La Comisión Nacional de Valores (CNV), el ente regulador del mercado de capitales, puso la lupa sobre la operación de un banco en el mercado de bonos en pesos ante la sospecha de que estaría realizando operaciones orientadas a defraudar al Banco Central. Las maniobras, que en el Gobierno no dan por confirmadas, involucrarían ganancias por $23.000 millones en una sola operación, según estimaciones del BCRA.
A principios de este mes la CNV comunicó que había abierto una sumario alrededor de operaciones del Banco Galicia en el mercado de bonos en pesos. Ayer, la agencia internacional Bloomberg añadió que el Gobierno había puesto la lupa también sobre movimientos de BBVA Argentina y el Supervielle. Estos dos bancos no tienen sumario iniciado en ese organismo.
La información oficial calculó que en una sola operación el primero de los bancos habría obtenido beneficios por más de $23.000 millones. El proceso se inició en base a un reporte del Banco Central que consideró potencialmente irregulares a los movimientos. Como resultado, se inició un sumario que en caso de comprobar alguna clase de infracción puede multar a los involucrados por hasta cinco veces el beneficio obtenido.
Infobae consultó a los tres bancos. “La consulta del BCRA a varios bancos, entre ellos Supervielle, se realiza en el marco de sus atribuciones y de su dinámica diaria de su función como supervisor”, dijeron desde Supervielle.
En BBVA, mientras tanto, voceros prefirieron no hacer declaraciones. En Galicia, por otro lado, voceros aseguraron que desde que surgió la inquietud de los reguladores inició una investigación interna para analizar las operaciones cuestionadas y los procesos de control, y agregaron que la entidad contestará a la CNV en los plazos previstos.
¿Cuál es la sospecha del BCRA?
La sospecha del Gobierno gira alrededor del abuso de los puts que la autoridad monetaria ofrece a los bancos. Los puts son instrumentos que otorga el Banco Central a bancos que suscriben Letras y bonos del Tesoro en las licitaciones de deuda que hace el Ejecutivo. El sentido de esos instrumentos es dar un seguro a los que compran la deuda pública, aumentando así su atractivo y ayudando a que el fisco pueda financiarse.
Funcionan de la siguiente manera. Los bancos pagan una prima para contar con un put por los bonos que suscriben. El put les permite exigirle al Banco Central que compre los bonos que tienen en su cartera al precio de cierre del día anterior. Así, ante un evento disruptivo pueden salirse del mercado sin tomar pérdidas enormes. Empezaron a usarse luego de la abrupta salida de Martín Guzmán durante el gobierno de Alberto Fernández. Precisamente, una corrida contra la deuda en pesos selló la suerte del ahora ex ministro de Economía. Y para recuperar la confianza de los inversores se decidió otorgar ese incentivo extra.
Ya con Luis Caputo en Economía, los puts se siguen utilizando, aunque desde abril limitó su uso (ahora solo se pueden ejercer 30 días antes del vencimiento). En condiciones normales, no hacen más que permitir al Tesoro conseguir financiamiento y a los bancos contar con liquidez de corto plazo —por ejemplo, no es raro que vendan el BCRA bonos de sus carteras justo antes de destinar los pesos que obtienen a cambio a licitaciones primarias de nuevos títulos.
El problema es que se trata de una fuente de emisión monetaria. Cuando el BCRA se ve forzado a comprar los bonos cubiertos con puts, crea dinero. Paga con dinero emitido. El mecanismo explicó la emisión de algo menos de $1.800 millones en abril solamente.
¿Cómo funciona la maniobra?
El temor de los reguladores es que las mesas de los bancos hayan encontrado una forma de forzar al BCRA a regalarles ganancias casi sin esfuerzo.
Según fuentes del mercado, la maniobra funciona de la siguiente manera:
- Los operadores identifican un bono “poco líquido” del cual hayan comprado un put al momento de su emisión. Poco líquido un bono que no se opera todos los días y no siempre tiene precio de referencia. En este caso, según detalla la CNV, habría sido un bono dual TDE25.
- A continuación, cerca de la hora de cierre del mercado venden ese bono a una entidad vinculada. La venta se hace a un precio muy por encima del mercado. Y se hace en los últimos minutos del día para que las plataformas de operación registren ese precio bien por encima de lo esperable como precio de cierre.
- Al día siguiente, el operador ejerce el put y exige al Banco Central que pague el precio de cierre del día previo. El resultado es que el autor de la maniobra recibe un precio mucho mayor al que corresponde por el bono que vende a la autoridad monetaria. Y la autoridad monetaria se ve forzado a emitir pesos, algo que esta administración busca evitar.
La defensa del mercado
En principio, el movimiento sería una manipulación de precios hecha y derecha. Pero es muy difícil de probar.
“Es sospechoso, sin dudas, ¿pero cómo hace la CNV para comprobar una intención? Son bonos que no siempre tienen precio y, cuando se operan, se marca el precio que se marca. ¿Es un precio ilógico o es más o menos un precio de mercado? Es muy difícil de probar”, dijo un especialista a Infobae.