Se aleja la posibilidad de que lleguen fondos frescos del FMI y la apertura del cepo se vuelve más incierta

Los USD 15.000 millones que buscan Milei y Caputo por ahora no aparecen. El Banco Central sigue comprando dólares y las reservas netas ya dejaron de ser negativas, pero consideran que son insuficientes para liberar las restricciones cambiarias

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El ministro de Economía Luis Caputo, junto al resto de la comitiva argentina, junto a la número 2 del FMI, Gita Gopinath, en Washington
El ministro de Economía Luis Caputo, junto al resto de la comitiva argentina, junto a la número 2 del FMI, Gita Gopinath, en Washington

El objetivo de conseguir USD 15.000 millones frescos por ahora continúa siendo más una expresión de deseos por parte del Gobierno que una realidad. Por lo pronto, la apertura del cepo que estaba supeditada a conseguir estos fondos sigue “stand-by”, ya que era un prerrequisito que mencionaron tanto el Presidente como el ministro de Economía en el último mes.

El ministro de Economía, Luis Caputo se reunió ayer con la número dos del FMI, Gita Gopinath, mientras que otros miembros del equipo económico mantienen contactos más bien sigilosos con el staff del organismo. Aunque por ahora hay bastante hermetismo sobre estos encuentros, lo único que parece bastante claro a esta altura es que no hay fondos frescos disponibles en el corto plazo, mientras se prepara el terreno para negociar un nuevo programa.

El objetivo del Gobierno era conseguir unos USD 5.000 millones del Fondo Monetario Internacional, pero además otros USD 10.000 millones que se estaban negociando con fondos de inversión (básicamente hedge funds) y un fondo soberano. Pero es difícil que se puedan liberar esos recursos si antes no hay un aporte por parte del FMI.

La número uno del FMI, Kristalina Georgieva, habló ayer de la relación con la Argentina en el medio de la reunión de Primavera del organismo. Volvió a elogiar la baja de la inflación y los avances obtenidos en materia fiscal por parte del Gobierno en pocos meses, al tiempo que indicó que el levantamiento de las restricciones cambiarias es uno de los objetivos.

Sin embargo, Georgieva no hizo referencia a la posibilidad de avanzar en un nuevo programa o a una aceleración de los desembolsos del organismo a favor de la Argentina.

Por lo pronto, el Banco Central sigue acumulando reservas y las netas ya salieron del rojo, un dato clave justo antes que comience la cosecha gruesa. Ayer adquirió otros USD 199 millones y en lo que va del mes la cifra asciende a USD 2.592 millones. Desde que asumió Milei, la cifra ya roza los USD 14.000 millones.

El dato más relevante es que las reservas netas que estaban negativas en más de USD 10.000 millones al concluir el gobierno de Alberto Fernández, ahora ya están en niveles neutros. Pero además se aproxima la cosecha gruesa y las liquidaciones serán mucho más significativas. Esto no solo seguirá impulsando la acumulación de dólares por parte del Banco Central, sino que además también es clave para mantener bajo control a los dólares financieros.

Aunque hay bastante hermetismo sobre los contactos entre el Gobierno y el FMI, lo único que parece bastante claro a esta altura es que no hay fondos frescos disponibles en el corto plazo, mientras se prepara el terreno para negociar un nuevo programa

En cuanto a la evolución del tipo de cambio, un informe del IERAL, de la Fundación Mediterránea, indicó que “si el ritmo de variación de los precios desciende como esperamos más rápido que lo pronosticado por el REM y se mantiene el ritmo devaluatorio del 2% mensual, el tipo de cambio real terminaría el año muy cerca de estabilizarse”.

En ese sentido, indican que ese tipo de cambio estaría “en valores más altos al momento previo del salto devaluatorio y al nivel que tenía cuando la administración de Mauricio Macri levantó el cepo cambiario en 2016″.

Dadas las experiencias del 2001-02 y 2008-09 -señaló el informe- es posible esperar que el piso de la recesión actual pueda producirse entre el primer y segundo trimestre de este año.

Así, la economía empezaría a recuperarse en primer lugar de la mano del sector agropecuario. “Luego, en la medida que la inflación se reduzca y que mejoren los niveles de confianza (caiga la prima de riesgo) y comience a producirse alguna recuperación parcial en el poder adquisitivo de los salarios; los sectores más relacionados con el consumo y la inversión podrían también contribuir positivamente durante el segundo semestre”, concluye el informe.

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