El Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) oficializó este jueves a Santiago Mignone, socio de la consultora PwC, como su nuevo presidente en reemplazo de Paula Altavilla.
El nuevo titular de la asociación empresaria que convoca a más de 500 compañías que representan el 50% del PBI argentino brindó una entrevista a Infobae en la que destacó que repasó los primeros meses de la gestión de Javier Milei, el impacto del ajuste en las empresas, las preocupaciones de los hombres de negocios, la necesidad de consensos y las posibilidades de desarrollo del país.
“Estamos en la parte amarga del programa del Gobierno”, señaló Mignone quien es contador público recibido de la UBA y a sus 58 años le toca presidir IDEA, donde hasta ahora formaba parte del directorio. Sin embargo, calificó de acertado el rumbo que tomó Milei para bajar el déficit, la inflación y desregular la economía.
“Se necesita un marco legal para que la hoja de ruta sea más sostenible”, advirtió en referencia a las discusiones que se dan por estas horas en el Congreso por la ley bases. Es por eso que también ponderó la convocatoria que hizo el Presidente al Pacto de Mayo.
El socio de PwC, firma líder global de consultoría en la que lleva 34 años y es senior partner para Latinoamérica, consideró que las condiciones para acelerar inversiones que necesitan las empresas estarán dadas con una macroeconomía estable, sin cepo cambiario, con eliminación de impuestos distorsivos e, insistió, un marco legal nuevo. “Así la recuperación sería bastante rápida”, apuntó.
Mignone está casado con Verónica y tiene 6 hijos. Es simpatizante y plateista de Racing, ya que el fútbol, al igual que la pesca y el asado son los hobbies que más resalta. Se entusiasma con que Milei participe en octubre del 60 Coloquio de IDEA, ya que en su rol de candidato decidió no asistir al tradicional evento que se celebra en Mar del Plata e hizo una cumbre paralela en la ciudad feliz.
El Coloquio de 2024 será presidido por Gabriela Renaudo, de Visa, y los ejes temáticos serán cinco: reinserción de la Argentina en el mundo, el de empleo y reformas, el fiscal,el institucional y el social, con foco en la educación. “Mi intención es que pongamos propuestas sobre la mesa para que las empresas puedan generar riqueza”, afirmó Mignone.
-¿Cuál es su mirada sobre estos primeros cuatro meses de la gestión Milei?
-El Gobierno, acertadamente, puso foco en aspectos claves de la macroeconomía que requerían de urgencia en su tratamiento, que son el déficit fiscal que arrastramos hace casi 100 años para cortar la emisión monetaria, bajar la inflación desde los niveles más altos en tres décadas y avanzar en la desregulación de la economía tanto a nivel empresas como a nivel ciudadano. Nos gustaría que tuviese un marco legal para que sea más sostenible, sustentable, como para poder dar certidumbre sobre la continuidad de esas definiciones. Pero bueno, es un proceso que comenzó a discutirse en el Congreso con la ley bases y esperamos que al menos puedan ponerse de acuerdo en un marco legal, aunque sea reducido.
-¿Cómo impactó en las empresas el proceso de ajuste?
-El reordenamiento de los precios relativos y de la economía es algo en lo que todos los candidatos estaban de acuerdo el año pasado. Veníamos de un esquema que era insostenible. Estamos a la mitad del proceso, en la parte amarga del programa de estabilización del Gobierno, algo que ya vimos otras veces. Sin duda eso tiene consecuencias, como un efecto recesivo, dado que se observa claramente en la baja del consumo, del ahorro, caída de los salarios y una inflación que se mantiene alta. Los sectores que dependen más del mercado interno obviamente lo sienten más y los vinculados al sector exportador tienen más aire. Repito que para hacer más liviano el camino es necesario una legislación que cuente con consensos entre las fuerzas políticas.
-¿Le preocupa el impacto en los costos del aumento en la energía?
-El reacomodamiento de precios relativos se tiene que dar sin abandonar la cuestión social. No podemos dejar afuera a una porción significativa de la sociedad. Entonces, a ese sector hay que protegerlo. Ahora, los sectores que producen y pueden pagar, tienen que abonar los servicios al precio que corresponde. Porque la verdad es que no hay ninguna razón de pagar el gas, el agua o la electricidad menos de lo que vale.
-¿Cuáles cree que son las principales preocupaciones de los empresarios? ¿Milei tendrá éxito en sus objetivos?
-Mi esperanza es que tenga éxito, pero no estoy en condiciones de dar un pronóstico. Creo que la preocupación de los empresarios sigue siendo la inflación y la macroeconomía. Por ahora el Gobierno mostró una decisión inquebrantable de sostener el equilibrio fiscal y bajar la inflación. Falta el marco legislativo para que no sea tan recesivo este período. Por ejemplo, para sacar el cepo necesariamente tenemos que eliminar el impuesto PAIS. Un tributo horrendo, distorsivo. Pero para poder hacerlo se requiere de una legislación impositiva la que hoy no existe, porque lo tiene que se sustituir de alguna otra manera, más allá de que pueda bajar algo del gasto.
-El presidente desafía a los empresarios a “ponerse los pantalones” e invertir, ¿Cuándo cree que estarán dadas las condiciones para eso?
-La primera condición es la estabilidad macroeconómica, en línea con el proceso que estamos viendo. Lo segundo, vuelvo al punto, es un marco legislativo para tener certidumbre en el mediano plazo. El tercer pilar es un esquema cambiario saludable, que al menos comience a flexibilizar el cepo. Creo que los objetivos del Gobierno están bien planteados, son claros y favorables a la inversión. Pero para que haya un incremento significativo de la inversión necesitas de ese marco legal que le da, al final del día, una perspectiva, un horizonte. Porque tampoco a nosotros nos gusta que se gobierne por DNU. Lo hemos dicho históricamente. Además, puede venir una nueva gestión y reemplazar todo con un nuevo decreto.
-¿Cuáles son los aspectos centrales que debería incluir una reforma laboral?
-Yo diría que el problema más grande, o urgente, en términos de la agenda laboral tiene que ver con reducir la litigiosidad en la relación de empleo. Eso implica eliminar multas que generan un incentivo a los juicios y que esa plata no vaya al Estado, sino al empleado o a sus abogados. Las más perjudicadas siempre son las pymes. Creo que los proyectos de ley del radicalismo y del oficialismo receptan bastante bien la agenda. Pero el empleo no se agota en una reforma laboral. Para dinamizarlo hay que tener una economía estable, políticas que incentiven la inversión y crecimiento genuino.
-¿Cree que es posible una recuperación rápida, “en V”, de la economía?
-Si tenemos un marco legislativo, con una macro ordenada, liberación del cepo y reducción de impuestos distorsivos, aunque tengan que reemplazarse por otros, la recuperación debería ser bastante rápida. Eso no implica crecimiento real, de todos modos, porque falta mejorar el acceso al crédito con tasas razonables también.
-Hubo una manifestación de IDEA en contra de la postulación de Ariel Lijo a la Corte Suprema, ¿Por qué?
-La composición de la Corte Suprema, sin lugar a dudas, es sustancial para la institucionalidad. Es el máximo nivel de uno de los poderes del Estado. Lo que nosotros decimos es: queremos que los miembros sean gente intachable y sin controversias. Pero no pretendemos ponernos a juzgar a nadie. Simplemente lo que queremos marcar es una forma de actuar, una forma de resolver. En ese lugar tiene que haber gente no solo capaz, preparada, sino que además tiene que ser intachable, porque esa gente va a resolver sobre nuestra vida los próximos años.
-¿Qué opina del alineamiento internacional que tomó el Gobierno?
-La inserción es justamente uno de los temas que vamos a abordar en el Coloquio de Mar del Plata en el mes de octubre, junto con otras temáticas de empleo, impuestos y demás. Pero Argentina tiene que ser parte del concierto mundial de las naciones. Y para eso tiene que tener diálogo abierto e inteligente con todos los países. Sin duda, nosotros formamos parte de las democracias occidentales. Con lo cual me parece lógico tener un buen diálogo profundo con esos países. Eso no quiere decir que haya que no hablar con alguno o que sea enemigo de otro. Yo creo que nosotros tenemos que ser inteligentes y el mundo es el mar en el cual tenemos que ir a pescar para no estar pescando solo entre nosotros. No es solo vender y comprar, sino también capacitación. No tenemos que tener miedo de competir.
-¿Cuáles son sus esperanzas para la Argentina en el mediano y largo plazo?
-Argentina me entusiasma porque tiene recursos naturales y humanos con gran potencial que nunca supimos explotar. Es el momento de ocuparnos. En el último Coloquio señalamos que hay cinco sectores que pueden dinamizar la economía: la minería, la energía, el agro, el turismo y los servicios basados en el conocimiento. Nos falta ponernos de acuerdo para generar riqueza y bienestar a nuestro país. Mi intención al frente de IDEA es seguir poniendo sobre la mesa propuestas, como lo venimos haciendo desde hace décadas, para que eso sea posible.
-El año pasado Milei armó una cumbre paralela y no asistió al Coloquio, ¿Creen que se puede recomponer esa situación este año?
-Nunca hubo nada roto, por lo que no hay que recomponer nada. Parte de la tradición del Coloquio es que el Presidente asista y obviamente esperamos que vaya. No solo él sino otros funcionarios, ministros, diputados, etcétera. Tenemos un diálogo muy fluido con su equipo. Vamos a tener gobernadores, sindicalistas, espacios políticos opositores, todos invitados. Si algo nos falta como país es una discusión franca sobre los temas importantes, por lo que buscamos propiciar ese diálogo.