El Gobierno aún no terminó de definir qué hará con la obra pública, uno de los rubros del gasto público que experimentó la poda de gasto más pronunciadas del presupuesto nacional. El Ministerio de Economía todavía sostiene su intención de abrir el juego a capitales privados y, en medio del fuerte impacto sobre el sector en actividad y puestos de trabajo, las cámaras le presentaron al presidente Javier Milei una propuesta de proyecto de ley para que algunas obras en ejecución y que tengan horizonte de rentabilidad puedan ser continuados y finalizadas por desarrolladores privados.
El ida y vuelta es aún escaso entre el Poder Ejecutivo y el sector constructor, que expresa cada vez que puede su preocupación por el desplome de su actividad por el freno en la obra pública, además de que el contexto de precios de la construcción tampoco ayuda para sostener obras privadas. Los fondos de proyectos de infraestructura financiados por el Estado representaron una parte relevante del ajuste fiscal que realizó el ministro Luis Caputo.
Una estimación de Iaraf muestra que de todo el recorte presupuestario de los primeros cuatro meses del año, detrás de las jubilaciones -que representaron el 35% del total-, en segundo lugar aparece la inversión real directa, que implicó el 15% de ese ajuste. Y otro 7% correspondió a transferencias de capital a provincias, señaladas habitualmente como fondos para que las gobernaciones completen proyectos de este tipo.
Una estimación de Iaraf muestra que de todo el recorte presupuestario de los primeros cuatro meses del año, detrás de las jubilaciones -que representaron el 35% del total-, en segundo lugar aparece la inversión real directa, que implicó el 15% de ese ajuste
Ante un contexto de esa características, en el sector privado intentan apurar alguna alternativa para dotar a la construcción de fondeo privado, a través de créditos bancarios o a través de fideicomisos en el mercado de capitales. Son, según pudo saber Infobae por parte de altas fuentes ejecutivas, al menos dos variantes de iniciativas que las cámaras presentaron ante Javier Milei y sus funcionarios. La última instancia de diálogo fue la semana pasada, en el marco del almuerzo del Cicyp.
Al menos tres cámaras de las grandes están involucradas en ese ida y vuelta con el Gobierno: construcción, bolsa de comercio y bancos. Una de las alternativas que acercaron los empresarios es la de habilitar por la vía de un proyecto de ley que obras iniciadas en el modelo tradicional de obra pública, con el tipo de contratación habitual que implican, puedan ser continuadas y finalizadas por empresas privadas. No toda la obra pública podría ser sujeta a este tipo de fondeo: “Solamente los proyectos que tengan rentabilidad y algún tipo de repago van a ser de interés del sector privado, como podría ser un edificio de vivienda de Procrear”, ejemplificó un ejecutivo constructor.
“El privado va al banco, consigue crédito y lo termina. Después lo vende a usuarios de clase media y con el ingreso del dinero cancela el crédito y la diferencia la reparte entre el Gobierno que puso parte de la plata y la constructora. Ese es el concepto”, resumió. Los bancos tienen otra parte de ese plan en sus manos, que es negociar con el Banco Central para poder fondear proyectos que originalmente hayan iniciado con financiamiento de fondos públicos. La segunda variante que explora el círculo rojo es la de propiciar esa cobertura a través de fideicomisos.
“Es viable en la medida en que el contratista reciba un repago del usuario. En el caso de un edificio es claro, una ruta que no tiene tránsito, o un hospital o escuela pública no es aplicable. Solo en aquellos que sea rentable”, opinaron desde el sector constructor. En Camarco aseguran no saber qué es lo que tiene entre manos el equipo económico para hacer arrancar la actividad constructora.
Ante un contexto de esa características, en el sector privado intentan apurar alguna alternativa para dotar a la construcción de fondeo privado, a través de créditos bancarios o a través de fideicomisos en el mercado de capitales
Consultado al respecto, fuentes del Ministerio de Economía, defendieron su postura de sacar el pie de la obra pública. “Lo que se necesita a todo nivel del Estado es una mayor eficiencia en el gasto. En el esquema de equilibrio fiscal es una prioridad absoluta. Lo poco que tenemos que son los ahorros de los argentinos, tenemos que ser eficientes. Tenemos que priorizar seguridad, atención social”, mencionaron.
“Se está avanzando en un modelo en que no te casás con un solo mecansmo, tenemos varios, ya sea iniciativa privada, PPP, privatizaciones y concesiones, hay un montón de gasto que vamos a dejar de hacer para que lo hagan los privados, nosotros no generamos riqueza”, concluyeron. Además, apuntaron desde el equipo económico, “aquellas obras que estén a punto de finalizar, se terminarán”.
La foto más actual muestra que la actividad del sector es una de las que tiene los números más graves de la recesión actual. El Indec reflejó un derrumbe de 42% en la actividad medido de manera interanual -el cuarto mes seguido de retroceso a ritmo de dos cifras- y una caída de 14,2% en comparación con el mes anterior. A febrero, según la misma fuente, en un año se habían perdido el 11,6% de los puestos de trabajo, unos 52.400.
“Las expectativas a futuro difieren entre las empresas que realizan obras privadas y las que realizan obras públicas. En las primeras, el 39% espera que la actividad del sector caiga en estos próximos meses, en contraste con el 64% del resto”, remarcó, en base a datos oficiales, un informe de LCG.
“Algunos indicadores de la actividad muestran un ligero repunte en abril, aunque este está muy lejos de compensar la caída experimentada en marzo. Se espera que la disminución de la actividad, especialmente en estas magnitudes, llegue a un punto mínimo”, midió esa consultora, que le puso número a la contracción sectorial esperada, en torno de 31%, “sector que se verá más afectado por el freno drástico de la obra pública y disminución de la brecha cambiaria que implica una suba de los costos medidos en dólares”.
Otro índice tradicional de la construcción, que elabora el Grupo Construya, y que toma en consideración la evolución de los volúmenes vendidos al sector privado de los productos de las empresas que integran ese foro tuvo en abril una recuperación de 6,43% desestacionalizada mensual, aunque en términos anuales aún se mantienen con cifras en rojo: 33,2% por debajo del nivel de abril de 2023.
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