Las subas de los tipos de cambio paralelos de las últimas dos semanas, que este jueves encontraban un alivio un par de horas antes del cierre del mercado, y un rebote del riesgo país luego de varios meses de caída sostenida encendieron alguna luz de alarma en el mercado sobre si los activos argentinos en el mercado financiero daba inicio a una tendencia distinta o si se trata solo de una corrección temporal. En el Gobierno las interpretaciones son variadas, y una de las lecturas que hacen en los despachos oficiales es que hay inversores que están más preocupados por el devenir político de las iniciativas del oficialismo que, por el momento, los números macro.
Después de una escalada sostenida desde principios de mayo, los dólares contado con liquidación y MEP frenaron este jueves y se estacionaron en una zona por encima de los $1.200, mientras que el blue mantenía la inercia hacia el alza y alcanzaba los $1.300, su récord en términos nominales. Otros indicadores también mostraban subas: el riesgo país, luego de tocar un piso de 1.200 puntos -el gobierno de Javier Milei comenzó con algo más de 1.800 en el indicador de JP Morgan y 2.400 antes de la victoria en el balotaje- repuntaba hasta 1.420, en línea con una caída de los bonos.
Infobae consultó en distintas áreas de gobierno para saber qué lectura hacen del ¿nuevo? escenario. Como es esperable, desestiman que haya existido un cambio de fundamentos argentinos ante el mercado que ponga a los activos nacionales en posición de venta. Esos fundamentos son, enumerado por un funcionario del equipo económico: que el Gobierno aún sostiene superávit fiscal, superávit comercial, superávit de cuenta corriente y que hay escasez de pesos.
¿La baja en la tasa de interés no podría haber sido un factor que incida para mal? En el Poder Ejecutivo se defienden al asegurar que mientras el Banco Central bajó la tasa de interés de referencia, el Tesoro en su última licitación de deuda en pesos la subió a través de su instrumento de deuda de corto plazo (las Lecap) a una tasa similar a la que tenía la autoridad monetaria antes del último recorte. Luis Caputo pulsea porque los bancos empiecen a pagar por los plazos fijos una tasa mayor, ya referenciados en esa Letra del Tesoro en lugar de los pases del BCRA.
El Gobierno sostiene que sus fundamentos ante el mercado no cambiaron: que aún mantiene superávit fiscal, superávit comercial, superávit de cuenta corriente y que hay escasez de pesos
Por esa razón, una hendija que reconocen en la Casa Rosada y que puede explicar el impacto en bonos y riesgo país es más bien político: la demora en el tratamiento de la Ley Bases, que el oficialismo todavía no consigue tener alineado para su aprobación en el Senado, en medio de largas negociaciones por cambios en el articulado que devolverían el proyecto nuevamente a Diputados. Y, en paralelo, la imposibiidad de llegar a tiempo con un acuerdo político macro que representaba el Pacto de Mayo en Córdoba con gobernadores. “Afecta más que el mercado descontaba que la ley pasaba y había Pacto de Mayo, y eso ya no está claro hoy”, mencionó una fuente oficial.
Lecturas iniciales del mercado van en la misma dirección. “El gobierno no debería subestimar el mensaje que manda este indicador (riesgo país) a la hora de encarar las dificultades que aparecen, tanto en la dinámica macro como en el plano legislativo. El cambio de fecha del llamado Pacto de Mayo es una síntesis apropiada de las tribulaciones de la coyuntura. Las demoras en el Senado para avanzar en el plano fiscal tienen como telón de fondo la caducidad a fin de año del impuesto PAIS, clave para la performance de las cuentas públicas hasta aquí”, mencionaron desde Fundación Mediterránea.
Por su lado, Portfolio Personal Inversiones también reflejó eso en un infome a clientes esta mañana. “Los idas y vueltas en el Senado por la Ley de Bases y el paquete fiscal ponen en duda si los proyectos van a aprobarse y si los cambios serán relevantes”, dijo. “Consideramos que no es casualidad que la fuerte suba de los dólares financieros haya sido en una semana que Milei sugirió que el Pacto de Mayo podría postergarse a junio o julio. El ancla más visible del gobierno es la fiscal, pero sin paquete fiscal se cuestiona la sostenibilidad del ajuste. En definitiva, el mercado podría haber empezado a descontar una mayor probabilidad de que el plan de gobierno no tenga el éxito esperado”, planteó PPI.
Una hendija que reconocen en la Casa Rosada y que puede explicar el impacto en bonos y riesgo país es más bien político: la demora en el tratamiento de la Ley Bases y la imposibiidad de llegar a tiempo con el Pacto de Mayo
Por último, Abeceb, la consultora fundada por Dante Sica, explicó que “los cambios en las proyecciones y expectativas no son tan sorprendentes si se consideran tres cuestiones”, alertó. En primer lugar, que “el paquete de emergencia ha sufrido cambios no esperados y no anunciados, de la mano de un mayor pragmatismo: liberación de fondos para las universidades luego de la marcha; más fondos para programas sociales como sugirió el FMI; procrastinación de aumentos de tarifas, como acaba de ocurrir con el gas ante la proximidad del invierno y para no incidir en el índice de inflación”.
En segundo lugar, que “el gobierno no ha definido hacia qué régimen cambiario y monetario quiere específicamente converger, más allá de referencias poco precisas a un régimen de convivencia de monedas y cero emisión de pesos”. Y por último, que “las reformas siguen siendo negociadas en el Congreso y el DNU se aplicó parcialmente, mientras el programa integral de estabilización, si existe, por ahora sigue en las gateras. Estos dos hechos están impidiendo que se acelere la caída en la incertidumbre que ya empezó, pero necesita caer mucho más para llevar el riesgo país a niveles compatibles con el reingreso a los mercados de capital externos”, concluyó Abeceb.