Aunque en términos acumulados de un semestre o incluso anuales, el dólar blue está perdiendo por goleada la carrera contra la inflación y es, desde hace tiempo, una de las peores inversiones disponibles, el despertar o súbito movimiento que registró entre ayer y hoy hizo sonar algunas las alarmas.
La repercusión parece exagerada si se saca la lupa de los movimientos diarios y se mide la evolución de los últimos doce meses, caracterizados hasta el cambio de gobierno por la alta volatilidad. Sin embargo, la suba del día fue tan marcada en contraste que explica casi todo el movimiento del precio del dólar libre desde principios de año. A tal punto que este mes podría producirse algo que hace largos meses no se produce, específicamente desde octubre de 2023, la última gran suba del dólar en plena campaña electoral: que el precio del billete del dólar le gane a la inflación. Para que ello no ocurra, el precio al que cerró hoy el dólar blue y también el MEP, debería retroceder.
El dólar libre debería ubicarse por encima de los $1.900 si se lo ajustara por la inflación acumulada desde diciembre
El primero de ellos, el dólar libre, aumentó 18,3% en lo que va de mayo, desde los $1.040 que cerró el 30 de abril a los $1.230 que indicó el cierre de hoy. Es, por lejos, un repunte que podría incluso triplicar el índice de inflación que se espera para este mes, cuando no se descarta que perfore 5% mensual. En el caso del dólar Bolsa o MEP, la suba es más moderada ya que parte de un precio más alto para el fin de mes pasado y cerró en un precio de unos $50 por debajo del blue. Así, la suba que acumula es de 12,3% en el mes según Rava, lo que implica que si no recorta, resultará una inversión ganadora. Lo mismo ocurre con el CCL, que venía anotando las subas más moderadas pero también acusó un alza en lo que va del mes de casi 10 por cienta.
De esta manera, el billete se posiciona claramente por encima de la inflación y, particularmente, respecto del plazo fijo, al que se le recortó el rendimiento casi quincenalmente en los últimos meses. Precisamente, la última baja de las tasas de interés dispuesta por el Banco Central, que llevó a 40% la tasa de referencia y 10 puntos porcentuales menos, en promedio, la tasa de los plazos fijos, es identificada por el mercado como una de las posibles causas del evidente “despertar” del dólar. Es que, en el caso del blue, la suba mensual de equivale a casi todo el alza del año, en el que acumuló un avance de apenas 20%, desde los $1.025 en los que cerró el último día hábil del año pasado a hoy.
“Puede ser eso, y que la baja de tasas ya no sea efectiva pero también puede ser cualquier otra cosa. Está claro que la primera etapa del proceso fue exitosa y quedaron en el camino riesgos que no se plasmaron, pero ahora surgen riesgos nuevos”, sostuvo el economista José Siaba Serrate, uno de los expertos del mercado financiero más consultado hoy en el Congreso del IAEF.
Dado el estancamiento de las cotizaciones registrado en los últimos seis a siete meses, el dólar acumula un fuerte rezago incluso en términos interanuales: comparado con mayo del año pasado, la suba es de sólo 153%, guarismo que se compara con una inflación interanual del doble, al menos de acuerdo al último dato oficial del INDEC;
“Más que suba yo lo llamaría rebote o recuperación. Desde noviembre el dólar sube un 30% y la inflación lo hace un 120%. Hoy (por ayer) solo recuperó una migaja de lo que viene perdiendo estos meses, por ahora, nada para preocuparse y mucho menos que afecte a los precios” , opinó el analista financiero, Cristian Buteler.
Es que, si bien el dólar libre debería ubicarse por encima de los $1.900 si se lo ajustara por la inflación acumulada desde diciembre, lo cierto es que los movimientos bruscos generan incertidumbre respecto de la tendencia futura y, eventualmente, el efecto de “cobertura” en los precios. Con un consumo en picada y precios que todavía están, en muchos casos, establecidos con una proyección de dólar más alto que el actual, existiría colchón para evitar cualquier rebote de la inflación. Pero el archivo y la historia reciente, también es pertinente aclarar, juegan en contra una carta fuerte: el dejá vu permanente.
Los gráficos que marcan lo insignificante de la suba en términos retrospectivos de mediano plazo tienen, también, una contracara: las cotizaciones todavía tienen mucho recorrido por delante. Es decir, tiene margen o espacio para sostener la suba, siempre que exista la oferta de pesos suficiente para potenciar la demanda del billete. Ése parece ser el punto central para el economista Ramiro Castiñeira, quien consideró que la suba se produjo en función de “una combinación de factores: la liquidación de la cosecha viene demorada y algo trabajada, el Pacto de Mayo que no sale... es un poco de todo”, afirmó. En una jornada como la de ayer, en la que el volumen operado en el mercado oficial fue bien bajo, inferior a los USD 250 millones, esas falencias impactan el doble.