Tras el recorte de 35% en términos reales del gasto primario que hizo el Gobierno en los primeros tres meses del año con el que pudo mostrar un superávit fiscal récord en los últimos 15 años, el Ministerio de Economía conseguiría con el paquete tributario, que obtuvo media sanción en Diputados, un margen fiscal de unos 4 billones de pesos de mejora recaudatoria para aflojar el ritmo de la “motosierra”.
Esa ventana de oportunidad se da porque ese conjunto de medidas impositivas que el Poder Ejecutivo adjuntó a la Ley de Bases para conseguir el apoyo de un grupo de diputados incluyó cambios decisivos como el retorno de la cuarta categoría del impuesto a las Ganancias para gravar salarios de empleados a partir de los 1,8 millones de pesos brutos, junto con otros como el blanqueo de capitales, que incluye el pago de un impuesto especial o Bienes Personales.
Este último caso tiene un doble movimiento: la ley incluye un programa para anticipar el pago de las alícuotas previstas para un contribuyente por su patrimonio hasta 2027, lo que adelantaría ingresos tributarios por esa vía. Pero más hacia adelante el efecto fiscal sería el opuesto, ya que establece una reducción paulatina de las tasas hasta una única de 0,25 por ciento.
“Gracias a todos los legisladores propios y ajenos que con responsabilidad, dieron media sanción a una ley que es tan importante para los argentinos”, mencionó el ministro de Economía Luis Caputo desde X tras la media sanción. Un día antes, en una conversación que sostuvo ante empresarios e inversores en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, el jefe del Palacio de Hacienda había hecho referencia a qué peso tendría el paquete fiscal y la Ley Bases en su plan de déficit cero.
“¿Es importante la ley?”, se preguntó Caputo. “Por supuesto, porque muestra un soporte político que el empresariado y afuera a efectos de invertir, lo miran. Es para mejorar la calidad del ajuste fiscal”, se respondió. Es una fraseo que había explicitado semanas antes el Fondo Monetario Internacional, cuando reclamaba que el sendero hacia el déficit cero esté menos apoyado en recortes de partidas presupuestarias sensibles, por ejemplo, como el de jubilaciones y programas sociales.
Una hoja de ruta inicial que el equipo económico había trazado para llevar adelante su programa fiscal indicaba que las medidas impositivas que tenían que pasar primero por el Congreso podrían haber aportado 0,9% del PBI de los cinco puntos porcentuales que requería el Palacio de Hacienda para hacer el ajuste. Ese número se repartía en 0,4% puntos del Producto por la vía de la reversión en Ganancias y otro 0,5%, sin discriminar, entre el paquete Blanqueo, moratoria y Bienes Personales.
Ese impacto de refuerzo recaudatorio, para el caso de Ganancias, podría ser menor al tener en consideración que si llegara a convertirse en ley, comenzaría a operar sobre los salarios que empiezan a estar alcanzados ya con buena parte del año transcurrido. En ese sentido, una estimación del economista de Empiria Matías de Luca mostró que Ganancias podría aportar, de hecho, 0,15% del PBI a la recaudación, ya que una parte de ese ingreso nuevo deberá ser coparticipado a las provincias.
Esos 0,65% del PBI entre Ganancias –neto de lo repartido a gobernadores– y las otras tres iniciativas, representaría en términos nominales unos 4 billones de pesos. Es una masa de pesos que el Gobierno podría, si quisiera, dejar de ajustar sobre el ritmo de gasto. “Los gastos que más cayeron fueron: transferencias de capital a provincias (-98,4%), inversión real directa (-82,5%) y Transferencias corrientes a provincias (-76,3%)”, midió el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).
La Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), un organismo que fue consultado durante los debates en comisiones, especialmente durante el primer ensayo de tratamiento que hizo el oficialismo durante las sesiones extraordinarias, hizo sus propios números de impacto fiscal del paquete de leyes.
“La reforma del Impuesto a las Ganancias incrementaría la recaudación de ese tributo en 0,5% del PBI sobre la base del período fiscal 2024 completo. El incremento sería de 0,3% suponiendo una aplicación de siete meses durante 2024″, plantearon desde la oficina que dirige el economista Gabriel Esterelles.
“La reforma del Régimen simplificado impactaría de manera positiva en la recaudación del Monotributo (0,08%), Sistema de Seguridad Social (0,0351%) y Sistema de Obras Sociales (0,0967%), y negativamente en el Impuesto a las Ganancias (baja 0,1474%)”, estimó.
Aunque otros dos puntos podrían quitar recaudación tributaria. “La reforma del Impuesto sobre los Bienes Personales reduciría la carga tributaria de ese impuesto en un rango de 0,29% a 0,61% del PIB, según el período fiscal y los supuestos adoptados”, calcularon desde la OPC. Y “la eliminación del Impuesto a la Transferencia de Inmuebles tiene un impacto teórico estimado de 0,0161% del producto para el período fiscal 2024 y de 0,125% del PIB suponiendo una aplicación de ocho meses durante 2024″.
Una pregunta que sobrevuela, tras el respaldo que un grupo de gobernadores dieron al oficialismo para que La Libertad Avanza pueda conseguir su primera media sanción en el Congreso tras más de cuatro meses de gobierno, es si la Nación aflojará la rienda a las transferencias a las provincias, que como fue dicho entre enero y marzo cayeron más de 75% en términos reales.
Los últimos números de abril relevados por la consultora Politikón Chaco, especializada en finanzas provinciales, muestran que en abril los envíos automáticos –principalmente coparticipación– cayeron 20,6 por ciento. Las discrecionales son las que suelen llevarse la peor parte: en la primera quincena de abril se desplomaron en términos reales 84 por ciento.