Sin acuerdo entre las empresas y los sindicatos, el Gobierno Nacional oficializó el incremento del salario mínimo, que alcanzará en mayo apenas los 234 mil pesos.
A través de la Resolución 9/2024, publicada este viernes en el Boletín Oficial, el Poder Ejecutivo fijó el Salario Mínimo, Vital y Móvil en $221.052. a partir del 1° de Abril de 2024 para todos los trabajadores mensualizados que cumplen la jornada legal completa de trabajo; y en $1105,26 por hora, para los trabajadores jornalizados. Mientras que a partir del 1° de Mayo el sueldo mínimo de los primeros empleados ascenderá a $234.315,12.; mientras que para aquellos que para los segundos, la hora subirá a $1171,58.
A su vez, se estableció que “la Prestación por Desempleo prevista en el artículo 118 de la Ley Nº 24.013, para los trabajadores convencionados o no convencionados, será equivalente a un 75% del importe neto de la mejor remuneración mensual, normal y habitual del trabajador en los seis 6 meses anteriores al cese del contrato de trabajo que dio lugar a la situación de desempleo. En ningún caso la prestación mensual podrá ser inferior al 50% del Salario Mínimo Vital y Móvil vigente, ni superior al 100% del Salario Mínimo Vital y Móvil vigente”, aclaró el Gobierno de Javier Milei.
El último monto que fijó el Ejecutivo fue de $202.800 para marzo, $1.014 la hora, después de que no hubiera acuerdo entre las partes durante las negociaciones de febrero. La semana pasada el Consejo del Salario, que reúne a los representantes sindicales y de las cámaras empresariales, entre quienes se encuentran dirigentes de la CGT y la CTA y empresarios de la Unión Industrial Argentina (UIA), tampoco lograron llegar a un consenso y el Gobierno volvió a fijar por su cuenta el monto del sueldo mínimo.
El encuentro fracasó luego que los gremios rechazaran la propuesta empresarial de aumentar 8% en mayo y 5% en junio, oferta sobre la que no hubo ninguna mejora porque, “no estaba en los planes para la parte empresaria negociar”, indicaron a Infobae.
Por su parte, la CGT había propuesto $377.000 para el mes de abril y $411.000 para mayo. La CTA Autónoma había acompañado la propuesta de la Confederación General del Trabajo ya que con ese monto se hubiese estado por encima de la canasta de indigencia y además solicitó que para mayo se ajuste al monto de la inflación. Finalmente, la CTA de los Trabajadores planteó $440.000 para el mes de mayo.
Al no arribar a un acuerdo se pasó a un cuarto intermedio tras el cual las tres centrales obreras unificaron la propuesta en $377.600 para abril y $440.000 para mayo. Por su parte, los empresarios mantuvieron la misma oferta.
Como nuevamente no se llegó a buen puerto, se pasó a la plenaria, instancia donde participan más representantes de ambos lados. Según fuentes gremiales, al no haber acuerdo, la normativa indica que se debería haber votado, “pero como el sector empresarial, luego de pasar lista, no estaba en condiciones de ganar la votación, las autoridades de la secretaría de Trabajo decidieron arbitrariamente levantar la negociación”. De esta forma, el Gobierno volvió a decidir por su cuenta las subas salariales.
La definición del nuevo piso salarial sirve como referencia para el salario inicial docente, además de ser un indicador para el trabajo informal y para actividades que no están sindicalizadas en jornadas laborales de ocho horas.
Con un aumento de 30%, el salario mínimo ascendió en marzo a $202.800 con lo cual, entre noviembre de 2023 y abril de este año, aumentó nominalmente 38,9% frente a una inflación en torno a 90% acumulada.
De acuerdo al índice Ripte, elaborado por la cartera laboral y que mide la variación de los ingresos “estables” de la economía, es decir aquellos asalariados que hayan tenido continuidad en su puesto de trabajo en los últimos 13 meses, en marzo el indicador mostró una variación de 14% para este segmento del mercado laboral, contra una inflación que fue de 11% en ese mismo mes.
Esto implicaría una mejora del poder de compra de esos salarios algo menor al 3%, aunque al alejar un poco el panorama se registra una caída aún marcada de los ingresos. En diciembre ese índice salarial había dado como resultado una pérdida muy pronunciada: 8,3% de mejora nominal en los ingresos contra un 25,5% de inflación. En enero los salarios avanzaron 14,7% contra 20,6% de IPC; y en febrero los números fueron de 11,5% y 13,2%, respectivamente. El índice Ripte, de todas formas, es una de las maneras que tiene el Estado de medir la variación salarial y algunos economistas consideran que, en contextos de volatilidad marcada de precios como los últimos meses, puede ser un indicador poco representativo.