El Gobierno compró a través de la empresa estatal Energía Argentina (Enarsa) comprar en forma directa un cargamento de Gas Natural Licuado (GNL) a la empresa brasileña Petrobras para afrontar la escasez de gas natural que se registró en las últimas semanas, según confirmó Infobae con fuentes del mercado. Las fuentes detallaron que serían unos 44 millones de metros cúbicos los que llegarían esta noche pero no precisaron cuál será el costo.
Este martes Enarsa licitará 8 barcos de unos 56 millones de metros cúbicos de gas que rondarían los USD 20 millones cada uno, en una operación de unos USD 160 millones. La semana pasada Cammesa licitó cargamentos de fuel oil y gasoil, combustibles más caros y contaminantes que el GNL, por unos USD 500 millones.
En ese sentido es un caso atípico que la empresa estatal realice una compra directa sin pasar por un proceso de licitación internacional que garantice la competencia, según resaltó el medio especializado Econojournal. Sin embargo, la emergencia llevó a la Secretaría de Energía a instruir a realizar la operación para evitar mayores complicaciones.
Las olas de frío polar llegaron antes de los previsto a la Argentina y la disparada del consumo energético, mostraron las debilidades del sistema local. La demanda residencial es “prioritaria” y utiliza por estos días en torno a los 80 millones de metros cúbicos diarios de gas, casi duplicando los 40-45 millones que suele consumir ese universo.
La menor disponibilidad de gas natural e infraestructura respecto a la que necesitan el sistema para abastecer a los control urbanos hizo que el Gobierno gestionara interrupciones en estaciones de servicio de GNC, industrias y comercios con contratos “interrumpibles” o “con cuota”.
En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) el frío extremo que comenzó el miércoles se sentirá con mayor fuerza este sábado y se quedará al menos hasta mediados de la semana que viene. Así lo informó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Es en ese marco que el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) instruyó a las distribuidoras a identificar los usuarios que podrían sufrir cortes para poder maniobrar el abastecimiento en lo que se define administrativamente como un estado de “pre-emergencia”.
Esta “pre-emergencia” declarada oficialmente se da en el marco de temperaturas más bajas a lo previsto para esta época del año, una planificación de suministro que resultó deficiente y el ahorro tanto en importaciones como en obras que buscó el Gobierno para sostener el superávit fiscal.
Un ejemplo claro es la demora en la puesta en marcha “plena” del Gasoducto Néstor Kirchner, que actualmente funciona a la mitad de su capacidad por los problemas de importaciones que se registraban con el Gobierno anterior y el freno de la actual gestión a las partidas destinadas a la obra pública.
Esta situación abre un interrogante sobre si la Argentina tendrá en invierno el abastecimiento suficiente para su demanda energética. Por caso, el proyecto de reversión del Gasoducto Norte para revertir el flujo gasífero que viene desde Bolivia para llevar el fluido de Vaca Muerta a Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy, no será finalizado en su totalidad para el comienzo del período invernal, tal como estaba previsto en 2023.
Eso implica la necesidad de importar gas para que el norte del país no sufra faltantes, ya que Bolivia, por contrato, podría cortar los envíos a partir de julio ante el declino que sufre el país vecino en su producción.
En el Gobierno apuntan a que el principal problema actual en el suministro de gas natural del país es que el sistema de transporte se encuentra ante una gran desinversión producto de años de congelamientos tarifarios. Es por eso, afirman, que los ductos no soportan el gas que necesita la demanda.