Las boletas del servicio de gas natural por redes tuvieron fuertes aumentos desde abril en medio del proceso de ajuste fiscal y ordenamiento de precios que inició el Gobierno de Javier Milei tras el congelamiento tarifario de la gestión anterior.
De todos modos según un informe de la consultora de Economía y Energía, de Nicolás Arceo, en la Argentina se paga por el fluido poco menos de lo que se abona en Canadá y Estados Unidos, menos de la mitad de las registradas en otros países productores de la región y representan menos de un tercio de las que se registran en países importadores.
Los incrementos en las facturas residenciales rondaron el 500% dependiendo de a qué segmento poblacional corresponda cada hogar argentino en base al esquema de subsidios vigente: Nivel 1 (ingresos altos) que pagan pleno, Nivel 2 (ingresos bajos) con tarifa social y Nivel 3 (Ingresos medios) con un tope de consumo subvencionado.
Ese salto se sumó a los de la electricidad, nafta, prepagas, transporte y otros ítems que golpearon el bolsillo de los consumidores. Es por eso que el Gobierno decidió postergar los aumentos previstos desde mayo en los servicios públicos, en busca de apuntalar la baja de la inflación y evitar un mayor impacto a “la clase media”.
Si bien la corrección del primer cuatrimestre fue fuerte, la gran mayoría de los usuarios no cubre con sus facturas el costo pleno de la energía. Ante las últimas decisiones oficiales, se profundizará el atraso en términos reales de las boletas.
Cuánto pagan los argentinos por el gas
“Las tarifas de gas natural en Argentina son levemente inferiores a las que se verifican en países productores desarrollados como Canadá y USA, son la mitad de las registradas en otros países productores de la región y representan sólo un tercio de las tarifas abonadas en los países importadores”, consignó el reporte de Economía y Energía.
Para realizar la comparación utilizaron la información correspondiente a las tarifas medias informadas en Global Petrol Prices (septiembre de 2023). En el caso de Chile, se usaron también la información presentada por SEG Ingeniería para febrero. La comparación es en dólares nominales, es decir, no hay ajustes por poder adquisitivo local.
Para la Argentina se tuvieron en cuenta los nuevos cuadros tarifarios vigentes desde abril para los segmentos N1, N2 y N3, ya que cada uno de esos usuarios paga diferente. El promedio arroja que los argentinos pagan desde abril en promedio USD 7,7 por millón de BTU.
En el caso de Estados Unidos pagan USD 12 por millón de BTU y en Canadá USD 11 por millón de BTU. Por otro lado, en México, otro productor, las tarifas promedio representan USD 22 por millón de BTU.
Las tarifas residenciales en los países importadores son al menos tres veces más que el promedio en Argentina: Reino Unido USD 30, Alemania USD 31, España USD 31, Francia USD 38 por millón de BTU.
En el caso de los países productores de la región, las facturas promedio más que duplican a las argentinas: Colombia USD 17, Brasil USD 68 y Chile entre USD 33 y USD 44 por millón de BTU.
Aumentos suspendidos
Con los cuadros tarifarios que estaban previstos desde mayo, las tarifas residenciales de gas natural en Argentina iban a tener un fuerte salto en los usuarios de altos ingresos, más leve en los segmentos medios y nulos en los de bajos ingresos. Eso, sin embargo, hubiera llevado al promedio nacional a USD 8,1 por millón de BTU, solo 40 centavos de dólar más que en abril.
Es en ese marco que el ministro de Economía, Luis Caputo, definió postergar hasta nuevo aviso los aumentos previstos para mayo con el objetivo de apuntalar la desaceleración de la inflación y no cargar con más gastos a la clase media. La decisión, explicó, se apoyó en el superávit fiscal conseguido durante el primer trimestres.
Además, la Secretaría de Energía postergó nuevamente la implementación de un nuevo esquema más restrictivo de subsidios que pensaba aplicar desde abril, luego mayo, después junio y que ahora no tiene una fecha precisa. El gasto en las tarifas es uno de los temas del déficit que mayor dificultad generan y generaron durante los últimos años. Actualmente, se evalúa una quita más “progresiva” que la prevista originalmente.