Los fondos extra que Milei necesita para fortalecer las reservas del Banco Central y cerrar el cepo cambiario no están en Washington

Organismos multilaterales como el FMI, el BID y el BM descartan por ahora desembolsar una suma extraordinaria de 15.000 millones de dólares para facilitar el programa de ajuste, ante la ausencia de señales directas desde la Casa Blanca

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Javier Milei y Kristalina Georgieva
Javier Milei y Kristalina Georgieva durante una reunion oficial en el Forum de Davos (Suiza)

(Corresponsal en Washington, DC) La administración de Joseph Biden apoya al gobierno de Javier Milei, pero por ahora no aplicará su poder institucional para lograr que el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) hagan aportes extras por encima de sus programas con la Argentina para integrar un desembolso extraordinario de 15.000 millones de dólares destinados a fortalecer las reservas del Banco Central, terminar el cepo y unificar el mercado de cambios.

La Casa Blanca controla el 16.74 por ciento de los votos del directorio del FMI. Ningún país tiene un porcentaje mayor que Estados Unidos, y su decisión política alinea al G7 -Alemania, Canadá, Francia, Italia, Reino Unido y Japón-, que significa manejar todas las decisiones del board del Fondo.

En el Banco Mundial, Estados Unidos tiene el 15,98 por ciento de las acciones del organismo multilateral. Y como sucede en el Fondo, cuatro miembros del G7 con muchísimo peso interno-Alemania, Francia, Japón y Reino Unido-, acompañan las decisiones para el BM que se toman en la Secretaría del Tesoro.

En el Banco Interamericano de Desarrollo, al igual que en el FMI y el BM, Estados Unidos posse la mayoría de los votos: el 30 por ciento. Y si se suma su capacidad de influencia en Canadá, México, Uruguay y Brasil, más los votos propios de Argentina (11 por ciento), el BID podría añadir sus partidas para el desembolso extra que pide la Casa Rosada.

Javier Milei y Donald Trump
Javier Milei y Donald Trump durante la reunión que mantuvieron en Maryland (Estados Unidos)

El respaldo de la administración Biden al gobierno es completo. Entre Argentina y Estados Unidos ya existe una alianza estratégica que se observa en distintos escenarios vinculados a la seguridad continental, la diplomacia global y las relaciones comerciales.

Sin embargo, la Casa Blanca no olvida la reunión de Milei con Donald Trump -adversario político de Biden- y se moverá con cautela ante decisiones estructurales que implicarían a otros jugadores de peso por afuera de la relación bilateral.

Esto significa que la administración Biden por ahora no jugará a fondo a favor de la Argentina en el FMI, el BID y el BM para lograr un desembolso extra de 15.000 millones de dólares destinados a “acelerar” el programa de ajuste económico.

Washington habilitó la compra de los aviones F16 a Dinamarca, concedió un subsidió de 40 millones de dólares para financiar su equipamiento y colaborará con la instrucción sobre el sistema acusatorio a jueces y fiscales, pero optó por la cautela ante los pedidos de fondos extraordinarios solicitados por Luis Caputo y Nicolas Posse durante las Sesiones de Primavera del FMI.

Nicolás Posse y Luis Caputo
Nicolás Posse y Luis Caputo flanquean a Jay Shambaugh, subsecretario del Departamento del Tesoro de Estados Unidos

El ministro de Economía y el jefe de Gabinete se encontraron con Jay Shambaugh, subsecretario del Tesoro, y Daniel Erikson, consejero de Seguridad Nacional de Biden para América Latina, para describir la marcha del plan económico y explicitar la necesidad técnica y política de tener un desembolso extra destinado a facilitar la unificación del mercado de cambios.

Shambaugh y Erikson hicieron su trabajo y quedaron en contestar. Biden y Trump están lanzados en una áspera campaña proselitista y no hay coincidencias en la Casa Blanca para iniciar un tour de force en los organismos multilaterales destinado a lograr una partida extra y rápida que fortalezca el programa de ajuste de la Argentina.

En DC admiten que el programa bajó la inflación, terminó con la emisión monetaria y obtuvo superavit fiscal en el primer trimestre del año. No obstante, en la Secretaría del Tesoro y el Ala Oeste de la Casa Blanca consideran que hay un largo camino que recorrer antes de asegurar que el modelo económico de Milei ya está asentado.

Las consultas hechas por Infobae al FMI, el BID y el BM desembocaron en idéntico resultado: no hubo siquiera una sugerencia desde la administración demócrata para iniciar un estudio informal sobre la viabilidad de sumar 15.000 millones de dólares de estos tres organismos para girar sin pérdida de tiempo al Banco Central.

A la cautela de la Casa Blanca se debe añadir un obstáculo político en la Argentina. Si el FMI, el BID y el BM concedieran finalmente los 15.000 millones de dólares, antes que nada el Congreso debería aprobar este nuevo endeudamiento de la Argentina, como establece la ley de Sustentabilidad Financiera que redactó Martín Guzmán en el Palacio de Hacienda.

Los diputados y senadores kirchnerista votaron en contra el acuerdo cerrado por Guzmán con Kristalina Georgieva, cuando CFK era gobierno junto a Alberto Fernández. En el actual escenario político, es poco probable que las bancadas de la exvicepresidente avalen un nuevo endeudamiento de 15.000 millones de dólares para fortalecer al plan de ajuste. Y sin esos votos, nada se aprueba en el Senado.

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