La inflación de un dígito mensual ya se alcanzó en dos regiones del país y también en 4 de 12 grandes rubros de la economía

El Indec midió en marzo una tasa general de 11%. Economía y el consenso de las consultoras esperan que baje a menos de 10% en abril. Las brechas que se mantienen altas y las que se fueron achicando

La suba generalizada y sostenida del conjunto de los precios de bienes y servicios de la economía es una preocupación que se instaló en el mundo desde la segunda mitad del siglo XX (Reuters)

La reducción de la tasa de inflación desde el pico del 25,5% que registró en diciembre, por efecto de la inercia de la emisión de pesos para financiar el déficit fiscal, el sinceramiento del tipo de cambio, y el inicio de la desregulación de la economía en su conjunto, y en particular el salto a tres dígitos porcentuales en la suba interanual del índice general y sus parciales de precios, es una de las principales preocupaciones del gobierno de Javier Milei.

La suba generalizada y sostenida del conjunto de los precios de bienes y servicios de la economía es una preocupación que se instaló en el mundo desde la segunda mitad del siglo XX porque rápidamente los economistas advirtieron el daño que provoca para el crecimiento de los países, al deteriorar la capacidad de consumo de las familias, en particular con ingresos fijos, o que ajustar esporádicamente según la ganancia de productividad de su sector laboral, y también la planificación de inversión de las empresas.

De ahí que sobre más de 190 países que releva el Fondo Monetario Internacional, prácticamente el 90% ha logrado dominar el flagelo de la inflación, esto es al menos cerrar cada año con subas de precios inferiores a 10% en 12 meses, en contraste con la Argentina que cerró marzo con 11% en el mes, a un ritmo de 250% interanual.

Sobre más de 190 países que releva el Fondo Monetario Internacional, prácticamente el 90% ha logrado dominar el flagelo de la inflación, menos del 10% al año

Y si bien el objetivo de alcanzar una tasa de un dígito porcentual aparece en las proyecciones del consenso del mercado recién a partir de mayo, aunque para abril diversas consultoras comenzaron a corregir a la baja sus previsiones, en particular por el desempeño del rubro Alimentos, el informe del Indec dio cuenta que ya en marzo en dos de las seis regiones se alcanzaron esa meta: Noroeste 8,77% y Cuyo 9,31%; en tanto quedaron por debajo del promedio general el Noreste 10,35% y la Patagonia 10,46 por ciento.

En el desagregado de los 12 grandes subítems que presenta el Indec la estadística de inflación nacional y por regiones se observó en marzo que dos rubros anotaron en todo el país aumentos de precios al consumidor de un dígito porcentual, fueron los casos de Equipamiento y mantenimiento del hogar con un rango de 3,2% a 5,8%; y Recreación y cultura, entre 6,07% y 9,43 por ciento.

En marzo que dos rubros anotaron en todo el país aumentos de un dígito porcentual

Aunque se podrían agregar a esa lista otros dos que quedaron en las puertas de sumarse a esa selecta franja de aumentos generalizados por regiones dentro del dígito mensual: Restaurantes y hoteles (quedó afuera por la suba de 10,96% en la Patagonia) y Bienes y servicios varios (incremento de 10,82% en la Región Pampeana).

Por el contrario, se mantuvieron muy alejados del dígito mensual las tasas generales de alza de los precios y cuotas del capítulo Educación, por un claro fenómeno estacional que no se repetiría en abril, con un rango muy abierto de 30,63% en la cota inferior que el Indec informó para el NOA y máxima de 75,53% en el NEA; Comunicación, en ese caso con una dispersión más cerrada: extremos de 17,36% en la región Pampeana y 13,01% en la Patagonia; y Salud con una banda aún más cerrada: 12,6% en el GBA y 10,8% en la Patagonia y NEA, en cada caso.

Se mantuvieron muy alejados del dígito mensual las tasas generales de alza de los precios y cuotas del capítulo Educación, Comunicación y Salud

En el resto del país y de las grandes divisiones que componen el Índice de Precios al Consumidor Nacional y regional, se anotaron tasas de un dígito porcentual en Alimentos y Bebidas no alcohólicas en el NOA y NEA 8,18% en cada caso; Bebidas alcohólicas y tabaco en el NEA 9,72%; Prendas de vestir y calzado en NOA 6,73%, NEA 5,76% y Cuyo 5,77%; Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles en NOA 5,94% y Cuyo 6,25%; Transporte en Cuyo 9,21 por ciento.

Estacionalidad, núcleo y regulados

También cuando se analizan las variaciones de los índices generales de precios, según sus características que se vinculan con la temporada y el clima; las intervenciones discrecionales del Estado y los que están exentos de esos dos fenómenos, se advierte en la Estadística del Indec notables dispersiones regionales en las variaciones de esos conjuntos de precios.

Entre los estacionales, en marzo superaron el promedio nacional de 11,1% GBA con 12,27%, la Patagonia 11,48% y la región Pampeana 11,31%, en contraste con 9,58% en Cuyo; 6,76% NEA y 6,32% NOA.

Entre los estacionales, en marzo superaron el promedio nacional de 11,1% GBA con 12,27%, la Patagonia 11,48% y la región Pampeana 11,31 por ciento (EFE)

En la núcleo, por el contrario, en todas las áreas geográficas se anotaron tasas de un dígito porcentual, con muy baja diferencia entre sí: 9,68% GBA; 9,66% Pampeana; 9,23% Patagonia; 8,76% Cuyo; 8,19% NEA y 7,91% NOA.

Y entre los regulados, que al liberarse diversos precios y tarifas de servicios públicos y privados fueron los que más volvieron a elevarse en el último mes, y los que más brecha regional acusaron: 24,19% NEA; 19,32% Pampeana; 18,21% GBA; 15,27% NOA; 15,02% Patagonia; 11,45% Cuyo.

En esta última franja predominan los precios y tarifas de los servicios públicos y privados, los cuales exhibieron alzas que en algunas zonas del país llegaron a triplicar las que registraron en el segmento exclusivamente de los bienes, también públicos y privados.

Si bien por la amplia geografía que caracteriza al país con su diversidad de climas es natural que las estacionalidades sean claramente diferentes por regiones y eso se refleje en los precios, también se advierten diferencias en las condiciones de vida e ingresos de sus poblaciones, y eso se refleja en la variabilidad de los niveles de precios y de sus variaciones, en particular en el cambio mes a mes.

Sin embargo, en la estadística del Indec correspondiente a marzo se puede observar que dentro de un conjunto de 27 bienes y servicios, en 12 hubo muy escaza brecha entre las variaciones por regiones, que llevaron al Gobierno a sospechar de prácticas de “posición dominante”, cartelización y acuerdos de precios entre pocos oferentes para una demanda masiva.

En 12 grandes rubros de 27 hubo en marzo muy escaza brecha entre las variaciones por regiones, que llevaron al Gobierno a sospechar de prácticas de “posición dominante”, cartelización y acuerdos de precios entre pocos oferentes (EFE)

Fueron los casos de los rubros Pan y cereales 6,1% a 8,5%; Leche, productos lácteos y huevos 13,8% a 17,2%; Café, té, yerba y cacao 8,8% a 10,4%; Aguas minerales, bebidas gaseosas y jugos 8,5% a 11,8%; Tabaco 15,4% a 16,1%; Bienes y servicios para la conservación del hogar 5,8% a 7,2%; Productos medicinales, artefactos y equipos para la salud 5,8% a 7,2%; Gastos de prepagas 16,1% a 22,1%; Combustibles y lubricantes para vehículos de uso del hogar 6,4% a 9%; Servicios de telefonía e internet 13,5% a 17,9%; Restaurantes y comidas fuera del hogar 7,9% a 11,5%; y Cuidado personal 7,5% a 10,6 por ciento.

Un fenómeno similar de baja dispersión entre los aumentos de precios de los bienes y servicios al consumidor por región, cuando se compara lo sucedido al cabo de los primeros cuatro meses de gobierno.

Cómo llegar a reflejar la percepción personal

Semejante conjunto de variaciones de los precios de los alimentos, por rubro y región, explica por qué es casi imposible que cada persona, familia, trabajador o jubilado, considere que la tasa de inflación refleje, aunque más no sea en forma aproximada, la variación de sus ingresos y más aún de su “costo de vida”.

La tasa de inflación acumulada en los primeros cuatro meses de gobierno, la cual surge de las variaciones de los índices de cada su rubro y su efecto sobre el índice general de marzo 2024 respecto de noviembre 2023, arroja por regiones valores muy cercanos al promedio nacional, pero mantiene notable brechas entre los subítems y de estos por área geográfica.

Por eso, la forma de aproximar las percepciones de la población al resultado del IPC nacional y regional es que en la mayor parte de los países los gobiernos se han ocupado y preocupado por seguir probadas políticas fiscales y monetarias que conduzcan a desenvolverse con tasas de inflación de un dígito porcentual muy bajo, en general inferior a 5% al año.

Sobre esa base es que también dejaron que la variación de los salarios de la economía no sea impuesta por negociaciones entre empresarios y sindicatos poderosos que solo representan a una pequeña porción de la sociedad, para luego ser extendidos al conjunto, sino por acuerdos individuales, como impulsan ahora el presidente Javier Milei y su ministro Luis Caputo, para consolidar las políticas de déficit fiscal cero y nula emisión del Banco Central para financiar al Tesoro Nacional.

Sin embargo, no es una tarea sencilla pasar de un sistema que durante décadas estuvo dominado por regulaciones y controles de precios, con cupos y prohibiciones para exportar, y dirigismo extremo para autorizar subas de tarifas de servicios públicos y privados, a otro que propone todo tipo de desregulaciones, porque unos querrán recuperar rápidamente el largo terreno perdido, y otros no perder posiciones relativas.

No obstante, en los mercados financieros, que siempre se anticipan, parecen ver que es posible, aunque no ocultan algunas dudas, como también las nuevas estimaciones del FMI que cambiaron drásticamente respecto de las que hacia apenas seis meses antes, cuando suponía otro escenario político, y por tanto del curso de la economía.

Dos señales muy positivas, aunque no están directamente vinculadas, porque están más vinculadas con la producción y la actividad agregada, que con el gasto de las familias los dieron las tasas de aumento promedio de los precios mayoristas, 5,4%, y del costo de la construcción 8,1%, que el último miércoles informó al Indec, en ambos casos para marzo.

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