Uno de los acontecimientos relevantes de las últimas semanas es el nivel de liquidación de exportaciones del agro. El segundo trimestre del año coincide con la cosecha gruesa, que corresponde principalmente a los cultivos de soja y maíz, que por sí solos aportan cerca de 100 millones de toneladas.
Los ingresos del agro son la principal fuente de divisas para la economía argentina, un sector ampliamente superavitario que además contribuye este año al sostenido ritmo de compras de dólares a manos del Banco Central.
Después de la devaluación de diciembre, la entidad emprendió un intenso ciclo de recomposición de reservas por su intervención en el mercado de cambios, donde el gobierno de Javier Milei dispuso que el 80% de las exportaciones del sector se cursen por la plaza mayorista (hoy a una tasa de cambio de $875), mientras que el 20% restante se puede liquidar a través del mercado de valores al tipo de cambio del “contado con liquidación” (hoy cerca de $1.080), que mejora la rentabilidad del sector.
Después de superar el histórico impacto en la producción del agro por la sequía de la campaña anterior (2022/2023), en la presente zafra vuelve a incidir el factor climático, pues aún con la mejora en el nivel de producción, las frecuentes lluvias de 2024 vienen afectando los cultivos y, a la vez, retrasan la recolección, lo que significa un dolor de cabeza no solo para el sector, sino también para la autoridad monetaria, que cuenta con sumar divisas para afrontar los próximos vencimientos de deuda en moneda extranjera.
En este aspecto, el monto de contado operado en el mercado de cambios alcanzaba en las ruedas de esta semana unos USD 400 millones diarios, lejos de los casi USD 600 millones registrados en los primeros días el mes. Un menor volumen restringe la capacidad de compra del BCRA, pues también debe dar margen para la demanda importadora.
“El retraso en la comercialización de soja obedece a distintos factores -precios, tipo de cambio, entre otros-, pero uno de los principales es el ritmo de cosecha que, a la fecha, se ubica en el 14%, contra el 20% de la campaña pasada y el 28% del promedio de las últimas cinco campañas”, precisó Gonzalo Agusto, economista de la Bolsa de Cereales de Córdoba. “Las lluvias de la última semana condicionaron las labores de cosecha en distintas partes de la zona agrícola de Argentina”, agregó.
“Hasta ahora, la cosecha (de soja) avanzó con severas dificultades y a contrarreloj por las constantes amenazas de lluvias. Se recolectó el 60% del área de soja de primera y el escenario de cosecha es el más difícil de los últimos ocho años. Los temores de nuevas lluvias obligan a entrar a los lotes pese a todo y la humedad del grano está lejos del óptimo”, indicó en un informe la Bolsa de Comercio de Rosario.
¿Se podrá cosechar? “La pregunta angustia porque todo se atrasó demasiado y no hay mucho tiempo más para las sojas de primera. Hasta ahora, la cosecha avanzó con severas dificultades y a contrarreloj por las constantes amenazas de lluvias”, indicaron desde la entidad.
En cuanto al maíz, “con muchas dificultades por las lluvias, la cosecha avanza muy lenta. En una semana, apenas se sumó un 2%, lo que deja el avance en un 70% del total de la superficie cosechada, sumando unas 610.000 hectáreas. Si lo comparamos con el ritmo normal de los últimos cinco años -desestimando la campaña 22/23-, estamos 13 puntos por detrás. Los rendimientos oscilan entre los 80 a 120 quintales por hectárea, con una media de 105 quintales por hectárea”, puntualizó la Bolsa de Comercio Rosarina.
El analista y asesor de negocios Salvador Di Stefano explicó que “el campo difícilmente liquide lo que el gobierno necesita. Mayo es el mes clave, la presión tributaria es elevada, retenciones e impuesto país son los verdugos”.
“El campo está demorando la liquidación de la cosecha, si bien es cierto que hubo problemas climáticos y de logística, con una cosecha de soja que se espera en los 50 millones de toneladas, se registran ventas por 12,8 millones de toneladas, y de ese total solo 3,6 millones de toneladas con precio. Está claro que el hombre de campo esta desconforme con el precio de la soja, las retenciones que le impone el gobierno, el impuesto país, el tipo de cambio, el precio de los insumos, y el de la maquinaria agrícola. En resumen, está con escasa rentabilidad y muy enojado”, evaluó Di Stefano.
Vencimientos de deuda
Con compras en el mercado por casi USD 15.000 millones desde el 11 de diciembre, el Banco Central se encuentra en un proceso de mejora en su activo. Las reservas internacionales crecieron bajo la administración de La Libertad Avanza en USD 8.887 millones (+41,9%) desde los USD 21.208 millones del 7 de diciembre a los USD 30.095 millones del 25 de abril. Sin embargo, la reservas netas -descontándoles depósitos privados y préstamos como el “swap”- aún son negativas, cálculo que deja en evidencia que al Gobierno no le están sobrando dólares de cara a los exigentes compromisos en el corto plazo.
Según indicó Amílcar Collante, economista de CeSur (Centro de Estudios Económicos del Sur), “las reservas netas BCRA subieron rápidamente. Pero hay vencimientos que pagar por casi USD 2.800 millones entre 30 de abril y el primero de mayo”. Las estimaciones prevén pagos al exterior por unos USD 6.674 millones en los próximos cuatro meses.
A eso debe añadirse el vencimiento en junio de unos USD 5.000 millones utilizados en el marco del “swap” de monedas con el Banco Popular de China. Por ese motivo, una comitiva oficial encabezada por la canciller Diana Mondino, integrada además por el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, y el secretario de Finanzas del Ministerio de Economía, Pablo Quirno, al país asiático en las próximas horas para definir el destino del acuerdo de intercambio de monedas, por el equivalente a 18.000 millones de dólares.