Las empresas generadoras de energía eléctrica, las cuales concentran la mayor parte de la deuda que acumuló Cammesa, rechazan la propuesta que les hizo este jueves el ministro de Economía, Luis Caputo, para otorgar títulos públicos para postergar por 14 años los saldos de diciembre y enero. Suman al menos $600.000 millones que representan más del doble del superávit financiero que informó el Gobierno para el primer trimestre (casi $276.000 millones). El acumulado hasta el momento está en torno a los USD 2.000 millones según cálculos privados.
Según pudo saber Infobae, habrá un trabajo conjunto entre las eléctricas para acercar alternativas para que “la próxima reunión no sea una imposición sino una negociación”. Advierten además que se busca una quita del 50% en una parte de sus pendientes.
En el caso de las compañías que se dedican a la producción de gas, en donde el monto adeudado sobre el total es menos del 40%, sí aceptarán la oferta que realizó el Gobierno.
En el sector eléctrico hubo disconformidad con que el equipo económico trate ambas deudas por igual y los citara al mismo encuentro en el quinto piso del Palacio de Hacienda. “Tienen otras actividades, otra espalda”, sintetizó alguien que participó en el encuentro del quinto piso del Palacio de Hacienda.
Caputo ofreció títulos públicos por las deudas acumuladas entre diciembre y enero, que serían equivalentes a $600.000 millones a valor nominal según fuentes oficiales. Según pudo saber este medio, una parte se cubriría con un bono AE38, sin intereses y con una tasa interna de retorno (TIR) del 15%, y otra con un bono dollar linked a dos años pero que podría representar una quita del 50 por ciento. No hubo mayores detalles del lado oficial.
“Esto es lo que hay para ofrecer”, dijo el ministro según una fuente que reconstruyó el encuentro ante la consulta de Infobae. “Esperamos para la próxima reunión traer una propuesta que implique que esto no sea una imposición, sino una negociación a ver cómo podemos solucionarlo”, agregó otro de los presentes fuente.
El miembro de una de las compañías energéticas presentes, apuntó: “En el sector eléctrico no hay intenciones de aceptar. Es una quita del 50% de una deuda que dentro tiene contratos, generación spot, generación con compra de combustible, contratos en dólares. Todas las empresas están en situaciones diferentes. Para las petroleras es distinto porque el sector es mucho más grande y la deuda es más chica”.
Es que las productoras que tienen montos adeudados por el Plan Gas, como YPF, adelantaron que están dispuestas a aceptar los bonos que ofrece Caputo.
“El Gobierno se hizo cargo con la caja de este año de las deudas del gobierno anterior. Se pagó en octubre y noviembre del 2023. En diciembre y enero existen diferencias con algunos por el tipo de cambio. Para ellos lo más importante es que se active el flujo desde febrero, que comenzamos a normalizar”, dijeron en el Ministerio de Economía.
La principal duda es cómo se va a “normalizar” la deuda a partir de febrero. A ella se sumará la de marzo y abril. Cammesa suele pagar a 45-60 días, por lo que a lo largo de mayo debería comenzar a cubrirse la cuota de marzo.
Al primer trimestre la deuda con las generadoras de electricidad ascendía a unos USD 2.000 millones, en donde más del 50% correspondía a las eléctricas y el resto a las productoras de gas. Esos pagos ni siquiera fueron devengados por el Tesoro.
Es por eso que las eléctricas señalan que quedaron muy comprometidas con sus obligaciones. Esta semana se conoció que la Comisión Nacional de Valores (CNV) había solicitado información a Pampa Energía y la multinacional AES que fueron contestadas con el detalle de la situación de las empresas.
Según datos de la consultora Economía y Energía, en el primer trimestre del año la cantidad de subsidios devengados a estos sectores clave en la cadena de suministro de energía a lo largo del primer trimestre del 2024 fue 71% menor que en comparación con el mismo lapso del año pasado.
Esos pasivos se van acumulando y ponen presión sobre las cuentas fiscales del Estado nacional, que puede abultar la cuenta de deuda flotante –es decir, los pagos atrasados y que consta de la diferencia entre los gastos devengados y los que son efectivamente pagados–, lo que implicaría un compromiso que en algún momento del año tiene que saldar.
El corte casi total de transferencias a Cammesa comenzó a tensionar el mercado energético, que empezó a temer un corte en la cadena de pagos, tal como reflejó Infobae. Transener, cuyo principal accionista es el Estado Nacional, había anticipado en marzo que analizaba reclamos administrativos y judiciales para perseguir el cobro de esa deudas que reclaman a Cammesa.