Igual que el mercado de activos, la plaza cambiaria parece haber dejado definitivamente el impacto por el cambio de contexto internacional en el que las tasas de interés podrían permanecer más altas que lo previsto por más tiempo y en el que irrumpen conflictos geopolíticos que alteran las variables financieras. Tras unos días con marcado poco volumen la semana pasada, a pesar de promediar abril, lo que implica típicamente un mes de mayor actividad por el ingreso de los dólares de la cosecha, finalmente ayer se registró un salto en las operaciones que llevaron a los operadores a concluir algo que se temía ocurriera con menor contundencia: llegaron los dólares de la cosecha.
Con un volumen que se acercó a los USD 600 millones (USD 578, 842 millones), el Banco Central retuvo poco más de la mitad al comprar unos USD 304 millones. Acumula así compras por un total de USD 14.300 millones desde que asumió el Gobierno, lo que le permitió recomponer reservas. Con los datos de ayer, las mismas ya arañan los USD 30.000 millones, al ubicarse en los USD 29.906 millones. Las cifras marcan un punto de inflexión -es lo que se espera a partir de ahora- o, mejor dicho, el inicio de la temporada de un alto flujo de divisas que se produjo en coincidencia con la expectativa que instaló el Gobierno respecto del mensaje presidencial.
En ese marco, los precios del dólar financiero anotaron un retroceso y sólo el dólar libre tuvo un recorrido inverso. El contado con liquidación cerró en $1061 mientras que el MEP lo hizo en $1014,31 al tiempo que el blue o informal subió a $1.035. En la medida que se incremente la oferta de dólares, tanto en el oficial como en el financiero, se prevé que también estas cotización tenderán a mantenerse estables en las próximas semanas. Por el momento, si bien el volumen operado hoy fue elevado, todavía no se entró en la etapa pico de estacionalidad. De hecho, a casi un mes de iniciado el trimestre más potente, el avance de la cosecha está bien por debajo del 20% entre los dos principales cultivos de la estación. En el caso del maíz, el avance es del 17% mientras que en soja alcanza apenas al 14% del total sembrado.
La combinación de una mayor incertidumbre internacional que implicó la devaluación de monedas de la región y, por ende, dudas sobre la sostenibilidad del ritmo de crawling peg oficial del 2% mensual junto con el impacto de las lluvias que complicó tanto el levantamiento de la cosecha como el traslado a puerto de los granos hizo que en las primeras semanas del mes el movimiento fuera mucho más lento que lo habitual. Incluso durante la primera quincena, el nivel de liquidación del campo había sido 16% menor al del mismo período del año pasado, cuando la fuerte sequía redujo el ingreso de divisas a su mínima expresión.
“La liquidación de cereales y oleaginosas disminuyó de USD 128 millones diarios a USD 64 millones, con el jueves (último dato disponible al momento de escribir este informe) hundiéndose a USD 25 millones, mínimo desde febrero. De acuerdo con expertos del sector, la liquidación estaría algo retrasada por las lluvias del fin de semana anterior, las cuales evitaron que se pueda levantar la cosecha en zonas clave”, advirtió en su informe semanal ayer por la mañana la consultora financiera PPI, donde destacaron que esta semana será determinante.
“Esperamos que la liquidación de los exportadores se acelere en el cortísimo plazo con la entrada de las divisas de la cosecha gruesa. A modo simbólico, este viernes se rematará el primer lote de soja de la campaña 2023/2024 en Rosario. Por el lado de la demanda privada, ante expectativas devaluatorias muy moderadas, sigue siendo subóptimo demandar ya las divisas al BCRA siempre que se cuente con el financiamiento del proveedor del exterior”, aportó el informe y agregó que por el lado del CCL, se extendería su tendencia bajista ante una mayor oferta y sin grandes cambios del cepo.