El presidente Javier Milei no ahorró en bromas y uso de expresiones populares durante su presentación de anoche en un evento de la Fundación Libertad. Cómodo ante un auditorio partidario de las “ideas de la libertad” que pregona, el mandatario no se privó de asegurar que “el Banco Central es cuestión de tiempo, ya lo voy a agarrar”, se refirió al gobernador bonaerense Axel Kicillof como “el soviético que está en la provincia” y hasta imitó, en tono de burla, al economista Carlos Melconian.
Durante el discurso, Milei hizo un comentario optimista sobre la recuperación económica, señalando que “la caída del riesgo país predice que para adelante la economía rebota”. Esta declaración no solo sugiere una mejora en la percepción de los mercados sobre Argentina, sino que también anticipa un crecimiento económico robusto en el corto a mediano plazo.
Pero entre las expresiones que más llamaron la atención estuvo otra, en la que explicó cuál en su opinión será el motor de la actividad económica como resultado de sus políticas de ajuste fiscal. Para Milei, la reducción del déficit público supondrá una masiva devolución de ahorro al sector privados que se va a traducir en inversión. Y de ahí, explicó, surgirá un muy acelerado crecimiento económico. Aunque recurrió a un modismo popular curioso para graficarlo.
“¿Quieren saber cómo va a crecer la economía? Va a subir como pedo de buzo”
“Fíjense que cuando nosotros recibimos ese déficit monumental de de 15 puntos del PBI —5 en el Tesoro y 10 en el Banco Central— hoy entre el ajuste que hicimos en el Tesoro y el ajuste que lleva hecho el Banco Central de 15 puntos lo bajamos a 13. No solo eso, cuando termine el año le habremos devuelto al sector privado 15 puntos del PBI en ahorro″, explicó el mandatario.
“¿Quieren saber cómo va a crecer la economía? Va a subir como pedo de buzo”, concluyó.
La afirmación no encuentra una recepción unánime. De hecho, abundaron los comentarios respecto a que las expectativas presidenciales pecan de excesivo optimismo.
El economista Luis Secco, por ejemplo, comentó a este medio que no se ven los motores para semejante rebote de la actividad.
“Me parece que en general en una economía tan consumo dependiente como la argentina —dos tercios de la demanda agregada es consumo privado y el resto se reparte en exportaciones, consumo público e inversión—, es muy difícil que se dibuje una V corta sin que repunte eso. Veo más bien una U amplia”, dijo.
“¿Qué puede mover al consumo? El poder adquisitivo de los ingresos. Bajar la inflación, obviamente, es muy importante pero no te garantiza necesariamente que el poder adquisitivo mejore. ¿A partir de cuándo podemos ver una mejora en los ingresos? Por ahora no la vemos. Las paritarias ayudan, pero para la mayoría de los argentinos viene demorado. En empleo público, jubilados, pensionados, la pérdida es muy fuerte pero quizás en el margen podría recuperar algo de lo perdido. Por otro lado todavía no llegó por completo el aumento tarifario y eso genera la expectativa de una nueva caída en el poder adquisitivo. El Gobierno está muy obsesionado con mostrar una baja de la inflación ya y pasan cosas como las de prepagas que afectan al ingreso disponible, entonces no tenés ese motor”, comentó.
“Y después tenés el cepo, que es una traba para la actividad. Porque es más difícil invertir, es más difícil consumir, porque vos no te soltás a desahorrar cuando persiste un riesgo de una corrida que el Gobierno admite y por eso no levanta el cepo. Espero reactivación, pero no notoria en las zonas urbanas muy dependientes del empleo y las manufacturas, va a estar más bien concentrada en petróleo, minería, agro y pesca”, concluyó.
También uno de los economistas que fue blanco de una burla de Milei, Carlos Melconian, disintió con la idea de un rebote fuerte.
“Lo deseo y lo espero (N. de la R.: un rebote rápido de la actividad). Pero creo que va a ser todo mucho más dificultoso”, comentó, sugiriendo que el camino hacia la recuperación económica será más lento y complejo de lo previsto.
Melconian criticó la falta de medidas efectivas para impulsar los determinantes clásicos del crecimiento económico como el consumo, la inversión y las exportaciones. Según él, estas áreas siguen siendo insuficientes para asegurar una recuperación sólida y sostenible. “Cuando uno quiere ver por dónde va a arrancar el consumo, por dónde va a arrancar masivamente la inversión, por dónde va a arrancar competitiva y masivamente la exportación. Todo eso es mucho más lento”, explicó.