El ministro de Economía, Luis Caputo, y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, siempre en estricta coordinación con el titular del Banco Central, Santiago Bausili, lograron ayer contundentes resultados en la licitación de deuda en pesos, para la que aplicaron un cambio de estrategia respecto de las operaciones previas. Con el objetivo de lograr una migración masiva de la liquidez colocada en los pases a 1 día en el Banco Central, Finanzas aplicó una política de tasa mínima para tres de los instrumentos ofrecidos, las Lecap, de 4,1% anual, lo que se ubica bien por encima de la tasa de política monetaria.
De esa manera, el Tesoro logró capturar un total de $11,7 billones. La cifra superó ampliamente los vencimientos de la jornada, que alcanzaban los $3,1 billones. El excedente obtenido implicó un roll over de 710% con una característica fundamental: en cada licitación llevada adelante por el Tesoro, aumentó la proporción de nueva deuda colocada a tasa fija. En la operación de ayer, por caso, las 85% del monto colocado fue a tasa fija, tras que se aceptara convalidar un rendimiento ayer.
Pero el dato más relevante que el mercado siguió con extrema atención fue el volumen total de la colocación, que permitiría al Banco Central llevar a mínimos desde 2019 el total de pasivos remunerados. Es el cálculo que hizo el analista Salvador Vitelli, proyectando que toda la liquidez volcada a la licitación provino de precisamente de los pases en el BCRA. Es un ejercicio teórico ya que parte de los pesos surgieron del desarme de posiciones en títulos CER apenas conocidas el miércoles las condiciones de la subasta de hoy.
“Suponiendo que el financiamiento adicional que obtuvo el Tesoro proviene enteramente de desarme de pases pasivos, eso dejaría a los pasivos remunerados del Banco Central en mínimos no vistos desde noviembre de 2019″, apuntó Vitelli. En cualquier caso, Economía apuntó que de la cifra adjudicada, $7,3 billones se destinarán al colchón de liquidez de la cuenta del Tesoro en el BCRA mientras que con el monto restante se recomprará deuda a la entidad.
Claro que la contracara de esa estrategia es el aumento de la deuda del Tesoro, lo cual no implicará un fenómeno monetariamente expansivo dado que el anuncio de Economía respecto del destino que se le darán a los pesos recaudados. Si se dispusiera de esos fondos para gasto público, es decir, para financiar déficit, el resultado sobre la base monetaria sería el opuesto.
De todo el proceso, informó ayer Federico Furiase, uno de los asesores más cercanos del ministro Caputo, el volumen de pases y el pago de intereses de esas deuda se reduce una cuarta parte. “Con la licitación de hoy (por ayer), los pases del BCRA y la emisión endógena se reducirán en torno a un 25%. Dada la regla inquebrantable de equilibrio financiero, el excedente de los vencimientos ($8.6 billones) se destinará a la cuenta del Tesoro y a compra de títulos en el BCRA” apuntó el funcionario.
Además de la estrategia de tasa mínima, un factor resultó clave para el éxito de la colocación: previo a la operación, el Banco Central comunicó a los bancos que se flexibilizaba el tope de tenencia de títulos públicos en poder de los bancos, lo que potenció su capacidad de participar en la licitación. Al aumentar el techo de títulos públicos que pueden tener en cartera, la nueva normativa les permite a la vez desprenderse en la misma proporción de Pases pasivos colocados por el BCRA, cambio que se produce en simultáneo con la reducción de la tasa de política monetaria -y que remunera los pases-, que esta semana se recortó al 40% nominal anual, lo que otro incentivo incentivo más para desarmar esas posiciones.