El pronunciado ajuste fiscal que el presidente Javier Milei presentó este lunes por la noche como una hazaña a nivel mundial fue resultado de una combinación de ejecución de partidas por debajo del ritmo de la inflación, lo que licúa el peso real presupuestario de ciertos gastos, y la decisión del Poder Ejecutiva de recortar otro grupo de erogaciones. Licuadora y motosierra.
El jefe de Estado consideró que el resultado financiero superavitario del primer trimestre estuvo explicado “a diferencia de lo que suelen afirmar los que quieren el fracaso de este gobierno”, dijo Milei, “en enorme medida a lo que durante la campaña llamamos ‘motosierra’ y no como dicen algunos a la licuación del gasto público, método que históricamente se ha utilizado en nuestro país”.
“A diferencia de lo que suelen afirmar los que quieren el fracaso de este gobierno. En enorme medida a lo que durante la campaña llamamos ‘motosierra’ y no como dicen algunos a la licuación del gasto público” (Milei)
Incluso abundó que de los cinco puntos de déficit del Tesoro un 0,4% del PBI está explicado por la pérdida del poder de compra de las jubilaciones y el restante 4,6% fueron recortes de gasto que “la política utilizaba indiscriminadamente para comprar voluntades. Una práctica inmoral que explica buena parte el fracaso económico de las últimas décadas”.
“Haber logrado el superávit de la manera que lo hicimos, es decir priorizando el recorte del gasto y no la licuación del mismo, es extremadamente importante porque les da sostenibilidad a las cuentas públicas”, dijo Milei, para responder uno de los cuestionamientos más habituales de los economistas: si este modo de recortar el déficit es sustentable en los próximos meses.
Dos informes de consultoras privadas intentaron responder a la cuestión sobre si en el ajuste del primer trimestre del año pesó más el filo de la motosierra o la inclemencia de la licuadora. Para Equilibra, la consultora que fundó Diego Bossio y que encabeza Martín Rapetti, “poco menos de la mitad del recorte fue producto de una fuerte licuación de ingresos (jubilaciones, pensiones y salarios públicos), mientras que la otra mitad se debió al freno de la obra pública y de transferencias a provincias, menores subsidios y gastos de funcionamiento del Estado”.
En ese sentido, “el gasto en jubilaciones y pensiones (incluyendo contributivas y no contributivas) cayó 32,4% interanual real, explicando casi el 40% del recorte del gasto primario del primer trimestre. A pesar de haberse otorgado bonos mensuales extraordinarios a los jubilados de menores haberes, la jubilación mínima perdió casi 20% de su poder adquisitivo si la comparamos con el primer trimestre de 2023″, estimó Equilibra.
La radiografía que hizo ese centro de estudios sobre el ajuste de Milei: “En el segundo lugar del podio de los rubros que más incidieron en la contracción del gasto primario se ubicó el gasto de capital, que se derrumbó 86,8% interanual, explicando casi 22% de la caída registrada en el primer trimestre. El podio lo completan los subsidios económicos (-45,8% interanual), que explicaron 12,2% de la caída. En particular, los energéticos cayeron 50,6%, explicando 9,2% del recorte del gasto primario”, continuó esa consulta.
“Poco menos de la mitad del recorte fue producto de una fuerte licuación de ingresos, mientras que la otra mitad se debió al freno de la obra pública y de transferencias a provincias, menores subsidios y gastos de funcionamiento del Estado” (Equilibra)
Por último, calculó que “si bien el ítem del gasto corriente que más cayó fue el de transferencias corrientes a provincias (-76,3% real), dado su escaso peso en el total de las erogaciones, explicó sólo 6,2% del recorte del gasto primario. La contracción real de las remuneraciones rozó 20% i.a. (explicando el 7,4% del recorte), producto de la caída en los salarios reales y el recorte del empleo público”.
Un análisis con las mismas caracterizaciones fue realizado por LCG, la consultora que fundó el ahora senador radical Martín Lousteau. “La base de la mejora del resultado fiscal responde enteramente al ajuste del gasto, que multiplica por más de 7 el ajuste que vienen reflejando los ingresos afectados por el contexto recesivo y por la eliminación del impuesto a las ganancias de la cuarta categoría (-35% vs -5% anual real, respectivamente)”, indicaron en un informe reciente.
Por otro lado, estimaron que “algo más de un tercio del recorte del bimestre responde a un menor gasto previsional, y la explicación se eleva a 45% considerando el ajuste en el resto del gasto social. Tendemos a pensar que en estos casos pesa mucho más el efecto licuación que la ‘motosierra’”, consideraron desde LCG. “En el otro extremo la cancelación de obra pública explica el 20% de la caída del gasto, pero el ajuste en subsidios solo el 14% del total, en salarios públicos el 8% y en gastos operativos sólo 3%”, continuaron.
PPI mencionó que “el ajuste atribuible a la ‘motosierra’ en el primer trimestre del año fue 31,5%, siendo todo el resto explicado por ‘licuadora’ o cuestiones no sostenibles en el tiempo, como el retraso de pagos a Cammesa”
“A diferencia de lo comunicado por el presidente Milei, entendemos que la mejora fiscal respondió principalmente al efecto licuación (35% del ajuste se concentró en jubilaciones) y no a un recorte o aumento de la productividad del gasto. Esto vuelve un tanto endeble el resultado y deja dudas respecto a su sostenibilidad en el tiempo”, concluyeron.
Por su lado, Portfolio Personal Inversiones (PPI) hizo un análisis para sus clientes sobre el perfil que tuvo el ajuste del primer trimestre. “La ‘motosierra’ volvió a concentrarse en el gasto de capital y las transferencias corrientes a provincias, que fueron los únicos dos ítems que recortaron en términos nominales (-47,9% anual y -5,6%, respectivamente)”, indicaron. “Así, la caída restante del gasto de $1,4 billones se basó en la ‘licuadora’. Al respecto, el recorte se concentró prácticamente todo en jubilaciones, que explicaron 50,1% del ajuste”, calcularon.
Como conclusiones, PPI mencionó que “en definitiva, el ajuste atribuible a la ‘motosierra’ en el primer trimestre del año fue 31,5%, siendo todo el resto explicado por ‘licuadora’ o cuestiones no sostenibles en el tiempo, como el retraso de pagos a Cammesa”.