Los nuevos créditos hipotecarios apuntan a satisfacer una necesidad crucial en el mercado inmobiliario, permitiendo a los ciudadanos acceder a financiamiento para la adquisición, ampliación o refacción de viviendas. Estos créditos se destacan por ofrecer plazos y cuotas que por lo general no exceden el 25% de los ingresos del solicitante, con tasas que se aproximan a estándares internacionales, fluctuando entre el 4% y el 8%.
Las nuevas líneas que ofrecen 12 bancos entre públicos y privados, además de incluir la compra de vivienda propia (en algunos bancos se presta hasta $250.000.000 y en otros no hay tope), están destinadas a la ampliación y refacción de viviendas, con un monto máximo disponible de $125.000.000 (por ejemplo en el Hipotecario, otros proponen más dinero, el Ciudad y Supervielle tienen otro plan).
El Nación proyecta entregar 40.000 planes por año y también se lanzó el Santander (desde esta entidad explicaron que cada $10.000.000 otorgados en el préstamos al plazo máximo de 240 meses, la cuota pura inicial será de $76.038 para compra de vivienda permanente).
Sin embargo, la incertidumbre respecto a la actualización por UVA y su dependencia de la inflación futura es un factor a tener en cuenta.
Además, se señala la necesidad de ajustes en las políticas para incluir propiedades en construcción o recién terminadas, actualmente excluidas por requerimientos de escrituración que demoran años.
Los créditos en UVA están disponibles para empleados en relación de dependencia, trabajadores independientes (ya sea bajo régimen de ganancias o monotributo) y jubilados
Para elegir el plazo del crédito, es crucial considerar la estabilidad financiera personal, ya que los plazos más cortos implican cuotas mensuales más elevadas pero un menor costo total por intereses, mientras que los plazos largos ofrecen cuotas más accesibles a costa de un mayor costo por intereses a lo largo del tiempo.
Pablo Gaytan, de Corralón Ciudadela mencionó a Infobae que estos créditos representan una oportunidad ideal para parejas jóvenes con ingresos estables y un ahorro previo, especialmente para obras de ampliación o refacción centradas en áreas clave como cocinas y baños.
Ante el alza de precios de materiales, recomendó “solicitar un monto que contemple un margen adicional para cubrir posibles incrementos inflacionarios, considerando también los costos de equipamiento y terminación de las nuevas construcciones”.
También hay personas y familias que están registrándose en diversos bancos en busca de agregar un nuevo ambiente o construir hacia arriba en caso de disponer de espacio aéreo o expandirse hacia el fondo de una edificación existente.
Costos
Se estima que el costo por metro cuadrado para refaccionar ambientes como el living o dormitorio es de aproximadamente USD 400, mientras que para baños y cocinas el promedio asciende a USD 600. Para proyectos de edificación o ampliación, el costo promedio alcanza los USD 1.200 por m2, lo que representa un incremento interanual cercano al 290% en términos de pesos.
Anabela Santos, de INARCH, destacó que, aunque la construcción tradicional sigue siendo la opción predominante por su durabilidad y aceptación general, la construcción en seco ofrece ventajas significativas en términos de velocidad, limpieza y aislación, siendo particularmente adecuada para ampliaciones verticales dada su menor carga sobre estructuras existentes. “La elección entre ambas dependerá de factores como el presupuesto, el tiempo disponible y preferencias personales, enfatizando la importancia de una mano de obra calificada para obtener los mejores resultados”.
Es importante considerar que, tras construir un nuevo ambiente, será necesario amueblarlo y decorarlo con elementos como muebles, cortinas, electrodomésticos y artefactos de iluminación.
Gaytan aclaró: “No se espera que el costo de estos materiales en dólares aumente más de un 5% hasta fin de año. Por ello, al solicitar un crédito, aconsejaría incluir tanto los gastos de construcción como los de equipamiento y decoración”.
Las nuevas líneas de créditos hipotecarios disponibles representan una oportunidad ideal para aquellos interesados en ampliar o modernizar sus hogares, actuando como catalizadores del mercado inmobiliario y ofreciendo una valiosa herramienta para el crecimiento o mejora de las viviendas. Quienes realicen mejoras o ampliaciones en su propiedad pueden experimentar un incremento promedio de hasta un 20% en el valor de cotización del inmueble.
“El Banco Nación, entre otras entidades, está incluyendo cláusulas antiinflacionarias en sus contratos de crédito, como medida para mitigar el impacto en caso de un aumento significativo de la inflación. Aunque aún se está definiendo la implementación exacta de estas medidas, se encuentran en proceso de desarrollo”, explicó Santos.
Materiales más solicitados y precios actuales
Los materiales más demandados para refacción o ampliación de viviendas varían según la etapa del proyecto.
Gaytan explicó que, al solicitar créditos hipotecarios, los propietarios suelen adquirir primero materiales de obra gruesa, seguidos por grifería, sanitarios y finalmente elementos de terminación, como cerámica y porcelanatos. Esto se debe a la intención de completar compras significativas aprovechando el financiamiento.
Hoy el bolsón de arena vale $30.000 (un metro cúbico que son aproximadamente 1.400 kilos); una bolsa de cemento de 50 kilos parte desde $9.800; el metro cuadrado de piso cerámico oscila en $9.000, y un juego de grifería (económico) para baño completo oscila en 490.000 pesos.
En cuanto a la decisión entre construcción tradicional o en seco, Gaytan señaló que existen ventajas en ambos métodos, aunque “recomiendo la construcción tradicional, especialmente para las paredes exteriores, debido a su durabilidad y resistencia. Para interiores, la opción en seco puede ofrecer ahorro de tiempo, aunque no necesariamente en costos, siendo importante contar con mano de obra especializada”.
Más consejos
Al elegir el plazo para un crédito hipotecario, especialistas enfatizan la importancia de analizar tanto la capacidad de pago como la estabilidad financiera del solicitante. Optar por plazos más cortos, como 10 o 15 años, puede resultar en cuotas más elevadas, pero reduce el costo total por intereses.
Por otro lado, extender el crédito a 20 años o más disminuye el monto de las cuotas mensuales, aunque incrementa el interés pagado a lo largo del tiempo. La selección cuidadosa del plazo garantizará que el crédito se ajuste de manera óptima a las posibilidades y necesidades del solicitante.
Santos también destacó que al enfrentar el aumento constante en el precio de los materiales de construcción, es prudente solicitar un monto de crédito que exceda el cálculo inicial para afrontar posibles incrementos.
“Si se estima una inversión de $15.000.000 para una refacción, considera solicitar alrededor de $18.000.000 para asegurarse un margen que cubra la inflación. Esta estrategia permite además comprar de manera proactiva todo lo necesario para la obra, evitando demoras una vez recibido el financiamiento”, concluyó.