El FMI volvió a poner sobre la mesa la discusión respecto a cómo se manejará el dólar oficial en los próximos meses. En el comunicado de prensa divulgado ayer por el organismo -en el que confirma la octava revisión exitosa del acuerdo- se señala que “la política cambiaria se hará más flexible”, aunque sin especificar en qué consisten estos posibles cambios.
También se hacen otras referencias sobre lo que se viene para el mercado argentino. El organismo hace alusión a un “nuevo régimen monetario, que involucra la competencia de monedas”. Y continúa indicando que “se seguirán reduciendo las restricciones y controles cambiarios a medida que las condiciones lo permitan”. Por lo tanto, no se pone un plazo para la liberación del cepo cambiario y se deja bastante claro que no será de un día para el otro.
“La prioridad -señaló el organismo- es seguir afianzando el proceso de desinflación y fortalecimiento de las reservas internacionales”.
Ahora habrá que esperar el reporte elaborado por el staff, que es el documento oficial del organismo, que seguramente incluirá algunos detalles adicionales sobre estos aspectos.
En relación a la mayor flexibilidad cambiaria, todo hace suponer que la mirada está puesta en el ajuste mensual del tipo de cambio que plantea el gobierno, que se mantiene en el 2% mensual prácticamente desde fines del año pasado.
Este “crawling peg”, como se denomina en la jerga financiera, es considerado insuficiente por el FMI, que ya advirtió a principios de año sobre el peligro de caer en un nuevo atraso cambiario.
Javier Milei, sin embargo, tiene otra mirada. El Presidente consideró que las causas del encarecimiento en dólares que atraviesa la Argentina tiene que ver con otros factores, como el exceso de impuestos y burocracia que afecta a los costos. Y refiere, además, que el dólar oficial más el impuesto PAIS es equivalente al contado con liquidación, por lo que en realidad no existe la brecha cambiaria.
Por otra parte, en el Gobierno sostienen que la apreciación cambiaria va de la mano de la recuperación económica y de la mejora de las expectativas, como ya ha sucedido en otros momentos de la Argentina.
De esto se deduce que al menos desde la mirada oficial no tendría sentido apurar el ritmo de aumento del tipo de cambio, a pesar que la inflación se mantiene bien por encima del 2% mensual.
Uno de los párrafos más relevantes del comunicado difundido ayer por el FMI es el relacionado con el futuro de la política cambiaria del Gobierno, donde además deja en claro que no hay una fecha explícita para la salida del cepo cambiario. Habrá un reacondicionamiento de las metas, que seguramente se conocerá en los próximos días
Seguramente cuando se divulgue el reporte de los técnicos quedará plasmada cuál es la visión del organismo sobre esta cuestión y si insisten en la necesidad de evitar otro episodio de atraso cambiario. Es probable que al menos hagan alguna mención explícita al respecto, a juzgar por el comunicado divulgado ayer.
Por otra parte, no se hace alusión alguna a la posibilidad de avanzar en una dolarización algo que el propio Gobierno reconoce que no está en los planes. Pero sí el FMI se refiere a una eventual competencia de monedas. Esto implica que en el futuro se permitirán operaciones en dólares o cualquier otra moneda que elijan las partes, manteniendo el peso como una opción más, algo que evidentemente apoya el organismo. Se trata de un esquema parecido al que existe en otros países de la región, como Perú y Uruguay.
El comunicado indicó que los objetivos y la condicionalidad del programa “se ha actualizado” con el objetivo de “reflejar los mejores desarrollos recientes y el nuevo programa económico”. Esto implica que podrían modificarse los objetivos de acumulación de reservas y de resultado fiscal que habría que cumplir a medida que avance el año. “También se están obteniendo garantías de financiación de los acreedores oficiales”, aunque sin dar mayores detalles al respecto.