Desde hace años, el principal cliente de la industria automotriz argentina es Brasil, país con el que rige el acuerdo comercial ACE14 por el cual los automóviles que se compran y venden entre ambos países no tienen arancel de importación alguno. Mientras que los que provienen de afuera de la región, Europa, Estados Unidos, Japón, China y Corea, pagan un 35% sobre el precio de facturación más IVA y fleta. Eso explica la brecha de precios de modelos equivalentes que llegan a nuestro mercado, si vienen de otro país latinoamericano o de otras latitudes.
Sin embargo, Brasil está tomando una enorme ventaja industrial y de inversiones en comparación con Argentina, y con en marzo, con el anuncio de Stellantis y su desembolso de 6.000 millones de dólares para el período 2025 a 2023, lleva contabilizadas inversiones por 13.000 millones de dólares en el último año.
Nuestro país, mientras tanto, tuvo la de Ford para la nueva generación de la pick-up Ranger y la planta de motores próxima a inaugurarse, por un monto total de 660 millones de dólares, la de Toyota para el programa CKD del furgón Hiace que fue de unos 50 millones de dólares, y espera los anuncios de Stellantis para la producción nacional del Peugeot 2008, y las de Renault y Nissan en Santa Isabel para la fabricación de las pick-up compactas que tienen en proyecto para 2025.
Más allá del poderío económico y de un mercado mucho mayor al nuestro, cuadruplica el volumen de ventas y fabricación, lo que tiene Brasil es un programa de reforma fiscal a la producción con una carga mucho menor a de Argentina, y un plan de incentivación industrial para inversiones en electrificación y etanol llamado MoVer, que comenzó a regir el 1 de enero y que concentró el interés de fabricantes de todos los destinos para instalarse en su territorio.
Esa política representa una apertura mucho más profunda, la industrial, y en ese escenario es en el que marcas que no producen en Argentina, están fabricando o proyectando hacerlo en Brasil en los próximos meses. Hay dos casos concretos y bien marcados como los de Hyundai por un lado y los de marcas chinas como Chery, BYD y Great Wall por el otro.
Tener una planta permite importar con mejores condiciones, del mismo modo que ocurre con las fábricas argentinas y sus productos de extra zona, y esa podría ser la puerta de entrada de esas empresas para penetrar en Argentina vía Brasil. En ese caso, el mismo problema que padecen en Europa con la entrada de autos chinos a precios que rompen el mercado podría llegar en poco tiempo a Argentina.
Las cifras de ventas de 2023 y su comparación con las de los primeros tres meses de 2024, muestran que, efectivamente, el mercado brasileño se está poblando de marcas chinas, incluso en perjuicio de Hyundai, la coreana que se mantiene entre las que más autos venden con su popular y exitoso hatchback HB20. Un paseo por Sao Paulo permite ver, no solo en las calles, sino en la infraestructura de concesionarias, este cambio de situación.
En 2023, de un total de 1.720.000 automóviles livianos vendidos, 240.000 fueron de origen coreano o chino, equivalentes a un 14%. De esos automóviles, el 77% eran Hyundai y el restante 23% se repartía entre las tres marcas chinas. En 2024, con tres meses computados por el Fenabrave, de 376.700 autos comercializados, un crecimiento parcial del 8,3% comparado con el primer trimestre de 2023, el 17,5% son de esos países de procedencia, pero la ecuación entre los coreanos y los chinos cambió, ya que el 56% son Hyundai en los tres modelos principales que se venden en el mercado y el 44% provienen de China.
La inquietud para las marcas que producen autos en Argentina y los venden a Brasil, Fiat con el Cronos y Peugeot con el 208, es que ese crecimiento de productos asiáticos afecte el volumen de exportaciones anuales. La misma comparación debe hacerse entonces entre 2023 y la proyección de 2024. El Fiat Cronos vendió el año pasado en Brasil 50.755 unidades, que representaron el 3% del total de unidades del mercado, y se ubicó en el puesto 14 en el ranking de ventas que lideró el Volkswagen Polo con 111.242 unidades. En tanto, el Peugeot 208 vendió 28.629 automóviles, es decir un 1,7% del total, y quedó en el puesto 22.
En lo que va de este año, el Fiat Cronos lleva entregadas 6.466 unidades, lo que representa un 1,7% del total bajando al puesto 21, mientras que del Peugeot 208 se vendieron 4.502 autos, un 1,2% del total, lo que sitúa al modelo producido en Palomar en el puesto 30.
Lo que debe preocupar es que este año tienen muchas más fuerza algunos modelos de Chery y BYD que en 2023 quedaron por debajo de ambos modelos argentinos. Los casos más concretos son los del Chery Tiggo 5X, que el año pasado vendió sólo 14.400 unidades, y estaba en el puesto 32, en los primeros tres meses de 2024 ya entregó 6.434 unidades, casi calcados con el Fiat Cronos, y está en el puesto 22. El otro modelo que se debe mirar con atención es el BYD Dolphin, con 6.806 unidades vendidas en los últimos meses de 2023 para ser 40mo en el ranking, y una notable performance en los primeros tres meses de este año que los llevaron a entregar 5.332 autos, para quedar en el puesto 25, y superar al Peugeot 208.
Ante un escenario desafiante para la industria automotriz argentina por la baja del 30% en las ventas en el mercado interno en el primer trimestre, las exportaciones cobran mayor importancia aún. Perder cerca del 40% de las ventas en el principal mercado extranjero de autos de pasajeros, es una mala noticia para la proyección industrial, salvo que se pueda recuperar a lo largo del año. Y nuevamente la competitividad es el gran tema que incide en el precio, ya que la carga impositiva genera que, como se dice en la jerga industrial, “se están exportando impuestos”.