo Deliberante, son algunos de los edificios emblemáticos que anclan la identidad del lugar”.
Realidad inmobiliaria
El atractivo de vivir en el Casco Histórico de San Isidro radica en su rica historia y arquitectura. La cercanía a una amplia gama de servicios, incluyen restaurantes, cafeterías y tiendas.
Laura Porto, directora de Inmobiliaria Narváez, señaló que “la zona también cuenta con clubes deportivos y una amplia oferta educativa, atrayendo a profesionales y familias con hijos pequeños. Las calles más demandadas, como la Avenida Libertador y los alrededores de la Catedral, destacan por su entorno natural y áreas verdes. La expansión del área hacia calles adyacentes, como el Bajo de San Isidro y el barrio Parque Aguirre, refleja un interés en permanecer cerca del centro comercial, gubernamental y de servicios generales”.
Alem y Roque Sáenz Peña son otras dos calles que concentran la atención de la demanda para comprar y alquilar viviendas y algunas torres con grandes vistas a espacios verdes como el club CASI.
“La continuación del centro hacia el oeste desde la Avenida Centenario incluye el barrio La Calabria, que experimentó un gran desarrollo con chalets reemplazados por edificios bajos de hasta cuatro pisos en la última década. En el límite norte, también se observan desarrollos de casas y viviendas apareadas, reflejando el interés por permanecer cerca del centro comercial y de servicios de San Isidro”, destacó Alan Flexer, gerente comercial de Inmobiliaria Narvaez.
En la parte histórica de San Isidro, existen dos zonas claramente diferenciadas.
Según Ignacio Imhoff, de Imhoff Propiedades, la zona entre la calle 25 de Mayo y las vías del tren alberga principalmente edificios, algunos en torre y otros con alturas de 2 a 3 pisos. “La zona residencial desde la Avenida del Libertador hacia la barranca se caracteriza por muy lindas casas”.
Los precios en estas áreas varían, con departamentos de 2 ambientes con menos de 10 años de antigüedad rondando los USD 120.000 (pueden escalar en 4 ambientes hasta USD 1.800.000, mientras que las casas comienzan en los USD 450.000 y llegan hasta 5.500.000 de dólares.
La demanda de departamentos en San Isidro es impulsada principalmente por gente joven que busca estar cerca de sus trabajos, amigos y clubes, así como por personas mayores que valoran la cercanía al centro comercial para realizar sus actividades diarias a pie.
“Las calles más solicitadas para construir edificios bajos se encuentran entre 25 de Mayo y las vías, y entre Ituzaingó y Primera Junta. En la zona residencial, la demanda para casas es alta, aunque las opciones en venta son limitadas”, dijo Imhoff.
Las primeras cinco cuadras de la Avenida Centenario hacia Rolón registran un notable crecimiento en comercios y en el número de residentes, con la construcción de varios edificios de 3 pisos.
En cuanto a alquileres, los precios en la zona rondan en $550.000 para departamentos de 2 ambientes, $630.000 para 3 ambientes y $720.000 por mes para 4 ambientes. Las casas por lo general con más de 3 ambientes se alquilan a partir de $1.100.000 para arriba.
“Post DNU que derogó la Ley de Alquileres, la oferta subió más de un 100% desde inicios de año”, concluyó Imhoff.