El Gobierno soportó durante la última semana sin mayores consecuencias el impacto del mal contexto internacional sobre los activos argentinos, lograron recuperarse a partir del miércoles, particularmente los bonos soberanos.
El riesgo país cerró la semana apenas algunos puntos por encima de los mínimos de hace 15 días, cuando se ubicaba en los 1.215 puntos básicos (12,2 puntos porcentuales por arriba del rendimiento de los bonos del Tesoro americano) y, a partir de ahora, el mercado se prepara para experimentar en las próximas semanas una probable nueva ola de euforia.
En principio, está previsto que el ministro de Economía, Luis Caputo, anuncie el lunes el resultado de las finanzas públicas el cual, según anticiparon fuentes oficiales, permitirá al Gobierno ufanarse de haber recuperado los superávits gemelos (fiscal y externo) perdidos por más de una década.
Sin embargo, si bien sostener los buenos datos fiscales es imprescindible para mantener a los inversores de buen humor, se trata de una variable que empieza a darse por descontada.
“El Presidente dio muestras de creer férreamente en el déficit fiscal cero como nunca se vio. A los ponchazos, es cierto, licuando y con un recorte de metodología dudas, a lo que por ahora se hace la vista gorda porque, otra vez, nunca habíamos visto antes esa convicción en el equilibrio de las cuentas”, opinó Federico MacDougall, economista socio de Deloitte, quien advirtió: “Ahora estamos esperando las cuestiones de fondo, las reformas, las leyes, todo eso que efectivamente va a hacer que sea sostenible el ajuste”, agregó.
El Presidente dio muestras de creer férreamente en el déficit fiscal cero como nunca se vio (MacDougall)
En esa frase se resume toda la expectativa del mercado para las próximas semanas. Los avances en las negociaciones políticas para tratar en el Congreso la nueva Ley de Bases, cuyos proyectos ya fueron remitidos a los legisladores, empieza a alentar un eventual nuevo ciclo de subas. No será inmediato: previsiblemente, los inversores están atentos a que finalmente el Gobierno logre sacar esas leyes del Congreso.
El paquete es relevante, pero es la reforma laboral lo que tal vez genere el mayor entusiasmo, a pesar de que el proyecto que se debatirá es sustancialmente más lavado y mucho menos ambicioso que el planteado por el presidente Javier Milei en el DNU de diciembre, cuyos puntos al respecto la Justicia suspendió. Pero no deja de ser un avance en la materia, que se viene discutiendo hace más de 20 años y quebraría por primera vez monolítica oposición sindical.
“Si logra sacar la Ley de Bases Bis, aun cuando se haya demorado, el mercado va a interpretar que Milei tiene, en definitiva, capacidad de lograr cambios a pesar de su inferioridad de condiciones en términos políticos. Eso sin duda va a generar un segundo rally en el mercado, hay mucho espacio todavía”, opinó el jefe del departamento de Research de uno de los bancos más grandes de la Argentina.
Sin ir más lejos, la decisión de la Corte Suprema de Justicia el último martes de rechazar el planteo contra el DNU 70 del gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, fue lo que permitió revertir el mal clima.
La señal se interpretó claramente: la Corte no se inmiscuirá en aquellos asuntos que el Gobierno y la política puedan resolver por las suyas. Con una reforma laboral aprobada por el Congreso y una solución que ya está encarando -mal o bien- el propio Gobierno con las prepagas, el otro gran flanco judicial de ese decreto, los magistrados parecen alejarse de la declaración de inconstitucionalidad del DNU. Para el mercado es un motivo de festejo.
Los magistrados parecen alejarse de la declaración de inconstitucionalidad del DNU
Pero no son sólo los inversores son los que siguen bien de cerca esas cuestiones. También desde el Fondo Monetario Internacional, donde revisan asombrados las cifras que les presenta Caputo y declaran como “impresionantes” los resultados que viene obteniendo, están en modo wait and see (esperar y ver). No desconfían del ajuste pero quieren asegurarse de que Milei tenga gobernabilidad y capacidad de realizar al menos una parte de lo que promete antes de abrir la billetera.
Definitivamente eso no pasará en el primer semestre pero el envión que puede darle la aprobación de las leyes a la gestión puede tener grandes y rápidos alcances. Se sabe, Caputo apunta a cerrar el nuevo acuerdo con un voto de confianza del organismo de al menos unos USD 15.000 millones.
“De visita en Washington, el ministro Caputo jugó hábilmente las cartas para revertir el impacto que la semana pasada golpeó a toda la deuda emergente. En una charla con inversores que coincidió con la presentación al Congreso del nuevo proyecto de la Ley de Bases, el ministro explicó su programa y dio certezas sobre la convicción del presidente de mantener el rumbo”, resumió Consultatio su visión.
“El respaldo del FMI no hizo falta: en paralelo, el organismo publicó sus proyecciones de inflación y crecimiento para Argentina que son más optimistas que el 75% de los participantes del REM” dijo la consultora de Eduardo Costantini y agregó que “las dudas respecto de la sostenibilidad de los avances logrados en materia fiscal y externa quedaron despejadas en una definición clave: el cepo continuará por algún tiempo más”.