El siglo XX marcó el inicio de una era donde el acero se convirtió en el protagonista de las construcciones más altas y emblemáticas del planeta. Desde la torre Eiffel (si bien se inauguró en 1889) en París hasta el Empire State Building en Nueva York, esta materia prima fue fundamental en la realización de estructuras que desafían el cielo. Existen 10 obras icónicas en el mundo cuya estructura hizo posible el acero, evidenciando su importancia y versatilidad en el ámbito de la ingeniería y la arquitectura.
El acero, originado del mineral de hierro, sobresale en la construcción por su ductilidad, límite de fluencia, resistencia a la tracción, y su capacidad para evitar fracturas, características que lo hacen esencial en edificaciones de más de 300 metros, por su composición química y soldabilidad, asegurando soporte sin alterar su forma.
Carlos Vaccaro, director ejecutivo de la Cámara Argentina del Acero (CAA), explicó a Infobae que las estructuras metálicas tienen su origen en el siglo XVIII, “pero las de acero como tal se popularizaron en la segunda mitad del siglo XIX, consagrándose con la Torre Eiffel. Ya en el siglo XX se fueron refinando las técnicas de producción del acero, logrando materiales con aleaciones especiales que le confirieron características por medio de las cuales se obtuvo la posibilidad de aplicaciones más complejas. Con los sistemas modernos de industrialización y tecnología, ya propios del siglo XXI, el uso del acero está en constante expansión, particularmente por las propiedades sustentables del material y la mayor celeridad en la construcción”.
Según la CAA, hoy a través de la utilización del acero no sólo se logran disminuir los costos, también se consiguen tiempos de ejecución 40% más bajos que la construcción tradicional.
“El acero tiene varias cualidades, pero la posibilidad de superar desafíos estructurales proviene de su resistencia y otras características intrínsecas que lo hacen insustituible debido a sus propiedades y capacidad para resistir las cargas a las que se verá sometido, no solo por peso sino por la acción de los vientos”, añadió Vaccaro.
El uso de acero en la construcción industrializada está en auge, permitiendo levantar viviendas y obras energéticas, como gasoductos, de manera rápida y eficiente. Las técnicas modulares reducen tiempo y costo hasta un 40%, ofreciendo plazos certeros y menor impacto ambiental.
El acero estructural destaca por su resistencia, inmunidad a temperaturas extremas y adaptabilidad, estando disponible en varias formas que facilitan su manejo. Combinado con hormigón, supera la fortaleza de otros materiales
Fernando Perroni, arquitecto especializado en construcciones en seco, comentó sobre los costos actuales utilizando acero en Argentina. “Según los números que estamos manejando, y teniendo en cuenta las variaciones constantes de costos, hoy el precio para construir en acero ronda entre USD 900 y USD 1.000 por metro cuadrado”.
Estos métodos dieron origen a cientos de megaobras de infraestructura que deslumbran a cualquier ojo humano. A continuación, se informa sobre 10 edificaciones que están entre las más icónicas levantadas sobre la base de acero.
Torre Eiffel
La popularidad del acero como ingrediente clave para obras icónicas comenzó a verse en la mente de muchos arquitectos de fines del siglo XIX. Es por eso que en 1889 se terminó de ensamblar la emblemática Torre Eiffel en París, en Francia, en plena época de desarrollo industrial y artístico, conocida como la Belle Époque.
La Torre es una estructura de 300 metros de altura realizada completamente en acero. El esqueleto fue creado por los ingenieros Maurice Koechlin y Émile Nouguier y el diseño final corrió por cuenta del arquitecto Stephen Sauvestre. La construcción fue realizada por el ingeniero francés Alexandre Gustave Eiffel para la Exposición Universal en París de 1889.
Famoso
Ya en el siglo XX comenzaron a realizarse edificios en base al acero, pero ya con innovadores sistemas que permitieron constituir ciertas reglas básicas para el sector. En ese sentido, uno de los más famosos a nivel mundial, y también de los pioneros en la cuestión de la altura, es el Empire State Building, que supo ser la construcción más alta del mundo durante 40 años con 381 metros de elevación.
Finalizado en 1931, este ícono del estilo Art Decó es una de las siete maravillas del mundo moderno según la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles.
Otro clásico, en Chicago
Otra de las construcciones que ostentó el récord de ser la más alta del mundo durante 20 años fue la Torre Willis, también en Estados Unidos. Este rascacielos de 442 metros es una de las atracciones turísticas más importantes de la ciudad.
Originalmente se llamó Torre Sears que era el nombre de la empresa que construyó el edificio para albergar, en un solo lugar, a sus 350.000 empleados.
En Taiwán
El mundo asiático, a partir del último cuarto del siglo XX, fue adquiriendo cada vez más cosas de la cultura occidental. Así fue que el modelo llegó a Taiwán, donde se encuentra el undécimo rascacielos más alto del mundo, la Torre Taipei 101.
Mide 508 metros de altura y fue construido de acuerdo a las enseñanzas del Feng Shui. Se terminó de construir en 2004 y tuvo un costo total de 1.760.000.000 de dólares.
El más alto del globo
Ese mismo año, en 2004, se comenzó a construir el Burj Khalifa en Dubai, el actual edificio más alto del mundo que mide casi un kilómetro, 828 metros de altitud, un fenómeno único en el mundo árabe que ya forma parte de las grandes obras del siglo XXI.
En su construcción trabajaron unos 12.000 obreros y se requirieron 39.000 toneladas métricas de armazones de acero y 15.500 m2 de acero inoxidable.
Desde Londres
Otra mega obra construida en acero es el 30 Saint Mary Axe en Inglaterra, conocido como “el pepinillo” por la forma de su cúpula que recuerda a la popular verdura. Se terminó de construir en 2004 y se distingue por sus sistemas de ahorro de energía y el aprovechamiento de la ventilación natural.
Fue uno de los primeros edificios pensados con conciencia ambiental. Se lo considera un rascacielos neofuturista. Con 180 metros de altura y 40 plantas, es el cuarto edificio más alto de Londres y el noveno más alto de todo el Reino Unido.
Aire catalán
En el mundo hispano destaca uno de los edificios emblemáticos de Barcelona, la Torre Mapfre, una construcción hecha a base de acero, pero también su estructura portante utilizó hormigón armado, aluminio y cristal.
En su interior funcionan oficinas, auditorios, zonas comerciales y hasta un helipuerto que se utiliza solo en casos de emergencia. Con sus 157 metros de altura, es uno de los rascacielos más altos de España y el primero en Cataluña.
Techo italiano
En el norte de Italia, el edificio más alto del país se encuentra en la elegante e histórica ciudad de Milán. La Torre Unicredit mide 231 metros de altura y es un ejemplo de arquitectura posmoderna. Fue construido en acero y vidrio, y su cúpula está recubierta de luces LED que se iluminan de diferentes colores para homenajear fechas especiales.
El rascacielos fue diseñado por el arquitecto argentino César Pelli y finalizó en 2011 con la terminación peculiar del pináculo.
Con sello argentino
Uno de los edificios más conocidos realizados en acero son las Torres Petronas en Kuala Lumpur. Es una de las edificaciones más altas del mundo y tiene una altitud de 452 metros.
Cada torre tiene 88 pisos y están unidas por un puente de 59 metros de largo. Para su construcción se utilizaron 37.000 toneladas de acero y es uno de los grandes atractivos turísticos del Sudeste Asiático. También fue diseñada por el arquitecto César Pelli.
Cambia de nombre
Por último, Argentina también tiene su representación en el universo de las construcciones hechas en acero. No es la única, pero probablemente sí la más importante. Se trata del Centro Cultural Kirchner (que cambiaría de nombre), el exPalacio de Correos y Telégrafos, edificio inaugurado en 1928, en plena Belle Époque, durante la presidencia de Marcelo Torcuato de Alvear. La obra cuenta con una estructura de vigas de acero sin apoyos intermedios. Solo para la Gran Sala de Conciertos hicieron falta 5.000 m3 de hormigón y 1.050 toneladas de acero.
“La estructura, totalmente de acero, no solo la posiciona como el centro cultural más grande de América Latina con más de 100.000 m2, sino que también la sitúa como la cuarta más grande a nivel mundial. Iniciada en 1888 como Correo Central y ejemplo de la arquitectura de la academia francesa, hoy permanece como un símbolo de orgullo arquitectónico nacional”, concluyó Vaccaro.