Tras una jornada financiera con muy bajo volumen, dado el feriado en Estados Unidos que obligó al Banco Central a vender divisas por primera vez en más de quince ruedas, en el mercado intentan descifrar ahora cuál será el nuevo equilibrio del dólar financiero tras el rally de la semana pasada que finalmente se apaciguó el viernes.
Aunque existen expectativas de que a partir de ahora mejore el nivel de liquidación por parte del campo, digerido ya el impacto de la baja de la tasa de interés y con un nivel de inflación que también se alinea a la baja, lo cierto es que el consenso de los analistas ya no espera una corrección sino que presume que la brecha cambiaria se sostendrá en los niveles actuales de cara al segundo semestre.
Es decir que la diferencia entre el dólar oficial y financiero se mantendría, según los expertos, en el rango de 30% a 40% al que volvió la semana pasada después de coquetear el precio del dólar con los $1.300, rompiendo la calma de más de cuatro meses.
“Luego de las subas de la semana pasada, es probable que el CCL empuje hacia abajo dado el mejor nivel de dólar exportación que ha dejado (y de hecho el mismo viernes se vio un monto considerable de liquidación agropecuaria). Sin embargo, difícilmente vuelva a operar por debajo de $1.100 en el corto plazo con estas tasas de interés o, mejor dicho, con los actuales diferenciales de tasa de interés en dólares”,sostuvieron desde la consultora Outlier, donde destacaron que un eventual factor que podría morigerar ese pronóstico es lograr algún avance concreto en la aprobación de la Ley de Bases, a la que el presidente Javier Milei vinculó con la eliminación del impuesto PAIS.
De ahí que según la consultora, la brecha en el rango de 30%-40% puede haber llegado para quedarse y también el mayor nivel de volatilidad de los financieros. Aunque desde el equipo económico insisten que “igual que en enero, cuando decíamos que el CCL a $1.200 era caro, seguimos opinando lo mismo”, reconocen que el segundo semestre será mucho más desafiante en términos cambiarios no sólo porque el flujo de divisas tendería a caer sino también porque crecen los compromisos de pagos en dólares. “De cara al segundo semestre ambos elementos contarían con más combustible, pues al bajar el ritmo de liquidación de los agroexportadores ya desde mediados de julio, el flujo comercial vía blend que llega el CCL irá en descenso”, destacó Outlier, si bien lo concreto es que, para fin del mes próximo, el dólar blend debería quedar eliminado según lo pautado con el Fondo Monetario.
En cualquier caso, hay quienes creen que el CCL quedó nuevamente algo alejado de su posible techo, calculado por PPI en $1.347 ya que es “el tipo de cambio implícito en la primera licitación de Bopreal Serie 3 en la cual se permitió la participación de empresas con dividendos retenidos”. La importancia del dato se relaciona con que en las siguientes licitaciones del bono, las empresas debían convalidar un tipo de cambio superior para acceder a girar dividendos, lo que no ocurrió.
Desde Puente, en tanto, consideraron que la mayor tensión cambiaria se produce en función de las dificultades para avanzar con las reformas en Senado. “En el mercado cambiario, la brecha entre el tipo de cambio oficial y el implícito en bonos cerró el viernes en 38%, ampliándose desde el 23% de la semana previa. Esto se debe a la escalada de 12,6% semanal en la cotización implícita en bonos, que finalizó en $1.230,5 ante la incertidumbre política en el Congreso”, opinaron.