El “padre” de la dolarización en El Salvador le sugirió a Milei que abandone el peso en forma inmediata

Manuel Hinds, el ex ministro de Hacienda del país centroamericano, consideró que el beneficio será inmediato no solo en términos de la baja de la inflación. La otra variable que se derrumbaría

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Manuel Hinds, padre de la dolarización salvadoreña, destacó en su paper: "Los argentinos prefieren mantener su riqueza en dólares que en pesos y, dada la mala experiencia que tuvieron para hacerse con sus dólares si los mantienen en Argentina, prefieren enviarlos al extranjero y, preferiblemente, en secreto"
Manuel Hinds, padre de la dolarización salvadoreña, destacó en su paper: "Los argentinos prefieren mantener su riqueza en dólares que en pesos y, dada la mala experiencia que tuvieron para hacerse con sus dólares si los mantienen en Argentina, prefieren enviarlos al extranjero y, preferiblemente, en secreto"

El ex ministro de Hacienda de El Salvador, Manuel Hinds, afirmó que el gobierno de Javier Milei no debe demorar más la dolarización ya que, entre otros beneficios, permitirá reducir en forma crucial la tasa de interés que pagan las empresas y los individuos.

En un paper denominado “¿Se escaparían los dólares de una Argentina dolarizada”, este consultor económico y miembro del Instituto de Economía Aplicada en Johns Universidad Hopkins, defendió la experiencia de su país y consideró que el gobierno argentino debe imitarla sin demoras.

El ministro de Hacienda de El Salvador (1995-1999), estuvo a cargo de la dolarización el año 2000 que implementó el país centroamericano en 2001.

En el informe, destacó que “muchos economistas argentinos parecen creer, o dicen creer, que si el país se dolariza, el pueblo dejará los bancos vacíos porque se llevarán sus dólares al exterior, como lo han hecho tradicionalmente y lo siguen haciendo hasta el momento”.

“Los datos muestran que, como espera la teoría, el capital se quedará donde reciba mayores rendimientos una vez descontados los riesgos de las operaciones”

Sin embargo, afirmó que los argentinos “prefieren mantener su riqueza en dólares que en pesos y, dada la mala experiencia que tuvieron para hacerse con sus dólares si los mantienen en Argentina, prefieren enviarlos al extranjero y, preferiblemente, en secreto”.

“Los datos muestran que, como espera la teoría, el capital se quedará donde reciba mayores rendimientos una vez descontados los riesgos de las operaciones”, resaltó este experto que trabajó con el Banco Mundial.

“En Argentina, el capital abandona el país porque las tasas de interés del peso son demasiado bajas para compensar la pérdida de valor del peso”, observó Hinds.

"En Argentina, el capital abandona el país porque las tasas de interés del peso son demasiado bajas para compensar la pérdida de valor del peso”, observó Hinds (Colprensa)
"En Argentina, el capital abandona el país porque las tasas de interés del peso son demasiado bajas para compensar la pérdida de valor del peso”, observó Hinds (Colprensa)

“La gente sabe que si el gobierno administra la moneda, trasladará los costos de sus déficit fiscal y monetario a los depositantes, tenedores de activos en pesos, jubilados y asalariados con salarios en pesos. Esto es lo que está haciendo hoy el gobierno de Milei”, apuntó Manuel Hinds.

Por esa razón, “el pueblo argentino se empobrece a un ritmo y en una medida nunca vistos en el país. La gente entonces se lleva sus recursos. Para ello, retiran pesos de los bancos, compran dólares y los envían al exterior”.

Círculo vicioso

“El Banco Central emite más pesos para reemplazar los que se retiran, lo que aumenta la tasa de inflación y devalúa aún más el peso, incrementando la demanda de cambio de pesos por dólares. Este es el clásico círculo vicioso de la inflación producida por un banco central acomodaticio”, explicó.

“En 2023, en promedio, se podrían obtener préstamos en dólares al 7,86% anual, pero en pesos al 87,68% anual no cubre el riesgo, y la gente se lleva el dinero”

Y agregó: “Este círculo vicioso produce un espejismo explicable en personas no especializadas en economía pero inexcusable en economistas, que piensan que la gente confía más en los pesos (que conservan su volumen porque el banco central los emite) que en los dólares (que tienen una oferta limitada)”.

Pero la desconfianza “se demuestra comparando las tasas de interés de dólares y pesos en un mismo país, donde todos los riesgos, salvo los asociados a la moneda, son los mismos”, detalló Hinds

“Las personas que depositan recursos en Argentina corren los mismos riesgos, excepto el de la pérdida de valor de la moneda depositada. En 2023, en promedio, se podrían obtener préstamos en dólares al 7,86% anual, pero en pesos al 87,68% no cubre el riesgo, y la gente se lleva el dinero”, aclaró el economista.

"El Banco Central emite más pesos para reemplazar los que se retiran, lo que aumenta la tasa de inflación y devalúa aún más el peso", explicó Hinds (Reuters)
"El Banco Central emite más pesos para reemplazar los que se retiran, lo que aumenta la tasa de inflación y devalúa aún más el peso", explicó Hinds (Reuters)

“Como se ha visto en la experiencia de todos los países dolarizados, este problema se resuelve automáticamente dolarizando la economía y a tasas de interés exiguas”, enfatizó.

Por supuesto, aclaró Hinds, “siempre se puede estabilizar la economía mediante la pura fuerza de voluntad del Banco Central de no emitir dinero a menos que compre divisas por pesos. Argentina no ha mostrado propensión a ejercer tal fuerza de voluntad”.

“Siempre se puede estabilizar la economía mediante la pura fuerza de voluntad del Banco Central de no emitir dinero a menos que compre divisas por pesos”

“Pero incluso si lo hiciera, los inversores argentinos tendrían que pagar tasas de interés más altas de lo necesario. Ése es el precio de mantener una moneda de inversión más baja. Esta fue la razón por la que El Salvador se dolarizó”, expresó.

Al respecto, destacó el economista que “la tasa de inflación rondaba el 2% y el país era uno de los pocos con grado de inversión de América Latina (cinco, luego reducidos a dos, Chile y El Salvador). Pero la tasa de interés de los préstamos era demasiado alto, del orden del 20% anual. La dolarización lo redujo a cerca del 6% en promedio. Valió la pena hacerlo”.

De este modo, Hinds se sumó a otros economistas como Steve Hanke, también de la JHU, que cuestionaron a Milei por no acelerar la dolarización, tal como lo había prometido en la campaña electoral, al igual que la columnista María Anastasia O’Grady del Wall Street Journal. En cambio, otros expertos de diversas escuelas ideológicas consideran que la mejor forma de bajar la inflación es con superávit fiscal y un banco central independiente, sin necesidad de volver a fijar el tipo de cambio.

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