El Gobierno no descarta diferir nuevamente la suba del impuesto a los combustibles (ICL) que originalmente se iba a aplicar en mayo y ahora se pasó a junio. En julio está previsto otro incremento, que también se encuentra en revisión. Sucede que la actualización del tributo es trasladado a la nafta y el gasoil en surtidores -de YPF, Shell, Axion y Puma Energy- con efectos de primera y segunda ronda en la inflación.
Según comentaron a Infobae fuentes oficiales que trabajan en el tema, la clave de la decisión será la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec. El ministro de Economía, Luis Caputo, ya avisó que la prioridad será sostener la continuidad en la desaceleración del indicador y no afectar más a la “clase media” con el ajuste, ante lo que entiende es un mayor margen fiscal que dejó el superávit del primer trimestre. Eso explica también la suspensión de los incrementos en luz y gas que se iban a facturar en mayo, a pagar a mes vencido.
En paralelo, las petroleras observan que desde enero hubo un retraso en sus precios en términos reales. Es por eso que este miércoles avanzaron con una suba del 4% promedio en sus combustibles para buscar “recomposición” y trasladar el deslizamiento del dólar oficial, del 2% mensual, con el horizonte, ahora más lejano, puesto en alcanzar valores internacionales.
Este jueves el Gobierno publicó en el Boletín Oficial el Decreto 375/2024 en el que postergó al primero de junio la actualización del ICL previsto para mayo “con el fin de estimular el crecimiento de la economía garantizando un sendero fiscal sostenible”. Lleva la firma del presidente Javier Milei, el jefe de Gabinete Nicolás Posse y Caputo.
La suba contemplaba la inflación del último trimestre del año pasado, como parte del sendero oficial para recuperar la recaudación del tributo tras el congelamiento aplicado durante la gestión de Alberto Fernández. El Tesoro preveía ingresos por 0,5 puntos del PBI este año por ese concepto, tal como fue comunicado al Fondo Monetario Internacional (FMI).
El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) estimó en su último informe que en mayo debía aplicarse el incremento del impuesto de monto fijo de $70 desde $132 por litro a $202, es decir, un salto del 53 por ciento correspondiente al IPC acumulado en el último trimestre de 2023. Eso fue trasladado a junio.
De todos modos, las petroleras subieron este miércoles sus combustibles un 4% promedio: 2 puntos por la devaluación y 2 puntos para recomponer precios. De esta manera, la nafta súper de YPF en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) pasó de los actuales $837 a unos $870, mientras que la nafta premium avanzó de $1.033 a $1.074. Por su parte, el gasoil común dejó de costar $883 para pasar a vender a un valor cercano a $918. Por último, el gasoil premium avanzó de $1.123 a $1.167, tomando en consideración los valores más económicos del mercado.
Antes de estos últimos incrementos, el Iaraf había advertido: “Respecto al valor mínimo de la serie (octubre de 2023) el precio en la actualidad aumentó un 43% en términos reales. Comparando el valor máximo de la serie en octubre de 2018 el valor actual resulta un 33% menor. En los últimos meses, desde el pico alcanzado en enero de 2024, la caída real es del orden del 13%”, mencionaron.
A la suba del ICL que se pasó a junio se le sumará la que debería aplicarse en julio según está previsto en la norma de actualización trimestral del tributo, a la que se aplicaría el IPC del primer trimestre de 2024. Es por eso que no se descarta diferir nuevamente las subas. “La decisión dependerá de la evolución de inflación en abril y mayo”, se limitó a comentar una fuente oficial ante la consulta de Infobae.
“En efecto, el 1 de julio el impuesto debería subir un 51,6%, elevándose hasta los $306 por litro”, mencionó el Iaraf en el caso de que se sume la cuota que ahora se pasó a junio.
Es en ese marco en el que Caputo busca recalibrar el ajuste para no seguir afectando los debilitados bolsillos de los consumidores ante la caída del consumo y de la actividad económica.
Desde el equipo económico del Gobierno dijeron a este medio que esperan que la inflación de abril se encuentre en la zona del 9%, es decir, de confirmarse, por debajo de los dos dígitos por primera vez en cinco meses. Un mes en el que pesaron las fuertes subas del gas, del agua y del transporte. Si bien no hay un esquema de metas, más optimista es la proyección oficial para mayo, en torno al 5,8% mensual. Esa expectativa habilitó el quinto recorte consecutivo de la tasa de interés.
En ese marco, las ventas de nafta y gasoil cayeron en marzo 12,1% respecto del mismo mes del año anterior, la más fuerte de los últimos tres años según un informe de la consultora Politikon Chaco en base a datos de la Secretaría de Energía.
Este fue el cuarto mes consecutivo en baja, tras la liberación del precio que definió el Gobierno en diciembre. Desde ese momento el aumento supera el 150% de punta a punta si se toma los valores de YPF. De todos modos, el primer trimestre cerró con ventas totales a nivel nacional por 4,2 millones de metros cúbicos, 7,4% por debajo del mismo periodo de 2023 y 3,2% de retracción respecto al 2022. El reporte arrojó que se encuentra por encima de los primeros trimestres de 2019, 2020 y 2021.
“Observando por tipo de combustible, las ventas acumuladas de las naftas exhiben una contracción del 6,8% contra el primer trimestre 2023, mientras que en el caso del gasoil la caída es del 8,2%”, detallaron.