En el marco de un escenario con caída de consumo, suba de costos y cuentas al límite, la empresa láctea Alimentos Refrigerados S.A. (Arsa) tomó la determinación de realizar suspensiones temporales en sus dos plantas (una se encuentra en Córdoba y la otra en Arenaza, Buenos Aires). La firma, que es dueña de la marca SanCor para los negocios de yogures y postres, se reunió este martes con representantes del gremio (Atilra) para comunicar la decisión y negociar algunos términos de las suspensiones.
Según explicaron desde la empresa, la reunión tenía como fin presentar en detalle la crítica situación que atraviesa la compañía, en la búsqueda de alcanzar consensos con las autoridades sindicales para poder avanzar en alternativas que permitan, a partir de una reestructuración y reingeniería de los procesos productivos, garantizar la continuidad de las operaciones de la empresa. “Es un contexto sumamente difícil signado por un marcado deterioro del poder adquisitivo y una gran caída del consumo en general y de los productos que elabora nuestra compañía en particular, ya que si bien los postres y yogures que elaboramos son de un alto valor nutritivo, en el contexto descrito se ven afectados por un readecuación en las elecciones de los consumidores”, comentaron desde Arsa.
Cabe mencionar, que el 21 de diciembre de 2023 Arsa S.A. se presentó ante la justicia comercial, en Concurso Preventivo de acreedores, trámite que fue convalidado con la apertura concursal el 1 de marzo de 2024. Esta medida fue solicitada como consecuencia de los problemas financieros que la compañía atravesaba producto del contexto macroeconómico imperante que ocasionó un aumento constante de los costos operativos en contraposición a una fuerte caída de ventas. “Aún en esta coyuntura, la empresa priorizó con un gran esfuerzo, el sostenimiento de las fuentes laborales y el pago de los salarios”, aseguraron.
Fuentes allegadas a la compañía precisaron que en los meses posteriores a la presentación en Concurso Preventivo se pagaron algunos sueldos en dos partes, pero siempre cumpliendo con el 100% de la obligación salarial. “Ante el desdoblamiento, el gremio decidió parar algunos días las plantas”, reconocieron.
Camino a las suspensiones
Desde la compañía aseguraron que la situación ha empeorado significativamente en los primeros meses del corriente año, haciendo inviable el sostenimiento de la estructura productiva actual. En virtud de esto planteamos la ineludible necesidad de prever un determinado porcentaje de suspensiones laborales por un margen de tiempo. Esta medida le permitiría a la compañía adecuar la plantilla activa de empleados, a los niveles actuales de producción, necesarios para responder al nivel de comercialización y ventas que tienen nuestros productos en el contexto actual”, señalaron desde Arsa.
“Las dos plantas tienen mucha dotación de personal, pero están recibiendo menos materia prima y las ventas están muy caídas. Es un hecho que ambas fábricas están trabajando a menos del 50% de su capacidad y hoy están sobredimensionadas”, explicaron las fuentes consultadas por Infobae.
“La idea expresada por esta dirección contempla la voluntad de reincorporar la mayor cantidad posible de trabajadores, de producirse la recuperación en el nivel de actividad que todos anhelamos y que confiamos ocurra, de la mano de las necesarias medidas para reactivar la actividad económica que el gobierno debe ejecutar prontamente”, agregaron.
“Lamentablemente en dicha reunión los directivos de Atilra han manifestado un terminante rechazo al planteo presentado por la empresa, amenazando con la implementación de medidas cuyo resultado sin duda, no logrará otra consecuencia que agravar la ya crítica situación de la compañía y de los propios trabajadores a los que representan”, cerraron desde Arsa.
Por el momento, la compañía no aclaró cuántos trabajadores serían alcanzados por las suspensiones, pero desde el entorno aclararon que será “un número significativo”.